Kurt Gödel, biografía del “señor por qué”
Kurt Gödel es, sin duda alguna, uno de los más grandes matemáticos de todos los tiempos. Se podría decir que gracias a sus aportaciones se agrietaron los cimientos de las matemáticas tal y como se entendían hasta entonces. No solo probó que había inconsistencias en lo conocido, sino que también evidenció que la lógica tiene importantes limitaciones.
Este maravilloso científico es, además, una prueba de que la razón y la sinrazón pueden convivir perfectamente, tanto en una teoría, como en el propio ser humano.
Kurt Gödel era un hombre absolutamente brillante, pero también cargaba con convicciones completamente irracionales. Un genio paranoico en el que inteligencia y locura coexistían de manera simultánea.
“La vida puede ser miserable por setenta años y feliz por un millón de años: el corto período de miseria puede incluso ser necesario para el conjunto”
-Kurt Gödel-
En otras palabras, lo que Kurt Gödel probó es que no todas las verdades matemáticas podían ser probadas. O, como lo refiere un artículo de la BBC: “Lo que Gödel hizo era (sic) usar matemáticas para probar que las matemáticas no podían probar todas en matemáticas”. De esta premisa se deduce, entonces, que existen verdades, matemáticas y de otro tipo, que pese a ser ciertas, no pueden ser probadas.
Kurt Gödel: el señor por qué…
El apodo del “señor por qué” se lo puso su propia familia. Gödel se mostró siempre como una persona marcada por una curiosidad desaforada frente al mundo. Quería saberlo todo y para todo necesitaba encontrar una explicación. Por ello, no hacía más que preguntar y, como consecuencia, se ganó el famoso apodo.
Nació el 28 de abril de 1906, en una localidad llamada Brünn, que en ese entonces pertenecía al Imperio Austrohúngaro y, más tarde, se convirtió en Checoslovaquia; actualmente, forma parte de la República Checa. En todo caso, el tema de las nacionalidades fue muy complicado para él.
Provenía de una familia alemana y no hablaba checo. Con la desaparición del imperio, de la noche a la mañana, se convirtió en ciudadano checo. Como no se sentía parte de esa nación, decidió nacionalizarse como austriaco en 1923. Después, Alemania anexionó a Austria y, por lo tanto, se transformó en ciudadano alemán. Finalmente, tras la Segunda Guerra Mundial se hizo con la nacionalidad estadounidense.
La fabulosa obra de Gödel
Antes de Kurt Gödel, en el panorama científico, las matemáticas conformaban el terreno de la absoluta certeza. En otras palabras, en ese ámbito habitaba lo que todo científico busca: la verdad. Este hecho parecía incuestionable hasta que comenzaron a aparecer signos de crisis.
A comienzos de siglo XX, el matemático Georg Cantor había sembrado algunas semillas de duda que terminaron siendo alimentadas gracias a las paradojas de Russell.
David Hilbert, un famoso matemático, se proponía devolver la página y probar que los fundamentos de su ciencia eran tan sólidos como se habían considerado siempre. Hizo un notable esfuerzo hasta que apareció la tesis de grado de un joven llamado Kurt Gödel y logró probar exactamente lo contrario.
Kurt Gödel se había graduado con honores en la Universidad de Viena, con una tesis de apenas 11 páginas en las que postuló su teoría de la incompletud. Utilizando las matemáticas logró evidenciar que siempre habrá, por lo menos, una proposición que no puede ser demostrada, aunque sea verdadera.
En 1936, uno de sus maestros fue asesinado a manos de un nazi, a raíz de este suceso, Gödel sufrió un colapso nervioso por el que tendría que ser tratado en diversas instituciones psiquiátricas.
Una obra de largo aliento
En 1938, Kurt Gödel contrajo matrimonio con Adele Nimbursky, una exbailarina seis años mayor que él y con la que permaneció hasta su muerte.
Al año siguiente, se le encontró apto para prestar el servicio militar con los nazis y la pareja decidió huir a Estados Unidos, tomando el extenuante tren transiberiano. Llegaron a Pricenton, donde Gödel continuó su trabajo.
Su amistad con Albert Einstein fue proverbial. A los dos se les veía frecuentemente por el campus dando paseos vespertinos y conversando sin tregua.
Gödel era también un gran estudioso de la filosofía y, tanto sus conocimientos matemáticos como las inquietudes filosóficas, lo llevaron a postular “la demostración ontológica de Gödel”. Este postulado consiste, en pocas palabras, en un intento por probar la existencia de Dios.
Durante gran parte de su vida, Kurt Gödel fue asediado por pensamientos paranoicos y estados depresivos. No era fácil darse cuenta de que todas las verdades estaban en tela de juicio, incluso esa misma verdad.
Tenía la convicción de que alguien quería envenenarlo y, por este motivo, tan solo aceptaba comer lo que preparaba su esposa. Sin embargo, su esposa enfermó y estuvo seis meses en el hospital; durante ese lapso, el gran genio murió de hambre.
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- Alonso, E. (2007). Sócrates en Viena: una biografía intelectual de Kurt Gödel. Editorial Montesinos.