9 hábitos para mejorar tu puntualidad y evitar llegar tarde
Suele decirse que llegar tarde es una falta de respeto para quien te espera. Es cierto. Sin embargo, desde el plano clínico sabemos que, detrás de esta conducta, hay factores psicológicos que, a menudo, se pasan por alto y se descuidan. Con el fin de que no te sucedan, describimos una serie de hábitos para mejorar tu puntualidad y favorecer, incluso, tu bienestar mental.
Decimos esto porque, muchas veces, la procrastinación o el no llegar a la hora a tu trabajo, esconden ciertas dosis de ansiedad. No obstante, aseguramos que, con tu compromiso y cambios muy estratégicos, lograrás tener un mayor control del tiempo y evitar retrasos en tus citas. Toma nota de las estrategias que planteamos.
«Mejor tres horas demasiado pronto que un minuto demasiado tarde».
Hábitos para mejorar tu puntualidad desde hoy
Hay quien demuestra una puntualidad británica, mientras otros, en cambio, echan mano de mil excusas porque casi siempre llegan tarde. Si esto último te define de forma recurrente, proponemos en primer lugar, profundizar en el origen. Es frecuente, por ejemplo, que los retrasos constantes se expliquen por factores de personalidad.
Un trabajo divulgado en Journal of Research in Personality señala que las personas más escrupulosas son las más puntuales. La falta de este factor argumentaría las demoras. Ahora bien, la buena noticia es que puedes desarrollar nuevos hábitos para dar fin a la tardanza repetitiva y mejorar, además, otros ámbitos de tu vida. Te exponemos cómo.
1. Autoconocimiento y anticipación
Para mejorar tu puntualidad debes crear un plan de actuación. El paso más decisivo requiere que conozcas qué detonantes provocan que no llegues a la hora a tus citas.
El autoconocimiento es un ejercicio de responsabilidad para mejorar tu conducta y esto requiere de tu firme compromiso. Mira los posibles desencadenantes que facilitan dicha realidad:
- Te despistas con mucha facilidad.
- Es posible que te cueste levantarte de la cama.
- Siempre has tenido problemas para gestionar el tiempo.
- Cuando la cita que tienes no te motiva, es común que llegues tarde.
- Sueles ser muy lento a la hora de realizar tus preparativos antes de salir de casa.
Tras leer estas dimensiones valora qué aspectos son los que te definen y anticípate a ellos. Es la línea de salida desde la que empezar a trabajar para mejorar tus hábitos. Asimismo, en los siguientes puntos, te facilitamos consejos que abordarán en profundidad muchas de estas áreas descritas.
2. Correcta gestión del tiempo
Este dato te interesará. El Journal of Experimental Psychology resalta que la tardanza crónica también tendría como origen una mala gestión del tiempo originada por un déficit en la memoria prospectiva. Se trata de la competencia cognitiva que te permite recordar y planificar acciones futuras. Los siguientes hábitos permiten mejorar esta dimensión:
- Planifica el día antes las tareas por hacer antes de salir de casa.
- Programa varias alarmas para que te avisen qué hacer en cada momento.
- Calcula el tiempo para llegar a tu cita con al menos media hora de antelación.
- Anticipa posibles situaciones que entorpezcan la llegada puntual (por ejemplo, el tráfico).
- Retrasa tus relojes al menos quince minutos con el fin de tener un intervalo de tiempo a tu favor.
3. Truco mental: piensa que siempre llegarás tarde
El cerebro es perezoso y suele autoconfiarse. Es más, si ya tienes el hábito de retrasarte, le costará generar cambios. Por ello, nunca está de más aplicar una estrategia mental: repítete a ti mismo que te retrasarás y que no llegarás a la hora. El propósito es incentivar el impulso motivacional que enciende los motores de lo conductual.
4. Regulación emocional para vencer la procrastinación
Entre los hábitos para mejorar tu puntualidad están los focalizados en permitirte vencer la procrastinación. Esta dimensión es como una entidad psicológica que actúa de tapadera para esconder más de un problema. Una publicación de Frontiers in Psychology nos dice que entre esos factores suelen estar la ansiedad, la autoexigencia, la autocrítica, etc.
La tardanza crónica se explica en buena parte de los casos por factores internos. De hecho, esos retrasos no se deben a tu falta de responsabilidad, sino a variables mentales que hay que detectar para actuar ante ellas. Al mejorarlas, también verás un cambio en tu bienestar general. Compartimos, por tanto, qué claves te serán de ayuda:
- Deja espacio a tus emociones, no las reprimas e identifícalas.
- Habitúate a cada día a los ejercicios de respiración profunda.
- Practica técnicas de relajación una o dos horas antes de tu cita.
- Genera cambios que te permitan canalizar las emociones difíciles.
- Averigua qué te preocupa en tu vida y qué promueve tu procrastinación.
- Busca estrategias para liberar la tensión emocional: deporte, meditación, arte, etc.
5. Practica la empatía
Este hábito incrementa tu capacidad para esforzarte en ser puntual. Ponte, por un lado, en la piel de esas personas que te esperan cuando conciertas un encuentro con ellas. No es agradable aguardar a alguien y ver cómo pasan los minutos sin que aparezca. Tal situación tiene un impacto negativo y a nadie le gusta.
Por otro lado, también es importante que practiques la autoempatía y recuerdes la forma en que te afectan tus propios retrasos. Anticipa cómo te sentirás y la frustración que genera. Piensa que este tipo de comportamientos pueden dañar tu autoimagen. Así siempre valdrá la pena esforzarte por llegar a tiempo.
Algunas personas fallan en sus expectativas y dan por sentado que siempre tienen tiempo de sobra para acudir a su cita, cuando en realidad no es así. Sus mentes divagan con mayor frecuencia y les cuesta focalizar la atención en las tareas a realizar antes de salir de casa. Por término medio, esta característica es más frecuente entre quienes padecen TDAH.
6. Refuerza tu sistema dopaminérgico
¿Has oído hablar del síndrome del retraso crónico? La autora Diana DeLonzor nos explica en su libro Never be late again: 7 cures for the punctually challenged (2003) que hay personas adictas a dejar las cosas para el último momento con el fin de experimentar un subidón de adrenalina. Están, por así decirlo, habituadas a vivir al límite del «peligro».
Ejemplo de ello son los alumnos que siempre estudian la noche anterior al examen. Te gustará saber que hay una estrategia interesante para corregir esta conducta e incrementar tu producción de dopamina. Cada vez que llegues media hora antes a tu encuentro o cita, recompénsate con un refuerzo positivo, como darte un pequeño capricho.
7. Mapas mentales y técnicas de visualización
Un mapa mental permite mejorar tu puntualidad al planificar cada paso que darás para llegar a tiempo. Esto contribuye en regular tu conducta y tener un esquema en tu cerebro sobre qué hacer en cada momento para no salirte de lo pautado.
Otro recurso de gran ayuda son las técnicas de visualización. En la revista Basic and Applied Social Psychology refieren que el ejercicio de visualizar tus tareas facilita el tener éxito en una actividad. En este sentido, no dudes en imaginarte llegando a tiempo. Esto te motivará para comprometerte a tal fin.
8. Diferencia lo importante de lo secundario
Cuando estás en tu casa y tienes una reunión prevista para dentro de una hora, pueden suceder muchas cosas. Una es darte cuenta de que no tienes ropa planchada y la segunda que se rompió la tostadora. En estas situaciones, hay quien no es capaz de dar prioridad a una tarea sobre la otra, como sería, en este caso, tener listo ese traje con el que irás a la cita.
Entre los hábitos para mejorar tu puntualidad y evitar llegar tarde está la competencia cognitiva de saber discriminar las prioridades. Esto que, te puede parecer una simpleza, no lo es en absoluto para una parte significativa de la población. Las personas con un trastorno de déficit de atención e hiperactividad presentan dificultades en esta área.
9. Mejora tu pensamiento futuro, es un arma de poder
Tu mente tiene una predisposición innata al ejercicio de divagar. Salta de un recuerdo a otro, de una preocupación a un deseo, de una idea ansiosa a una reflexión cualquiera. No solo le cuesta focalizarse en el aquí y ahora para evitar llegar tarde, sino que, además, no es muy hábil en el razonamiento futuro.
En este sentido, tal y como matizan en Current Opinion in Behavioral Sciences, el pensamiento futuro episódico define la capacidad que tienes para simular los eventos que pueden suceder a corto o largo plazo. Esto te permite planificar mejor al anticipar qué situaciones impedirían llegar a tiempo, por ejemplo, como mencionamos antes, el tráfico.
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La puntualidad, una dimensión que también importa en tu salud mental
Los hábitos para mejorar tu puntualidad aquí descritos también optimizan tu salud mental. Al fin y al cabo, la tardanza crónica afecta al funcionamiento psicosocial. No solo corres el riesgo de que te despidan del trabajo, los retrasos enfadan a tu entorno cercano y, poco a poco, desarrollas una visión más negativa de ti.
La psicología siempre intenta comprender qué hay detrás de dicha dinámica. A veces, son factores de personalidad, otros es el TDAH o, incluso, la ansiedad o una depresión encubierta. Inicia hoy mismo el cambio y procura mejorar tus hábitos con las pautas descritas. De igual modo, no dudes en solicitar ayuda especializada si no logras avances y tu malestar empeora.
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