La historia de Patrick Kearney, el asesino de la carretera

A finales del siglo pasado, la comunidad gay de California, en Estados Unidos, vivió horrorizada una epidemia de asesinatos en serie. En este artículo te contamos la historia de uno de los perpetradores de esta masacre.
La historia de Patrick Kearney, el asesino de la carretera
Gorka Jiménez Pajares

Escrito y verificado por el psicólogo Gorka Jiménez Pajares.

Última actualización: 13 septiembre, 2023

Durante casi una década, tres asesinos en serie sembraron el terror en las calles de California. Aunque asesinaban de manera independiente, se mimetizaban entre ellos. Su modus operandi era tan idéntico y las víctimas que escogían eran tan similares que la policía, en un principio, atribuyó todos los asesinatos a un solo individuo.

Uno de estos asesinos era Patrick Kearney, quien, al igual que los otros dos homicidas, fue denominado «el asesino de la carretera». El motivo de este apodo se debió a que varias de las víctimas eran recogidas (y posteriormente asesinadas) cuando hacían autostop. Con el tiempo, su pseudónimo pasaría a ser the trash bag killer, el cual, traducido al español, significa ‘el asesino de la bolsa de basura’.

En este texto te contamos la historia de este asesino en serie que durante quince años causó terror en California.

La vida de Patrick Kearney

Patrick Kearney nació a finales de los 40 del siglo pasado, en Los Ángeles. Aunque existe el imaginario de que los grandes asesinos en serie proceden de familias bastante desestructuradas, Kearney es una excepción a esta norma, puesto que, tras un análisis de su infancia y adolescencia, se determinó que su familia era normal.

Sin embargo, hubo episodios en su niñez que hicieron de esta una etapa traumática. En este sentido, se sabe que sufrió bullying durante años, lo que sentó las bases de un propósito que, con el tiempo, llegaría a ser real: asesinar a todo aquel que supusiera una amenaza.

Cuando era adolescente, recibió muchos insultos y advertencias de muerte, entre ellas, una que lo dejaría marcado: «te voy a matar, maricón». Esta frase quedó impresa a fuego en la mente de este joven asesino. Le hizo obsesionarse y albergar creencias negativas hacia la comunidad gay de su condado, hasta tal punto que sus víctimas siempre fueron hombres jóvenes.

Ahora bien, Patrick Kearney era muy inteligente. Tenía diferentes habilidades, hablaba fluido el español y terminó una carrera de ingeniería. Gracias a estas aptitudes cognitivas, consiguió un gran número de trabajos y, por ende, nunca le faltó un techo o alimento que comer.

Pasados los años, se enamoró de un hombre, con quien decidió mudarse. Su nombre era David Hill, y con él se estableció en Los Ángeles, en 1967. Para esta época, sería cuando Kearney cometería varios de los asesinatos que confesó en 1977.

Los crímenes

Tras la confesión de sus asesinatos, las autoridades lograron comprobar que Patrick Kearney asesinó a 21 hombres. Sin embargo, su confesión constaba de 28 homicidios y, de acuerdo con la información recopilada a través del tiempo, se ha llegado a plantear que Kearney pudo haber asesinado hasta 40 individuos.

Patrick ideó un método que le permitió controlar la situación de cada asesinato. A diferencia de los otros dos asesinos en serie que hemos comentado al comienzo del artículo, era pulcro, refinado y limpio.

Sus víctimas morían sin sufrir demasiado, ya que solía darles un balazo de improvisto mientras manejaba. No obstante, a pesar de que el procedimiento que llevaba a cabo se ha considerado como aséptico, la realidad es que hacía cortes y desmembraba y amputaba diversas partes y órganos de sus víctimas.

The trash bag killer

En todos los casos, el modus operandi de Patrick Kearney fue demasiado similar. Recogía a los individuos en la carretera, les disparaba, violaba sus cuerpos y los desmembraba. En seguida, depositaba los restos en bolsas negras y los dejaba en diferentes lugares del desierto. Por ello, fue que se le estableció el remoquete the trash bag killer.

Entre sus víctimas, hay casos como el de Oliver, de 13 años, un muchacho que durante el día 21 de marzo del año 1976 hacía autostop en la Baja California. Patrick Kearney lo recogió y nunca más se volvió a saber del joven. De hecho, su cadáver nunca fue encontrado, como sucedió con varias de las víctimas de este asesino.

Con posterioridad, Kearney confesó haber tenido prácticas necrofílicas con el cuerpo de Oliver, para después desmembrarlo. Hoy, se hipotetiza que puedan existir partes de él en diversos puntos del condado de Los Ángeles.

Las víctimas de Kearney siempre fueron varones de entre 5 y 28 años. Esto aporta un dato relevante, puesto que este asesino pudo padecer, además de necrofilia, un trastorno parafílico conocido como trastorno de pedofilia.

Larry Espy, de 17 años; Ronald Dean, de 5 años; David Allen, de 27 años; Wilfrid Lawrence, de 20 años; Nicolás Hernández-Jiménez, de 28 años; John Demchick, de 13 años, son algunos de los nombres de las víctimas de este asesino en serie.

Captura y condena

LaMay, un muchacho de apenas 18 años, fue la víctima que se llevó una triste victoria a la tumba. Fruto de su asesinato, Patrick Kerney fue arrestado, juzgado y condenado.

Consiguió eludir la pena de muerte, dado que el juez valoró el hecho de que confesara sus crímenes y declarara su culpabilidad. No obstante, fue condenado a cadena perpetua. En la actualidad, Patrick Kearney está recluido en la prisión estatal de Mule Creek, en California.

Créditos de la imagen principal: Infobae.com

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