La comunicación asertiva en la familia
La comunicación es la base para tener una buena relación en el hogar. Pero, ¿cómo lograr que nuestros hijos nos escuchen? Parece algo difícil, ¿verdad? Sin embargo, es más fácil de lo que podemos llegar a creer, estableciendo una comunicación asertiva en la familia es posible. Veamos en qué consiste y cómo fomentarla.
La comunicación asertiva en la familia significa expresar nuestra opinión de forma consciente, congruente, clara, directa y equilibrada; su finalidad es la de comunicar nuestras ideas y sentimientos sin la intención de herir o perjudicar, actuando desde un estado interior en el que habite la confianza.
Es esencial tener una comunicación asertiva en la familia para fortalecer las relaciones entre sus miembros. La buena comunicación se ve reflejada en vínculos sanos, respeto mutuo, afecto, cariño y compañerismo, ya sea en la relación de los padres, estos con los hijos o entre hermanos.
«Cuando dices ‘sí’ a otras personas, asegúrate de que no te estás diciendo no a ti mismo».
-Paulo Cohelo-
La comunicación asertiva en la familia es la comunicación más saludable
¿Alguna vez te has quedado pensando que deberías haber dicho algo y no lo dijiste? Quizás en ese caso fuiste pasivo. ¿Alguna vez has dicho algo y te has quedado mal porque piensas que parecías un déspota? ¿Sentiste que los demás no pudieron decir lo que opinaban por tu actitud? En ese caso quizás fuiste agresivo.
Para que veas esto desde otro ángulo, es necesario explicar cada uno de ellos por separado. Así, hay cuatro formas principales de comunicación:
- La forma pasiva, donde uno de los miembros no expone sus preocupaciones, habla en un tono de voz bajo, acepta sin entender lo que se pide. Esta forma pasiva lleva a una relación de desigualdad y desventaja ante el otro miembro de la familia. Genera sentimientos de baja autoestima y no promueve vínculos afectivos sanos.
- La forma o estilo de comunicación de tipo agresivo, que se compone por mensajes confusos, los cuales pueden incluir gritos y regaños, incluso insultos. De igual forma, este tipo de comunicación distancia a los miembros de la familia, ya que genera rechazo, miedo y resentimiento. Además, es una forma de violencia emocional, por lo que no se debe utilizar.
- Otra forma de comunicarse es la pasivo-agresiva, donde la persona «camufla su ira» mediante buenas palabras y buenos gestos, usando un lenguaje lleno de indirectas y frases que causan dolor e incomodidad al receptor.
- Por último, se encuentra la forma asertiva, siendo la forma más recomendable, ya que implica respeto, diálogo y negociación. Permite fortalecer las relaciones familiares en un contexto de respeto y confianza y fomenta una autoestima sana en los niños.
Partiendo de los diferentes tipos de comunicación, nos queda claro que la comunicación asertiva fomenta una buena relación en la familia.
Pensemos. Si castigo a mi hijo, sin explicarle lo que ha ocurrido, de alguna manera solo le estoy indicando qué es lo que no me gusta, sin darle opciones alternativas ni una base para rechazar ese comportamiento más allá de mis gustos.
¿No sería más acertado explicarle los motivos por los que su comportamiento no es el más adecuado? De esta manera, propiciamos un entendimiento mutuo, donde todos se expresan, evitando o atenuando la intensidad de los conflictos.
«La diferencia básica entre ser asertivo y ser agresivo es lo que nuestras palabras y comportamiento afecta a los derechos y el bienestar de los demás».
-Sharon Anthony Bower-
Beneficios de la comunicación asertiva en la familia
Desarrollar una comunicación asertiva en la familia repercutirá de manera positiva en nuestra salud emocional y mental, además de permitirnos ver la realidad con más claridad y establecer relaciones sólidas con los miembros de la familia. Además:
- En los adolescentes, puede reducir la ansiedad, el estrés y la depresión. Así lo sugiere un estudio publicado en Iranian Red Crescent Medical Journal.
- Mejora de tus habilidades sociales y personales.
- Permite tener más control sobre los impulsos o la rabia.
- Incrementa la autoestima.
- Incentiva el respeto por los demás.
- Mejora la satisfacción en las relaciones.
- Reduce los conflictos.
La comunicación asertiva en el ámbito familiar facilita la expresión libre, sincera y respetuosa de los sentimientos personales. De igual modo, favorece los intercambios de calidad. Por eso, fomentarla es imprescindible para potenciar las interacciones positivas dentro del hogar.
«La forma en que nos comunicamos con los demás y con nosotros mismos, en última instancia, determina la calidad de nuestras vidas».
-Anthony Robbins-
¿Cómo fomentar la comunicación asertiva en la familia?
Ser asertivo implica cuidar el contenido y la forma de lo que queremos expresar, buscando que el mensaje llegue de la mejor forma posible al receptor. La intención siempre es el entendimiento de las partes.
Lograr la asertividad en la familia debe ser un trabajo en equipo. Además, lleva tiempo e implica esfuerzo. Para ayudaros, aquí tenéis algunas de las claves para propiciar una comunicación asertiva en la familia:
1. Evita comparaciones
En ocasiones, los padres solemos comparar demasiado a nuestros hijos con otros niños para señalar sus errores. Sin embargo, esto más que hacerles bien, puede llegar a generar inseguridad y un sentimiento de inferioridad en los pequeños. Además, existe el peligro de que asuman como propia la costumbre de compararse con los demás en aquellos aspectos en los que son inferiores.
Si no creas autoconfianza en tus hijos, difícilmente lograrán tener una comunicación asertiva en otros ámbitos en los que se desempeñen.
Cada niño, igual que cada persona, es único. Por otro lado, la mayoría de las comparaciones son injustas o no están bien calibradas: cada uno nos enfrentamos a circunstancias muy particulares, y los niños también.
2. Sé empático
Una comunicación asertiva parte del respeto hacia la otra persona. Antes de dirigirnos a nuestros hijos, dediquemos un tiempo a pensar qué vamos a decirles y cómo vamos a hacerlo, en especial, cuando el mensaje que queremos trasmitir es importante y queremos que cale en ellos.
También debemos inculcar en ellos la empatía hacia los demás. Si toda la familia intenta comprender lo que piensa y siente el otro, será más fácil entablar un diálogo y que las discusiones no erosionen la confianza. En las relaciones familiares, la empatía nos abre a la experiencia, perspectiva y necesidades del otro, lo que a su vez, nos permite conectar mejor. Así lo informa una publicación de Journal of Patient Experience.
A través del diálogo que propicia la comunicación asertiva es más probable que consigamos comprender cómo se siente el otro, qué piensa y por qué lleva a cabo ese comportamiento. Empatía y asertividad están intimidante relacionadas.
Pensemos, es más probable que consiga un entendimiento mutuo con alguien si me posiciono en su lugar, intentando percibir bajo qué prisma actúa así y dialogando sobre ello. Por el contrario, si intento imponer lo que pienso, sin tener en cuenta al otro (comunicación agresiva), es posible que se genere o se intensifique un conflicto ya de por sí latente.
3. Escucha de manera activa
Una de las bases fundamentales de toda comunicación asertiva es la escucha activa. Este modo de abrirse a la experiencia del otro, es un proceso comunicativo en el que se oye con atención lo que la persona está diciendo, ya sea verbal o corporalmente.
La escucha de manera activa implica ver las expresiones y emociones que acompañan a las palabras. Por lo tanto, requiere de un esfuerzo consciente para entender la perspectiva de los demás miembros de la familia, en lugar de solo esperar el turno para hablar. Es un oír empático.
4. Habla con respeto
Para tener una comunicación asertiva en la familia es imprescindible hablarse con respeto. Esto conlleva no utilizar un lenguaje agresivo en las conversaciones y no emplear palabras ofensivas o soeces que humillen o degraden la dignidad de los otros miembros del hogar.
La comunicación respetuosa debe ser clara y expresar los pensamientos y emociones sin culpabilizar a los demás. Hablar desde el respeto significa escuchar de forma activa y expresarse con empatía, evitando los gritos, las agresiones verbales y las groserías.
5. Pide opiniones
Una educación autoritaria limita la comunicación asertiva, pues mientras los padres mandan, los hijos solo obedecen. No favorecer que los niños se expresen en referencia a las decisiones que involucran a la familia es una forma de decirles que su voz no cuenta.
Deja que tus hijos opinen en temas importantes. La participación de los niños en las decisiones familiares es importante para que aprendan a desenvolverse en otros ámbitos, de acuerdo con la Revista de Cercetare şi Intervenţie Socială. Así, sabrán también que su punto de vista es relevante para ti y que ellos también pueden aportar argumentos para tomar la mejor decisión.
6. Expresa tus sentimientos
No puedes esperar que tus hijos expresen sus sentimientos y pensamientos si tú no lo haces. Háblales de cómo ha ido tu día, tus inquietudes e intereses. De igual forma, escúchales de forma atenta cuando tengan algo que contarte. La expresión de las emociones de los padres es fundamental para el desarrollo social y el aprendizaje emocional de los niños.
Cuando sepas que se equivocaron en algo, dales un consejo en lugar de juzgarles y regañarles, de esta forma alimentarás la confianza de tus hijos para compartir sus inquietudes.
Eso sí, ser comprensivo no significa dejar de sancionar cuando se traspasan los límites. En este sentido, no olvides que tu actuación está destinada a que no repitan el error que han cometido. Por otro lado, recuerda que muchas lecciones se aprenden del ejemplo. Tú, que eres el modelo a seguir de tus hijos, eres la primera persona que debe utilizar un estilo de comunicación asertiva para que ellos aprendan.
7. Reconoce tus errores
Otro aspecto importante de la comunicación asertiva en la familia es ser consciente de que nadie es perfecto, ni siquiera uno mismo. Todos cometemos errores y saber reconocerlos enseñará a los hijos a asumir sus equivocaciones y a sobreponerse a la adversidad.
La capacidad de mostrarnos como somos, con nuestros defectos y virtudes, es una cualidad indispensable que la familia debe proveer a sus integrantes. Pues, demostrar a los hijos que equivocarse es parte de la vida, les ayuda a reducir el estrés y aumenta su tolerancia a la frustración.
8. No te olvides del lenguaje no verbal
La comunicación no solo se reduce a las palabras, también incluye gestos y expresiones corporales. Por ende, es de vital importancia atender al lenguaje no verbal , la actitud y el tono de voz con el que se están diciendo las cosas.
En estos casos, la expresión corporal y el tono de voz deben tener coherencia con las palabras. Así, no se generan ambigüedades en la comunicación. Por ejemplo, si al felicitar a un hijo, los gestos y postura corporal del padre reflejan desinterés, el niño entenderá que no está siendo sincero.
9. Actúa con coherencia
Asegúrate de que las actitudes y las decisiones que estás tomando son coherentes con lo que se está diciendo. Es decir, evita comunicarle a tus hijos o pareja que harás una cosa determinada si después terminarás haciendo otra.
Debes ser coherente a la hora de hablar y sobre todo de actuar o, de lo contrario, fomentarás la creencia de que las palabras no tienen valor.
Conclusión
La comunicación asertiva en la familia en esencial para que los vínculos dentro de ella sean fuertes y saludables. La asertividad implica manifestar lo que se siente y piensa de manera clara, directa y respetuosa, sin la intención de herir a los demás.
A pesar de que las relaciones humanas son conflictivas, sobre todo en las familiares, es posible mantener un ambiente seguro y empático en el hogar cuando se apela a la comunicación asertiva. Aunque la asertividad no evitará por completo que no haya conflictos, sí puede atenuar un poco su aparición. Además, cuanto se presentan, puede ayudarlos a resolverlos.
Te invitamos a que analices el estilo comunicativo que rige las conversaciones en tu familia y que te animes a emplear la asertividad en tus relaciones cotidianas. Si lo haces, verás cómo las dinámicas cambian para bien.
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