¿Qué influencia tiene la música en las personas?

La música es un recurso antiquísimo que influye en nuestros estados mentales y emocionales. Veamos cómo nos afecta.
¿Qué influencia tiene la música en las personas?
Sergio De Dios González

Revisado y aprobado por el psicólogo Sergio De Dios González.

Escrito por Edith Sánchez

Última actualización: 07 abril, 2022

La música es un lenguaje  universal capaz de despertar emociones y sensaciones únicas. A veces escuchas cantar a alguien en un idioma desconocido, pero logras sentir lo que quiere transmitir, aunque no sepas específicamente qué dice la letra. Lo que sí sabes es que está expresando algo alegre, o triste, o dramático, etc.

La música es como el chocolate, le gusta a casi todo el mundo. Esto sucede desde tiempos inmemoriales. Desde que existe la cultura misma, también existe un lugar para esos sonidos rítmicos que comunican sentimientos. En todos los tiempos y en todas las civilizaciones ha existido esta forma tan particular de expresión, tan rica en estilos.

Cuando me siento temeroso, sostengo mi cabeza en alto/ y silbo una tonada alegre, para que nadie sospeche que tengo miedo…/ Y cada vez/ la felicidad de la tonada me convence de que no tengo miedo”.

-Rogers y Hammerstein-

Sin darnos cuenta, a veces acudimos a la música buscando un contenedor para sentimientos que nos abruman, un lugar donde puedan desbordarse libremente sin dañar a nadie. Otras veces nos reunimos para bailar y hacer que los ritmos musicales marquen el de la fiesta. También buscamos las melodías para tranquilizarnos, o para estudiar o trabajar. Pero, ¿cuál es realmente la influencia  de la música en nuestra mente?

Un experimento en torno a la música

Este experimento se llevó a cabo en la facultad de psicología de la BUAP, en México. Lo dirigió el profesor Roberto Valderrama Hernández. Su propósito  era averiguar cuál era el efecto de una melodía “fuerte” en la ansiedad. Por melodía “fuerte” se entiende aquella que tiene un ritmo irregular, marcado, rápido y escuchada a un volumen alto. Básicamente corresponde al “metal pesado” o “heavy metal”.

Cerebro con cascos de música

Para el estudio se eligió a 137 sujetos. Entre ellos, 31 eran hombres y 106 mujeres. La edad promedio era de 20 años y todos eran estudiantes de psicología. Primero se les practicó un test para medir su estado de ansiedad. Después se les hizo escuchar fragmentos de heavy metal  de 5 minutos cada uno. En total, cada investigado completó una escucha de 47 minutos.

El investigador pudo observar que durante los lapsos de escucha, los participantes incrementaban el nerviosismo. Se mostraban inquietos y lo expresaban cambiando constantemente de posición y con movimientos erráticos de las manos y los pies.

Valderrama pudo concluir que este tipo de melodías excitantes incrementaban el nivel de ansiedad. La explicación radica en que esta clase de ritmos  estimulan intensamente el sistema simpático y esto aumenta la tensión física y psicológica. Si esta no se libera a través de movimientos como bailar o saltar, la energía se acumula y da lugar a síntomas propios de la ansiedad.

El efecto positivo de la música

Que las notas musicales “generen” energía no es un problema. El problema viene cuando esta energía no puede gastarse realizando actividad física. En ese sentido, la “música fuerte” es magnífica para situaciones que exijan conductas enérgicas o competitivas.

Mujer libre escuchando música

Asimismo, las notas musicales tienen la capacidad para relajarnos. Se logra con aquellos géneros que tienen ritmos más regulares, lentos y el volumen no es tan alto. Algunas piezas de música clásica, instrumental o pop suave contribuyen a tranquilizarnos. Se emplean incluso en salas donde se llevan a cabo radioterapias o tratamientos médicos agresivos.

La ciencia ha podido establecer que los ritmos musicales estimulan diferentes áreas del cerebro. De hecho, una investigación de la Universidad de La Florida sugiere que los ritmos musicales ofrecen más activación cerebral que cualquier otro estímulo conocido. Dentro de los principales efectos positivos están los siguientes:

  • Fortalece el aprendizaje y la memoria.
  • Regula las hormonas relacionadas con el estrés.
  • Permite evocar experiencias y recuerdos.
  • Incide sobre los latidos, la presión arterial y el pulso.
  • Modula la velocidad de las ondas cerebrales.

Se ha comprobado también que la buena música fortalece el sistema inmunológico y se traduce en mejor salud. No por nada las vacas dan más leche cuando se les ponen las sonatas de Mozart. Tampoco es azaroso el hecho de que las plantas florezcan más cuando hay música de fondo. La clave está en encontrar el ritmo que nos pueda favorecer en cada situación específica, de manera que podamos sacarle todo el partido a nuestro favor.

Por último, no debemos olvidar el impacto de la música en nuestras emociones. La mayoría de nosotros ha recurrido a ella para promover ciertos estados emocionales como la alegría o la tristeza. De hecho, un estudio demostró que escuchar música mientras conducimos puede tener un impacto positivo en el estado de ánimo. Además, se comprobó que el rendimiento de conducción en situaciones de alta demanda no se ve afectado negativamente por la música.

¿Y en los músicos? ¿Qué influencia tiene?

La música no sólo influye en aquel que la escucha sino también en quien la produce. Una revisión empírica publicada en International Journal of Music Education encontró que la práctica activa de la música a lo largo de la vida suele traer una serie de beneficios; especialmente durante la primera infancia. Entre ellos destacan:

  • Potencia el desarrollo de las habilidades perceptivas que afectan al aprendizaje del lenguaje y que posteriormente repercuten en la alfabetización.
  • Ayuda al desarrollo de la coordinación motriz fina en la medida que se aprende a tocar un instrumento.
  • Mejora el razonamiento espacial, un aspecto de la inteligencia general que está relacionado con algunas de las habilidades necesarias para las matemáticas.
  • Mejora la autopercepción, siempre y cuando el niño tenga experiencias de aprendizaje positivas y gratificantes.

Este texto se ofrece únicamente con propósitos informativos y no reemplaza la consulta con un profesional. Ante dudas, consulta a tu especialista.