Breve historia de la homofobia

La homofobia es una actitud que ha estado presente, y sigue presente, en muchas sociedades. En este artículo repasamos su historia, con la esperanza de que sigamos avanzando y esta actitud termine desapareciendo.
Breve historia de la homofobia
Isabel Monzonís Hinarejos

Escrito y verificado por la psicóloga Isabel Monzonís Hinarejos.

Última actualización: 09 septiembre, 2019

En la actualidad, se están haciendo esfuerzos en todo el mundo para legalizar, despenalizar y normalizar la homosexualidad. Cada vez son más los países que avanzan en estos derechos, pero todavía queda mucho trabajo por hacer. Sin embargo, la homosexualidad no siempre ha sido perseguida, castigada o discriminada. En este artículo nos adentraremos en la homofobia, su aparición y su evolución a lo largo de la historia.

La palabra homofobia viene de los términos griegos homo (igual) y fobia (miedo). Sin embargo, en la antigua Grecia eran habituales las conductas homosexuales, aunque con ciertos matices. Estas se veían como un privilegio solo para hombres y se aceptaban solo en determinados rangos sociales. Además, también dependían del rol que desempeñaba cada persona en la relación sexual.

Algo similar ocurrió durante el principio de la época romana. Sin embargo, con la aparición del cristianismo y la progresiva conversión del pueblo romano a esta religión, las tradiciones fueron evolucionando. Se puede afirmar por tanto, que la aparición del discurso homofóbico tuvo su origen en la Europa cristiana medieval.

Durante los siglos V y XV, la iglesia cristiana aceptaba las relaciones sexuales solo dentro del matrimonio y con el único fin de la reproducción. Así, todas aquellas prácticas sexuales que la obstaculizaran eran consideradas indebidas y antinaturales. Consecuentemente, todas las prácticas sexuales extramatrimoniales, como el adulterio, el “bestialismo” o las relaciones homosexuales, también eran motivo de condena.

A partir del siglo XIII además, el pecado de la sodomía se convierte también en delito porque atenta contra la naturaleza, es decir, contra la ley natural. Guash (2000) define esta ley como “el modo establecido por Dios para que las criaturas racionales participen de la Ley Eterna”.

Manos de dos hombres agarrados

La transformación del discurso homofóbico en la Edad Contemporánea

De la religión a la medicina

Pocos son los cambios que se producen hasta el inicio de la Edad Contemporánea en el siglo XIX. Hasta la Revolución Francesa, se justifica la condena hacia la homosexualidad mediante el discurso religioso.

Sin embargo, tras la crisis del Antiguo Régimen se produce un leve cambio. Si antes era la religión la encargada de dictaminar las conductas sexuales aceptables, ahora es la medicina la que hace toma el relevo. De hecho, redefine el concepto de contra natura y establece que las sexualidades no convencionales atentan contra la naturaleza porque atentan contra la biología.

Por tanto, durante el siglo XIX quienes transgreden las normas socialmente previstas para la sexualidad dejan de ser pecadores para convertirse en enfermos (Guasch, 2000).

La 2º Guerra Mundial, la sexología y la revolución sexual

A partir de la segunda Guerra Mundial, se inicia un proceso lento de cambio en el discurso médico respecto a la sexualidad no heterosexual. Gracias al surgimiento de la sexología, la sexualidad pasa a ser investigada, controlada y tratada bajo esta nueva disciplina. Este hecho supone el inicio de un periodo de revolución sobre el estudio de las sexualidades.

En estos años, surgen investigadores tan conocidos como W. Masters y V. Johnson o Alfred Kinsey. De hecho, existen series y películas actuales sobre estos autores, como la serie Masters of Sex (2013-2016) o la película Kinsey (2004). Sus hallazgos en material de la respuesta sexual humana y las disfunciones sexuales, así como el famoso informe Kinsey, son acontecimientos clave que anticiparon la revolución sexual de la década de los 70.

El movimiento por los derechos LGTB

Durante esta década, se comienza a redefinir la normalidad sexual. En otras palabras, se empieza a cuestionar si la heterosexualidad no es la única orientación válida. A partir de la siguiente década, gracias a los movimientos gay y feminista el estudio de la sexualidad se consolida completamente.

Es cierto que el inicio del movimiento por los derechos del colectivo gay comienza realmente en el siglo XIX, pero no es hasta los disturbios de Stonewall en 1969 que se formaliza. A partir de estos acontecimientos, la lucha del movimiento LGTB se ha centrado en abolir la legislación que penaliza la homosexualidad y en eliminar actitudes negativas y rechazos hacia este colectivo, es decir, la homofobia.

Desde entonces, han tenido lugar dos hechos que han determinado la lucha contra la homofobia. El primero, la retirada de la homosexualidad como trastorno mental del manual diagnóstico americano de psiquiatría (DSM), en 1973. Y, el segundo, la eliminación de la homosexualidad como enfermedad por parte de la Organización Mundial de la Salud, en 1990.

Manos formando un corazón

La homofobia en la actualidad

Al adentrarnos en las causas actuales de la homofobia, se ha descubierto que las variables que más influyen en estas actitudes son (Frías, 2006):

  • Conservadurismo político.
  • Contacto social con personas homosexuales.
  • Discriminación y prejuicio.
  • Distancia social.
  • Hostilidad y agresión.
  • Miedo al SIDA.
  • Atribuciones sobre el origen de la homosexualidad.
  • Nivel educativo.
  • Religiosidad.
  • Sexismo.
  • Socialización del rol de género tradicional.
  • Nivel de autoritarismo.
  • Género.

Aunque se ha avanzado mucho en la lucha por los derechos del colectivo LGTB, sobre todo en Europa, la homofobia sigue estando presente en todas las sociedades. Desde países que normalizan y protegen a las personas homosexuales hasta países que las persiguen y las penan con la muerte, la situación actual a nivel global indica que queda mucho camino por recorrer.


Todas las fuentes citadas fueron revisadas a profundidad por nuestro equipo, para asegurar su calidad, confiabilidad, vigencia y validez. La bibliografía de este artículo fue considerada confiable y de precisión académica o científica.



Este texto se ofrece únicamente con propósitos informativos y no reemplaza la consulta con un profesional. Ante dudas, consulta a tu especialista.