¡Gracias por todo papá!
Papá, ¿verdad? Es una bonita palabra. Son ellos quienes están nerviosos en la sala de espera, los que sujetan la mano durante el parto, los que ganan un punto de fuerza y otro de vulnerabilidad cuando escuchan el primer llanto. Los grandes ausentes hasta ahora, porque las reglas de la sociedad así lo establecían: el hombre tenía que trabajar fuera, la mujer se ocupaba de la casa y de los hijos.
Era el encargado de administrar los grandes castigos y también los mejores premios. Así han crecido muchas generaciones. Con padres serios, conscientes de su responsabilidad, vigilantes de sus hijos desde la distancia. Contadores de cuentos, inventores de historias, protectores y depositarios de sueños.
Pocas veces receptores de agradecimiento, porque todo lo que hacían se les suponía y ellos tampoco eran muy buenos manifestando emociones. Queriendo decir tantas palabras, las guardaban entre sus silencios, porque quizás es una licencia que no se podían permitir.
Para la mayoría de los niños papá ha sido el primer héroe al que han admirado y el último al que siguen admirando cuando se hacen mayores y son conscientes de todo el esfuerzo que han hecho para mantener el escenario de seguridad en el que han vivido.
Un buen padre es una suerte impagable
Por eso un buen padre es una suerte impagable demasiadas veces silenciosa, demasiadas veces silenciada. Para hacer un pequeño homenaje a todos los padres del mundo que merecen ese título vamos a utilizar las ilustraciones de la artista Snezhana Soosh. Ella conoce perfectamente la unión entre padres e hijos y, aunque no pueda describirlo con palabras, sí lo hace con imágenes. Por este motivo ha creado una serie de acuarelas que reflejan los momentos y sentimientos que su padre pasó con ella.
“Cuando me equivoco, me ayudas; cuando dudo, me aconsejas; y siempre que te llamo estás a mi lado. ¡Gracias, papá!”
1. Un padre está preparado para espantar las pesadillas de cualquier sueño
Como gran contador de historias es capaz de darles la vuelta y convertir a ese monstruo que atenaza en la oscuridad en una simple sombra inofensiva. Su fuerza y su coraje son un gran ejemplo para enfrentarse a cualquier amenaza y en caso de que superen las fuerzas de los niños, ahí están ellos para extender sus brazos y sumar las suyas.
2. Las cuestiones de peluquería no son lo suyo
Son un desastre haciendo coletas y expertos en dejar el pelo alborotado. Sin embargo también son los mayores admiradores de sus hijos y los primeros que piensan que en ellos habita un fuerza capaz de comerse el mundo. Por eso a veces sienten tanta tristeza cuando ellos no la saben ver…así, en ocasiones desearían prestarles su ojos. En realidad son ellos quienes se sienten maravillados ante la personita que tienen delante.
3. Un padre es ese gigante a cuyo hombros el mundo parece más maravilloso y divertido
A sus hombros los Reyes Magos parecen más cerca y su forma de caminar es exactamente el paso que marca el mundo. En realidad ellos son los que disfrutan como niños cuando pueden, con sus hijos sobre los hombros, hacer de guías.
“Tengo recuerdos de niño en los que te veía gigante, hoy que soy adulto….Te veo aún más grande”
4. Puede tener la agenda repleta, pero a él lo que más le apetece en el mundo es jugar con sus hijos
Quizás sean poco ratos al día los que puede permitirse esa licencia, pero cuando puede los disfruta al máximo. En esos momentos puede ser él con total libertad y hacer todas las tonterías del mundo para conseguir esa carita de felicidad que le llena más que alcanzar cientos y cientos de objetivos laborales.
5. Es el mejor compañero de juegos
De esta manera es el mejor compañero de juegos que un niño se puede imaginar porque nadie, nadie le presta tanta atención como él y es capaz de crear una realidad paralela con esa pasión.
6. Con sus hijos se atreve con todo
Quizás tengan menos flexibilidad que un tronco de roble, o menos coordinación que un pato mareado, pero con sus hijos se atreven a todo y con todo. El ridículo queda colgado a la puerta de la habitación de juegos en cuanto papá entra.
Un buen padre es ese regalo que nunca le podrás agradecer lo suficiente a la vida. Un buen padre es alguien que lo da todo y lo único que nos pide a cambio es que disfrutemos, que saquemos todo eso que llevamos dentro. Su labor, por ser muchas veces desde la distancia, una distancia mayor de la que les gustaría, no es lo suficientemente reconocida hasta que pasan los años y crecemos.
No son perfectos, son de carne y hueso. La mayoría un tanto cabezotas y no es fácil hacerles cambiar de opinión. En el fondo, sigamos el camino que a ellos les gustaría o no, nunca esperan que fracasemos. Al contrario que muchas personas, no son los primeros en ponerse a la cola para decir “te lo dije”.
Son los primeros que están ahí para ayudar a que nos levantemos de nuevo porque ellos son capaces de ver eso que nadie ve en nosotros
Quizás no nos digan muchas veces que están orgullosos de nosotros. De hecho son capaces de decírselo a todo el mundo con el que se encuentran menos a nosotros. Sin embargo, esa montaña que para ellos es un mundo no evita que sientan orgullosos de cada paso que damos hacia delante y son capaces de compensar esta torpeza disfrutando como nadie de nuestros éxitos.