Greta Thunberg, la joven activista que quiere despertar al mundo
Es posible que Greta Thunberg no salve el mundo del inminente desastre climático. Sin embargo, lo que sí logrará esta niña de 16 años es despertar a toda una generación y alzarse como esa figura capaz de desafiar a los “hombres ricos con traje gris”. Tal vez no veamos resultados inminentes, pero puede que el día de mañana este inspirador movimiento surgido de los Fridays for future suponga una mejora en nuestro planeta y ecosistemas.
A veces, lo que necesita nuestra sociedad son figuras mediáticas como lo es Greta Thunberg. De algún modo, a la mayoría de nosotros no nos agradan los líderes pero sí tenemos predilección por los símbolos. Esta joven activista sueca está perfilando con cada una de sus actuaciones y comparecencias un fenómeno que llega y que trasciende. Es la ‘niña verde’, es la joven que quiere cambiar el mundo y la voz que está captando el estado de ánimo que viven miles de personas.
Ella, obviamente, no nos está hablando de nada nuevo, de nada que la mayoría ya sabíamos. El cambio climático es real, está pasando y las consecuencias pueden ser irreversibles. No obstante, Greta Thunberg está haciendo llegar el mensaje de otro modo. Atrae su juventud, la contundencia de sus discursos, su porte serio y desafiante, y sobre todo, ese compromiso férreo que según ella misma explica se debe a su condición de Asperger.
Sea como sea, esta joven se ha convertido en todo un icono, logrando que el cambio climático sea ya una de las principales preocupaciones de nuestros escolares.
«Quiero que entren en pánico. Quiero que sientan el miedo que yo siento todos los días. Y quiero que actúen. Quiero que actúen como lo harían en una crisis. Quiero que reaccionen como si nuestra casa estuviera en llamas… porque lo está».
¿Quién es Greta Thunberg?
Greta Thunberg nació en Suecia el 3 de enero de 2003. Su familia es bastante conocida en el mundo de las artes. Su madre, Malena Ernman, es cantante de ópera, su padre Svante Thunberg, es un conocido actor, al igual que su abuelo, Olof Thunberg. Todo ello nos haría pensar sin duda que, en vista del papel mediático de su entorno más cercano, Greta podría ser el resultado orquestado de una estrategia bien planificada.
Sin embargo, tal y como los padres han explicado más de una vez, su hija ha estado siempre muy concienciada por el medio ambiente. A ello se le añade el síndrome de Asperger, el cual suele provocar que cada afición, interés o preocupación se convierta a menudo en toda una obsesión. Ese fue el caso de Greta Thunberg.
Fue ella quien convenció a sus padres para que fueran vegetarianos. A la edad de 11 años sufrió una depresión profunda a causa del cambio climático. Se sentía abatida al ver como los principales países del mundo continuaban con las mismas políticas abusivas y dañinas con el medio ambiente. Cuando estaba en noveno grado se negó a ir a la escuela. Quería que el gobierno sueco redujera las emisiones de carbono en base a lo establecido en el Acuerdo de París.
Asimismo, Greta también ha sufrido episodios de mutismo selectivo, padece un trastorno obsesivo-compulsivo y no puede evitar que el planeta, su equilibrio, defensa y bienestar sea su máxima preocupación.
Nadie es demasiado pequeño para cambiar el mundo
Este mismo año Greta ha publicado el libro No One is Too Small to Make a Difference (traducido como Nadie es demasiado pequeño para cambiar las cosas, editorial Penguin). Asimismo, hace solo unos días, la joven cruzaba el Atlántico con un velero para acudir a la conferencia sobre cambio climático de Nueva York, intentando concienciar de la necesidad de reducir nuestros viajes en avión para evitar las emisiones de CO2.
Una vez más, logró la atención de los medios de todo el mundo, encabezó rotativos y acuñó hashtags. Despertó conciencias al hablarnos de nuevo, de esos hombres ricos con dinero que no se preocupan de las próximas generaciones porque -según incide la propia Greta- estarán muertos antes de que el planeta se caiga.
Cabe señalar además que es ella misma quien escribe sus discursos, y ella quien inició en solitario esas huelgas en la escuela cada viernes, hasta que poco a poco, se le fueron sumando compañeros de clase. Al cabo de los meses, los Fridays for future en defensa del clima cruzaron las fronteras de Suecia para llegar a todo el mundo.
Nuevos tiempos, nuevos líderes
Para concluir, algo de lo que estamos siendo testigos es de que los nuevos símbolos transformadores, no se parecen demasiado a los Luther Kings o los Gandhis. A día de hoy mandan las generaciones más jóvenes, como lo puede ser Malala y cómo no, la propia Greta Thunberg.
La alarma por la crisis climática bien merece personas como ella, chicas y chicos comprometidos en su discurso y en su objetivo. Esperemos por tanto que su mensaje llegue y que nuestros jóvenes sean el día de mañana ese cambio que los adultos de hoy no inician, al volver el rostro hacia otro lado.