Instrumental: el libro sobre el amor de James Rhodes
“Me violaron a los seis años. Me internaron en un psiquiátrico. Fui drogadicto y alcohólico. Me intenté suicidar cinco veces. Perdí la custodia de mi hijo. Pero no voy a hablar de eso. Voy a hablar de música. Porque Bach me salvó la vida. Y yo amo la vida”. Estas frases tan impactantes son las que figuran en la contraportada de “Instrumental”, el libro de James Rhodes que merece cualquier cantidad de tiempo que invirtamos en su lectura.
“La vergüenza es el motivo por el que no se lo contamos a nadie. Las amenazas funcionan cierto tiempo pero no años.”
Es probable que hayas escuchado hablar de de Instrumental y de que su autor además de ser un excelente y conocido pianista, se había atrevido a contar una durísima historia, demostrando todo su amor y valentía enfrentándose a sus demonios.
Una batalla judicial por un libro
Rhodes tuvo que librar una batalla judicial con su ex mujer para lograr que el libro se publicara. Ella solicitó que no se publicara para proteger al hijo que tenían en común y que sufre Asperger. El juez impuso medidas cautelares a James Rhodes para que no lo pudiera compartir en las redes sociales ni en aquellas ocasiones en las que acudía al psiquiatra.
Finalmente, el Tribunal Supremo autorizó la edición del libro, tras una fuerte campaña en la que Rhodes recibió el apoyo de multitud de amigos, conocidos y personas anónimas que creían en la libertad de expresión y en la necesidad de dar a conocer la historia al mundo.
Instrumental como una biografía
James Rhodes con sus 40 años ya ha escrito una biografía sobre cómo le violaron cuando era niño y lo cuenta sin ocultar nada, sin vergüenza. Es un libro lleno de palabrotas y de imágenes tan duras que en algún momento parece que necesitamos dejar de leer, pero a la vez no podemos parar.
“El perdón es un concepto maravilloso. Algo a lo que aspiro pese a que a veces no me parezca más que una fantasía, aunque deseable, imposible”
En el libro Rhodes utiliza un lenguaje muy llano y que consigue que nos identifiquemos con él, que suframos con él, que entendamos por qué bebía, se drogaba y se hería a sí mismo. Y todo eso lo logra gracias al amor que tiene de fondo todo lo que cuenta.
El poder sanador de la música
“La música clásica me la pone dura”. Así empieza Instrumental. Y es precisamente ese poder sanador de la música lo que ha logrado que James Rhodes no se hundiera y que su gran talento tocando el piano le haya hecho ver la vida de otra forma y transmitirnos la gran belleza de la música clásica.
El famoso neurólogo Oliver Sacks, cuenta en su libro “Musicofilia” varias historias que demuestran la influencia positiva de la música. Destaca la historia de Clive Wearing, un músico inglés que sufrió con solo 45 años una infección en el cerebro que afectó a su memoria.
El rango de memoria de Clive era de siete segundos, pero cuando tocaba el piano todo fluía y contactaba con su memoria y su conocimiento musical. A pesar del daño cerebral, sus habilidades para tocar el piano, cantar o dirigir un coro quedaron intactas.
James Rhodes y el piano
En cada capítulo de ”Instrumental”, Rhodes comienza hablando de una pieza de música clásica de piano y de su autor. Nos cuenta brevemente la vida del autor y alguna anécdota, de forma que consigue generar un interés por la música clásica y transmitirnos una nueva visión alejada de todo el formalismo del que suele penar y gozar al mismo tiempo.
A la vez, cada pieza de piano está íntimamente ligada a una situación la vida de James Rhodes. Pasa del victimismo, al entusiasmo, la tristeza, la autodestrucción, el amor, la amistad. Además, resulta muy interesante leer cómo describe el proceso de aprendizaje del piano, sus manías, su forma de asimilar la música.
Un libro sobre el amor
Pero a pesar de todas las palabras, de la dureza de la historia, de las drogas, el alcohol, los psiquiátricos, las rupturas, “Instrumental” no es un libro que hable exclusivamente de abusos sexuales, sino que habla también y en gran medida del amor.
Se trata de un amor hacia su hijo, hacia su pareja, hacia sus amigos y sobre todo de un amor hacia la música y hacia la vida, porque como él mis dice “Bach me salvó la vida”. James Rhodes nos da una lección de superación a través de los buenos sentimientos y de su pasión por el piano.
“Desprendes una energía que revoluciona mi mundo y mi corazón y que les da vueltas. Pese a tu deliciosa excentricidad, hay una belleza absoluta que mana de todos los poros, de todas las células de tu cuerpo. Y espero que nunca, jamás, llegue a creerme la suerte que tengo de que estés a mi lado”