La exclusión social favorece el extremismo
Un estudio pionero, realizado por la Universidad Autónoma de Barcelona (UAB), ha investigado las interrelaciones neurales entre los valores sagrados, la exclusión social y el extremismo con manifestaciones violentas. Esta investigación ha demostrado que la exclusión social de un grupo de personas incrementa la cantidad de valores ideológicos por los que se está dispuesto a luchar y morir.
Un resultado inquietante, en un momento de la historia donde la exclusión social creada por la recesión económica ha puesto en jaque a un porcentaje muy elevado de población. También por los masivos movimientos migratorios a los que millones de personas se ven abocados. Según este estudio, el hecho de verse socialmente marginado puede dar lugar a tendencias muy radicales y extremas en la forma de pensar y actuar.
La investigación
El estudio se ha llevado a cabo con técnicas de neuroimagen en jóvenes de Cataluña. La investigación ha estado liderada por la Universidad Autónoma de Barcelona. También ha participado el Instituto Hospital del Mar de Investigaciones Médicas (IMIM) en colaboración con otras instituciones. El grupo de individuos de la muestra eran chicos jóvenes, vulnerables a la radicalización, marroquíes, residentes y escolarizados en Cataluña.
Publicado en la revista Frontiers of Psychology, el estudio, realizado en dos fases, ha estudiado el sustrato neural de los valores que son percibidos como innegociables. Valores a los que no se renuncia bajo ninguna condición. Especialmente los valores vinculados a adscripción ideológica, identidad religiosa o nacional/comunitaria. Estos factores poseen un componente identitario que facilita al individuo la percepción de pertenencia a un grupo social de referencia.
Las imágenes de resonancia magnética se centraron en giro frontal inferior izquierdo. El resultado mostró un incremento de la actividad de esta área cerebral mientras los jóvenes respondían a su voluntad de morir y luchar por sus valores. Esta es una zona del cerebro relacionada con este tipo de valores y el procesamiento de reglas.
La peligrosa exclusión social
Los resultados obtenidos por Clara Pretus, primera autora del artículo, nos llevan a pensar que la exclusión social puede producir una sacralización de los valores grupales. Es decir, los valores defendidos en grupos podrían adquirir el rango de sagrados tanto o más que los valores personales. Y esto parece ocurrir tanto en la actividad neuronal como en la voluntad expresada por los participantes del estudio.
Si pensamos en las zonas activadas por la defensa de los valores sagrados, este estudio nos está mostrando que este tipo de valores son procesados a través de un razonamiento basado en el deber, “lo que hay que hacer”. Se daría poca relevancia en este caso a la evaluación de costes-beneficios. Esa que se aplica sobre los valores no considerados sagrados, que suelen ser más flexibles y con más oportunidades de negociación.
Polarizando los resultados
Esta investigación ha sido realizada con un grupo de personas muy vulnerables a la radicalización por su condición de exclusión social permanente. Pero quizás merece la pena pararse a reflexionar sobre por qué tantas actitudes radicales están apareciendo en nuestra sociedad en los últimos años.
La exclusión social puede darse de muchas formas. La encontramos de manera individual, pero también la soportamos en mayor o menor grado en relación con el sentimiento de pertenencia que tengamos. Y lo cierto es que tenemos muchos sentimientos de pertenencia: más de los que podemos identificar en un primer análisis.
Por otro lado, investigaciones recientes están demostrando que la exclusión social, de cualquier tipo, puede favorecer la radicalización de ideas y actitudes. Esto podría indicarnos porqué están apareciendo tantas opiniones extremas en temas diferentes, como pueden ser la política o la religión.
Revisando los valores
Quizás sea hora de que se revisen los valores personales y grupales que cada uno lleva a cuestas. Porque lo cierto es que, en muchos casos, son solo valores heredados de una cultura y un entorno. Quizás sea el momento de empezar a distinguir cuáles son valores sagrados y cuáles no lo son.
Son muchas las voces que se escuchan y opiniones que se leen en defensa de ideologías políticas o religiosas que se procesan como valores sagrados. ¿De verdad queremos eso? ¿Queremos una sociedad donde nos excluyamos unos a otros por unos valores con un calado cuestionable? Este estudio no es más que una pequeña réplica en un laboratorio, pero para muestra un botón.