La ansiedad en el cáncer de la mujer

En este artículo presentamos la ansiedad y otras alteraciones psicológicas que pueden sufrir las mujeres cuando se enfrentan a un cáncer ginecológico. Hablamos de la necesidad de tratar estas alteraciones por su impacto en el bienestar posterior de la mujer.
La ansiedad en el cáncer de la mujer
Loreto Martín Moya

Escrito y verificado por la psicóloga Loreto Martín Moya.

Última actualización: 01 febrero, 2022

¿Sufren las mujeres más el cáncer por el hecho de serlo? Esa es la pregunta que trataremos de responder a partir de los estudios acerca de los cambios en el estado de ánimo y la ansiedad en el cáncer de la mujer.

Esto nos ayudará a determinar si la aproximación al cáncer desde una perspectiva de género puede resultar beneficiosa para aquellos que han de enfrentarse a él.

El cáncer, en cualquiera de sus diferentes modalidades, es una situación vital estresante que puede llegar a salpicar todos los aspectos de la vida de aquel que lo sufre. Son numerosos los factores que pueden influir en la experiencia del cáncer en la persona: su apoyo familiar y social, la edad, los recursos con los que puede contar, etc.

La literatura científica, además, ha encontrado que el género también puede influir en el sufrimiento de la persona que experimenta dicha enfermedad.

Mujer con cáncer preocupada

Cáncer del hombre y de la mujer: no son iguales

La sensibilidad al tipo de cáncer es diferente entre hombres y mujeres, y la naturaleza de este puede resultar relevante para entender por qué la perspectiva de género es necesaria.

Borràs (2015) expone como los tumores ginecológicos, donde se incluye el cáncer de mama, suponen el 40 % de todos los tumores de las mujeres. En el caso del hombre, el 22 % de los tumores son atribuibles al cáncer de próstata, seguido del cáncer de pulmón y el colorrectal.

De igual manera, también encontramos diferencias en la tasa de supervivencia en los cánceres sufridos por hombres y en aquellos sufridos por mujeres. De hecho, en el cáncer más típico en las mujeres —el cáncer de mama— hay una tasa de supervivencia del 83,8 % cinco años después (en España).

No obstante, aunque la supervivencia en el cáncer de próstata es de 84,7 %, en el cáncer de pulmón estas probabilidades caen al 10 %. El cáncer de pulmón supone el 50 % de todos los tumores de los hombres. Por ello, parece que la mujer con cáncer muere menos que el hombre con esa enfermedad, aunque las afecciones no son las mismas.

El cáncer de mama y sus exigencias

Que el cáncer de mama es una de las principales causas de muerte en mujeres sí se postula como algo relevante de cara al tratamiento de este. Las afecciones varían, y por ende, las exigencias de cada uno también son diferentes.

En el caso concreto del cáncer de mama, el más sufrido por las mujeres, este implica también una serie de características muy diferenciadas donde el género —entendiendo al género como una categoría social y cultural— parece tener algo importante que decir.

Según Caniçali, Gonçalvez, Pire, Costa y Costa (2012), el cáncer de mama implica cambios en el estilo de vida causados por la incomodidad física y la alteración del concepto de su autoimagen.

Estos autores observan cómo la mujer que sufre cáncer de mama también tiene baja autoestima y una disminución significativa en su líbido sexual.

Otros estudios que estos autores presentan sugieren que hay una prevalencia de síntomas clínicamente significativos de ansiedad y depresión en pacientes con cáncer de mama. Exponen síntomas como tensión, miedo inespecífico y preocupaciones difusas.

La preocupación de la mujer en la fase prequirúrgica

Olivares (2004) estudia los aspectos psicológicos en el cáncer ginecológico. Uno de ellos, la ansiedad, resultó ser predictor de la recuperación de las mujeres después de haberse sometido a una operación quirúrgica.

La ansiedad en el cáncer de la mujer se torna relevante porque, según esta investigadora, los pacientes con mayores niveles de ansiedad preoperación presentaban mayor dolor y malestar en el postoperatorio, requerían más medicación y mayor estancia en el hospital.

Salmon (1992), tal y como refleja Olivares (2004), encuentra una relación positiva entre ansiedad prequirúrgica y medida de ansiedad postquirúrgica. También encuentra una asociación lineal positiva con depresión postoperatoria.

¿Qué preocupa a las mujeres con cáncer?

Para entender la ansiedad en el cáncer de la mujer, es preciso estudiar cuáles son las preocupaciones específicas de una mujer con cáncer.

Aunque parece evidente, y la enfermedad es en sí misma una fuente de estrés y miedos, lo cierto es que estudios como el de Mota, Aldana, Bohórquez, Martínez y Peralta (2018) se aproximan a los factores que generan ansiedad en las mujeres con cáncer. Entre ellos, podemos destacar:

  • Percepción de cercanía de la muerte.
  • Creencias erróneas sobre el cáncer.
  • Anticipación de sufrimiento propio.
  • Anticipación de sufrimiento de familiares y amigos.
  • Sensación de pérdida de control.
  • Crisis en sus creencias y necesidad de trascender.
  • Carencia o excesos de cuidados y/o estimulación.
  • Condiciones médicas: pérdida de vitalidad, náuseas, anorexia y vómitos.

Dependiendo del momento de la enfermedad y el tipo de cáncer, la ansiedad es diferente entre las mujeres. Por ejemplo, aquellas que han sido sometidas a una mastectomía refieren frustración, tristeza y trastornos de ansiedad y depresión.

La ansiedad del cáncer de mama, según estas autoras, es la que muchas veces restringe la vida social, familiar y personal de la mujer.

La imagen corporal y la sexualidad tras el cáncer

Además de la ansiedad en el cáncer de la mujer supeditada a la propia enfermedad, en el caso de los cánceres ginecológicos los cambios fisiológicos toman un papel esencial en su bienestar posterior.

Según García-Viniegras y González (2007), la autoconfianza, la estabilidad emocional, la fortaleza, la afectividad positiva y la autoestima condicionan el bienestar de una persona durante su ciclo vital. Tras el cáncer, son muchas las mujeres que carecen de alguno de estos factores.

Sebastián, Manos, Bueno y Mateos (2007) aseguran que, aunque el cáncer en general suele incluir cirugías y dejar, en muchos casos, secuelas físicas; los cambios físicos en el cáncer de mama implican importantes connotaciones psicosociales para la mujer.

Esto ocurre por la importancia que se le da al pecho para entender la identidad femenina de una mujer. Muchas mujeres sienten, por ejemplo, que la pérdida de un pecho supone también perder feminidad.

Los senos, además, parecen jugar un papel crucial en la capacidad para atraer y para mantener relaciones sexuales. Estas últimas casi siempre se ven afectadas después de la cirugía o el tratamiento.

Mujer con cáncer mirándose al espejo

Problemas en la sexualidad, ¿solo en el cáncer de mama?

La tristeza, los problemas de imagen y sexualidad y la ansiedad en el cáncer de la mujer pueden expresarse en todas las afecciones ginecológicas, no solo en el cáncer de mama.

Olivares (2005) habla de síntomas depresivos, de ansiedad y problemas sexuales crónicos cinco años después del tratamiento en mujeres con cáncer de cervix; o de un 55 % de mujeres con dificultades sexuales y un 33 % de mujeres que ya no mantienen relaciones sexuales después de un cáncer de endometrio.

Conclusiones: ¿es la ansiedad un indicador de complicaciones?

Cada tratamiento médico implica circunstancias diferentes para el enfermo. Hemos observado que el miedo, la tristeza, la ansiedad y la falta de autoestima son elementos comunes en los cánceres ginecológicos.

No solo eso, sino que estos cambios en el plano psicológico de la persona pueden influir en el desarrollo de la enfermedad. Por ello, parece relevante atender las necesidades psicológicas y emocionales de la mujer con cáncer, de manera diferenciada, en un cáncer ginecológico.

El tratamiento no solo debe incluir quimioterapia, también medidas para ayudar a controlar o combatir la ansiedad que se siente ante las intervenciones; programas de psicoeducación para falsear mitos tan nocivos como que la sexualidad y feminidad de una mujer se encuentra en sus pechos o en su vagina; y establecer la adquisición de confianza y autoestima como uno de los objetivos dentro del propio tratamiento.

El objetivo final ha de ser el bienestar, no solo físico, pero global, de la mujer.


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  • Borràs, J. (2015). La perspectiva del género en el cáncer: una visión relevante y necesaria. Arbor, 191(773): a231.
  • Caniçali, C., Nunes, L., Pires, P., Costa, F., y Costa, M. (2012). Ansiedad en mujeres con cáncer de mama. Enfermería Global, 28, 52-62.
  • García-Viniegras, C. y González, M. (2007). Bienestar psicológico y cáncer de mama. Avances en Psicología Latinoamericana, 25, 72-80.
  • González, C., Calva, E., Bohorquez, L., Medina, S. y López, J. (2018). Ansiedad y calidad de vida en mujeres con cáncer de mama: una revisión teórica. Psicología y Salud, 28(2), 155-165.
  • Olivares, M. (2004). Aspectos psicológicos en el cáncer ginecológico. Avances en Psicología Latinoamericana, 22, 29-48.
  • Sebastián, J., Manos, D., Bueno, M. y Mateos, N. (2007). Imagen corporal y autoestima en mujeres con cáncer de mama participantes en un programa de intervención psicosocial. Clínica y Salud, 18(2), 137-161.

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