La amistad no es eterna

Las amistades surgen durante etapas específicas de nuestras vidas. Al encontrarnos en constante cambio, es lógico que estas relaciones tengan un final en algún momento. Aceptarlo puede ser difícil, pero es importante entenderlo para seguir adelante. Te lo explicamos.
La amistad no es eterna
Sergio De Dios González

Revisado y aprobado por el psicólogo Sergio De Dios González.

Escrito por Equipo Editorial

Última actualización: 10 septiembre, 2021

La amistad forma parte de nuestras vidas, nace, crece y finaliza, a la par que maduramos y cambiamos. Aprender a aceptar las diferentes etapas por las que pasan las relaciones con los demás en nuestra vida, nos permitirá disfrutar más intensamente de estos, ya que sabemos que la amistad puede finalizar por diferentes motivos.

Cuida a tus amigos, son un tesoro. Nunca sabemos cuánto tiempo compartirán su vida contigo. Y como cualquier tesoro, será menor el sufrimiento de la pérdida o la distancia, si mientras duró supimos aprovecharlo intensamente.

Quiénes son los amigos o amigas

Con frecuencia, escuchamos la palabra amigo o amiga, y multitud de frases acerca de ellos y ellas. Sin embargo, la mayor parte de estas referencias, no le dan el valor que tiene la amistad, la profundidad de sentimientos que conlleva.

Un amigo o amiga, es aquella persona con quien compartimos una etapa de nuestra vida, por así decirlo, una parte de nuestro camino de la vida.

No es necesario mencionar además, la importancia de la amistad en la vida de cualquier persona. La amistad nos llena, nos enriquece y hace que crezcamos junto a alguien con quien compartir nuestros sentimientos y experiencias vitales.

¿Qué necesita la amistad?

La amistad, como una planta o como las relaciones afectivas, también necesita tiempo, cuidados, interés, sinceridad y contacto. Llamamos amistad, a una relación llena de sentimientos y afectos hacia la otra persona, diferenciándola así de cualquier otra relación que carece de ellos.

Para que hablemos de amistad, los sentimientos entre ambos amigos, serán de afecto, cariño, amor… Por tanto, la relación estará llena de actitudes cercanas y de detalles especiales.

Además, una amistad nace y se mantiene cuando compartimos algo en común, por ejemplo, unos valores de vida, aficiones, ideas políticas o religiosas, hijos de la misma edad, etc…

“La amistad es un alma que habita en dos cuerpos; un corazón que habita en dos almas.” 

-Aristóteles-

Desde la escuela…

Es indudable que podemos hacer grandes amigos en la escuela y que perduren muchos años después. Sin embargo, esto no impide que surjan nuevas amistades a lo largo de otras etapas de la vida. Aquellos que han estudiado una carrera universitaria, saben que en este periodo de su vida suelen surgir una parte de las mejores amistades. Lo mismo ocurre con los trabajos. A medida que maduramos nos conocemos mejor y, de esta forma, establecemos relaciones más sinceras con aquellos con los que conectamos con más intensidad.

Sin embargo, con frecuencia, los amigos se pierden, quedan solo en el recuerdo de los buenos momentos pasados, quedan atrás, casi en el olvido de una etapa que pasó. Una gran mayoría de los amigos de la escuela suelen quedar en el pasado. Cada uno toma tumbos diferentes: estudios, trabajo, lugar de residencia… Es por ello, que con el tiempo, se van encontrando muy buenas amistades lejos de la escuela. ¿Con cuántos compañeros de la escuela mantenemos una íntima amistad?

¿Cuánto dura una amistad?

Evidentemente, no hay un tiempo definido ni limitado para una relación de amistad. Sin embargo, sí hay una explicación de porqué se acaban, se olvidan, se pierden en el pasado y permanecen solo en nuestros recuerdos.

Una amistad nace cuando coincidimos, en nuestra escala de valores, en proyectos comunes, en ideas o ideales, y esto nos une, dedicando tiempo juntos a largas conversaciones, al trabajo o a la diversión. Una amistad suele surgir en una etapa determinada de nuestra vida, y con frecuencia, ésta finalizará cuando esta etapa se acabe.

Una etapa se acaba cuando en nosotros hay un cambio, evolucionamos, maduramos, crecemos o simplemente nos adaptamos a nuevas circunstancias. En ocasiones, no somos nosotros quienes cambiamos de etapa, pero sí lo son nuestros amigos, y por tanto, finaliza la amistad también.

Me gustan los amigos que respetan tiempo, silencio y espacio

Cada etapa, sus valores y sus necesidades

Cuando somos niños, los amigos cumplen un papel muy importante, sin embargo, no sabemos quienes somos realmente, ni como orientaremos nuestra vida. Cuando esto ocurra, lo más probable es que nos alejemos, encontrando otros amigos con quien compartir la nueva etapa.

Este proceso vuelve a repetirse a lo largo de la vida, tantas veces, como cambiamos de valores, maduramos o cuando decidimos dar un vuelco a nuestra vida. Cada vez que cambiemos, nuestro alrededor se modifica. La mayoría de los cambios suelen atraer más cambios, por lo que a nivel de amistades ocurre algo parecido.

Existen varias etapas bien diferenciadas en la vida que pueden conllevar cambio de amistades. Por ejemplo, la infancia y el periodo escolar, la adolescencia y la elección de estudios. Llegar a la edad adulta también trae cambios, así como la incorporación laboral, la maternidad y paternidad, los cambios de trabajo, tener pareja o cambiar de pareja, las crisis y la jubilación, entre otros.

“Por muy larga que sea la tormenta, el sol siempre vuelve a brillar entre las nubes.”

-Khalil Gibran-

La amistad no es eterna

En todas las etapas, las amistades marcan una huella importante, tan profunda que no deseamos que se acabe nunca, sin embargo, forma parte de la ley de la vida. Muchas relaciones de amistad se acaban sin ningún tipo de voluntad. Simplemente, y de forma gradual, nos vamos alejando de aquellas personas con las que sentimos que ya no compartimos tantos buenos momentos. Dejamos de sentir esa compenetración y casi sin darnos cuenta un día pronunciamos la típica frase: “hace años que no sé nada de mi amigo”.

Compartiremos nuestra vida con quienes vivimos valores comunes a los nuestros. Y así, podremos decir que somos amigos porque hemos cruzado nuestros caminos en la vida y seguiremos siéndolo hasta que nuestros caminos sigan direcciones diferentes. Aún así, los amigos perduran en nosotros para siempre, por lo aprendido con ellos, por todo lo vivido y compartido. La amistad forma parte de nuestro crecimiento, sin ella, no sería posible evolucionar.

Y en ocasiones, esta evolución conlleva que cada uno siga su camino, su ritmo, su proceso y sus propios valores, poniendo fin a una etapa de amistad maravillosa mientras duró. Una etapa en la que aprendimos un poco más de las relaciones humanas y de nosotros mismos. Unos momentos en los que sin duda nos ayudaron a ser quienes somos hoy en día. Porque cada periodo de nuestra vida y cada persona que hay en ella, nos dejará huella y acabará formando parte de nosotros.


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