Jean-Paul Sartre: biografía de un filósofo existencialista
Filósofo, dramaturgo, activista, periodista político, escritor… Jean-Paul Sartre fue uno de los representantes más destacados del existencialismo y del marxismo humanista. Su obra contiene la esencia del pensamiento contemporáneo y esas valiosas reflexiones entre la compleja relación entre el yo y la sociedad. Sus ideas, su legado, han sido clave para la psicología.
Influenciado por otros grandes pensadores alemanes como Husser y Heidegger, Sartre fue ese hombre capaz de ganar el premio Nobel y declinarlo. Todo debido a la firme necesidad de ser coherente con sus principios ideológicos. Fue también esa figura capaz de tomar las armas para luchar por la liberación de un pueblo africano y de demostrarnos con ello que la libertad, como tal, exigía un compromiso auténtico.
Asimismo, y más allá de su faceta como filósofo, como activista y escritor, es interesante incidir en el impacto de su obra en el contexto psicológico. Jean-Paul Sartre asentó las bases de una nueva corriente, la humanista-existencial. Su postura basada en la responsabilidad del hombre sobre sus actos, en el autoconocimiento y su conocida premisa de “Pienso luego soy”, marcaron un antes y un después.
“Felicidad no es hacer lo que uno quiere sino querer lo que uno hace”.
-Jean-Paul Sartre-
Jean-Paul Sartre, la biografía de un filósofo activista
Sartre nació en París el 21 de junio de 1905. Era hijo de un militar naval. Sin embargo, la pérdida temprana de su padre hizo que su educación fuera tan diferente como decisiva. Fue criado por su madre y su abuelo. Anne Marie Schweitzer, le transmitiría la pasión por la literatura, mientras que Albert Schweitzer lo iniciaría en la filosofía.
No dudó por tanto en seguir esa corriente intelectual. De manera que en 1929 obtuvo su doctorado en filosofía en un centro elitista como fue la École Normale Supérieure. Fue precisamente en esta época estudiantil donde conoció a Simone de Beauvoir, la que sería su compañera de por vida y esa aliada intelectual indispensable en su día a día.
Ahora bien, todo cambiaría bastante con el estallido de la Segunda Guerra Mundial.De hecho, llegó a ser prisionero de los alemanes. Episodio que marcaría sus posteriores trabajos, una vez recuperada la libertad en 1941. No tardó demasiado en volver a la vida activa colaborando con Albert Camus en Combat, el periódico de la Resistencia.
Un hombre comprometido con la libertad y el activismo social
En 1945 Jean-Paul Sartre y Simone de Beauvoir iniciarían un proyecto en común de gran inspiración social. Se trataba de la revista política y literaria “Les temps modernes”. Sus ideales socialistas y sus contactos con el comunismo marcaban ya plenamente esta etapa tan decisiva en su biografía.
Fue un crítico feroz de la guerra de Vietnam. Se marcó como propósito mostrar al mundo los crímenes e injusticias llevadas a cabo por Estados Unidos. Más tarde, en 1964, Sartre recibiría el Premio Nobel por sus aportaciones al campo del pensamiento. No obstante, como ya hemos señalado, lo rechazó.
Según Sartre, aceptar el Nobel provocaba perder esa visión crítica como filósofo, como mente comprometida con el activismo social y la independencia intelectual. Pasó toda su vida solidarizándose con infinitas causas y vivía de manera humilde.
Falleció el 15 de abril de 1980. Tenía 74 años, y a su funeral acudieron miles de personas. Descansa en el cementerio de Montparnasse, en París.
La náusea, la mayor contribución literaria de Jean-Paul Sartre
Para comprender el legado de Jean-Paul Sartre y su contribución al existencialismo-humanista es necesario que nos acerquemos a su ópera prima: La náusea. Este libro, más allá de su indudable calidad literaria, instó a la sociedad de la época a entender el mundo de otro modo. A través de una visión más despierta, crítica y profunda.
Referentes de La náusea
Sartre escribió esta obra con poco más de 26 años y cuando estaba en Berlín, coincidiendo con la llegada de Hitler al poder. En esa época, lo único que hacía era leer a sus dos referentes teóricos: Husserl y Heidegger. Sentía una fascinación absoluta por el concepto de la fenomenología del primero y por ese modo de describir los acontecimientos a través de la percepción, de las impresiones que el exterior dejan en nuestra mente.
De ese modo, el libro más conocido de Sartre es un ejercicio fenomenológico donde describir su propia experiencia como profesor en un liceo de Le Havre. En ese contexto, lo único que sentía y percibía era oscuridad, vacío, falta de sentido ante todo lo que acontecía a su alrededor.
Antoine Roquentin el alter ego de Sartre
El protagonista de La náusea es Antoine Roquetin, el alter ego de Sartre. Estamos ante un joven que llega de Indochina para instalarse en una ciudad imaginaria con un fin muy concreto: realizar la biografía sobre un aristócrata del siglo XVIII. Lo único que hace nuestro protagonista es escribir, relacionarse con la dueña del hotel, escuchar jazz y hablar con Autodidacto, una criatura ávida de conocimientos que consume un libro tras otro.
En este singular escenario se desenvuelve la trama de La náusea. Una obra donde el lector “consume” también página tras página, la apatía profunda del protagonista. Su repugnancia, su incomprensión hacia todo lo que le envuelve. Todo está sometido al azar, todo gravita a su propio ritmo hasta el punto que lo cotidiano adquiere tintes terroríficos.
“Existir es estar ahí simplemente. Los seres existentes aparecen, se dejan encontrar, pero nunca es posible deducirlos. Ningún ser necesario puede explicar la existencia, la contingencia no es una máscara, es lo absoluto”.
-Roquentin, La náusea-
Algo que debemos tener en cuenta sobre esta obra para comprenderla es lo siguiente. Lo que nos describe Sartre, se desarrolla entre 1936 y 1938. En ese momento temporal acontece no solo la ascensión del nazismo en Alemania. También, se desprendía una profunda crisis moral de la sociedad francesa Crisis de la que él fue testigo y que reflejó magistralmente en La náusea.
Reflexiones finales
En esta obra nos dejó mensajes que pueden (y deben) ser aplicados a cualquier momento histórico:
El hombre puede rebelarse contra la tiranía y elegir su propio camino, una vez aceptado el hecho irremediable de que nada tiene sentido.
Pensemos en ello y no dudemos en volver, de vez en cuando, a este legado excepcional que nos dejó un gran filósofo existencialista: Jean-Paul Sartre.
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- Cohen Sola, Annie (2005) Sartre. Madrid: Edhasa
- Sartre, J. P. (2006). El existencialismo es un humanismo (Vol. 37). UNAM.
- Sartre, Jean-Paul (2011) La náusea. Alianza