La elección de objeto en la dependencia emocional
Con frecuencia, las personas que han estado inmersas en relaciones dañinas y destructivas se encuentran a sí mismas repitiendo el patrón con distintos individuos. Puede resultar frustrante y doloroso comprobar la mala fortuna que nos acompaña en el amor, pero la realidad es que la elección de objeto no se produce por azar.
No es la suerte quien te lleva a establecer vínculos con el mismo tipo de persona una y otra vez. Es tu inconsciente, guiándote en la sombra. Por ello, resulta tan necesario analizar nuestras decisiones y descubrir el origen que las motiva.
“Hasta que no hagas consciente a tu inconsciente, este dirigirá tu vida y tú lo llamarás destino“.
-Carl G. Jung-
La elección de objeto en la dependencia emocional
La dependencia emocional es un estilo patológico de vinculación que se basa en una carencia afectiva. La necesidad de aprobación y el miedo al abandono son tan intensos que el individuo, con frecuencia, soporta malos tratos y vejaciones. A cambio, lo que busca es que la relación no termine.
Cuando la pareja se rompe (generalmente por decisión del otro miembro) el dependiente emocional se queda sin el pilar que lo sustentaba. Sufre entonces una suerte de síndrome de abstinencia que le lleva a vincularse de nuevo lo antes posible. Sin embargo, el patrón tiende a repetirse y la persona se encuentra de nuevo inmersa en una relación conflictiva, inestable y dolorosa.
Es común que tras varias experiencias similares se pregunte cómo es posible terminar relacionándose siempre con sujetos fríos y abusivos. Individuos que merman todavía más su, ya de por sí, escasa autoestima. Es importante comprender que es, precisamente, esta ausencia de amor propio la que conduce a seleccionar de forma inconsciente ese tipo de compañeros.
¿Cuáles son las características del objeto?
Susceptible de ser idealizado
Quienes cuentan con un adecuado equilibrio emocional buscan vincularse con personas similares para establecer un intercambio recíproco y simétrico. Pero, por el contrario, los dependientes emocionales se sienten atraídos por personas a quienes perciben como superiores y tienden a idealizarlas.
Esta supuesta superioridad generalmente no implica que el individuo posea realmente cualidades especiales. Es la autoestima férrea y la desbordante seguridad en uno mismo lo que despierta la fascinación del dependiente.
Encuentran en estos individuos autoensalzados el ideal de aquello que a ellos les falta: amor propio. Así, es común que la persona dependiente sea mucho más válida y capaz que su compañero, pero que ninguno de los dos lo perciba así.
Narcisista
Esta elevada autoestima se traduce muchas veces en narcisismo y egolatría. En efecto, los objetos elegidos suelen ser personas egocéntricas, manipuladoras y carentes de empatía. Sujetos fríos e inaccesibles que se sienten grandiosos y merecedores de todo privilegio.
Su sobrevaloración se complementa a la perfección con la minusvaloración del dependiente. Este último le ofrece las alabanzas y la entrega que el narcisista cree merecer.
Dominante
Otra característica relevante en la elección de objeto es la tendencia dominante de las parejas. Su narcisismo les lleva a buscar una posición superior en la relación y a exigir subordinación al otro.
De nuevo, se forma un binomio perfecto, pues el dependiente emocional (por su escasa autoestima) no hace sombra al narcisista. Por el contrario, le admira, le ensalza y le elogia de forma constante.
Pasa por alto sus defectos y se somete a todo tipo de humillaciones y desprecios que llega, incluso, a normalizar.
La elección de objeto: un encaje perfecto
Tras analizar estas características, queda claro que la unión entre dependientes emocionales y narcisistas no es azarosa. Sus cualidades y carencias se complementan a la perfección, haciendo que cada uno obtenga del otro lo que inconscientemente busca.
En ningún caso se trata de una decisión consciente o deliberada. Nadie escogería por voluntad propia a una persona explotadora y abusiva para compartir su vida. Sin embargo, hasta que no se tenga la valentía de mirar de frente los propios vacíos, el ciclo continuará.
Por ello, si te identificas con lo anteriormente expuesto, si te has visto inmerso en este tipo de relaciones asimétricas y nocivas, toma conciencia. Analiza qué te lleva a realizar esa elección de objeto en tus relaciones y sana el origen. Solo trabajando tu autoestima podrás eliminar los miedos y carencias. Solo así alcanzarás la posición que te permita relacionarte de igual a igual, desde el amor y el respeto.
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- Castelló, J. (2000). Análisis del concepto dependencia emocional. Recuperado el, 25.
- Tello Carrillo, J. D. C. (2016). Autoestima y dependencia Emocional en los Adolescentes de Tercero de Bachillerato de la Unidad Educativa Salcedo (Bachelor's thesis, Universidad Técnica de Ambato-Facultad de Ciencias de la Salud-Carrera Psicología Clínica).