Fusión de la identidad: relación entre la identidad personal y la identidad social
La fusión de la identidad refiere al proceso psicológico en donde se une el yo personal con el yo social. Para entenderlo mejor, pensemos que todos tenemos, al menos, dos identidades: una identidad personal y una, o varias, sociales. Cuando ocurre la fusión, tanto el yo personal como como los yoes sociales permanecen prominentes e influyentes, pero los límites entre ellos se vuelven altamente permeables.
Ahora bien, el yo personal estaría relacionada directamente con nuestros rasgos personales (por ejemplo, ser extrovertido, amable, inteligente, etc.); mientras que las identidades sociales, se corresponden a los grupos que pertenecemos y se adscriben a una serie de normas, valores y roles (por ejemplo, ser español, hermano de fraternidad, miembro del consejo estudiantil, etc.)
Dicho esto, cabría preguntarse ¿de donde proviene nuestro comportamiento? ¿nuestra forma de ser atiende a los rasgos de nuestra personalidad o a las normas de nuestro grupo? Según ésta teoría, dependerá de qué identidad esté activada.
Normalmente, va a ser nuestra identidad personal la guíe nuestros comportamiento. Pero, en ocasiones, el grupo será más importante y vamos a comportarnos según el rol que tengamos dentro de él y sus normas.
Profundicemos en ello.
Fusión de la identidad
Como dijimos, la fusión de la identidad se produce cuando el yo personal se funde con el yo social, de manera que los rasgos de ambos influyen de manera directa en nuestro comportamiento.
Según la teoría, cuando una persona fusiona sus identidades considera a los demás miembros del grupo como “familiares”, desarrollando fuertes vínculos con cada ellos y con el colectivo en sí. Por tanto, no solo existe establece conexión estrecha con cada individuo perteneciente, sino con la representación que se tiene del grupo.
Por su parte, cabe mencionar que la fusión de la identidad no debe confundirse con la “identificación de grupo”. Ya que, en esta última, la lealtad al colectivo no eclipsa la autonomía personal ni los vínculos relacionales con otros miembros del grupo; por tanto, el yo personal y los vínculos relacionales no están tan implicados en la identificación de grupo.
En este sentido, la fusión de la identidad promueve con mayor ímpetu comportamientos extremos progrupo (como luchar o morir por el colectivo), en comparación con la identificación de grupo.
De hecho, se ha evidenciado que la fusión de identidad predice comportamientos progupo particularmente costosos, que incluyen una variedad de conductas extremas.
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Principios de la fusión de la identidad
Ahora bien, los principios por los cuales se rige la fusión de la identidad son los siguientes:
- Principio de la agencia personal y propone que las acciones de las personas fusionadas reflejan tanto su identidad personal como la social. En este caso, los miembros del grupo no serían sustituibles porque se valora tanto su personalidad como su rol dentro del grupo.
- Principio de sinergia de la identidad. Sugiere que la identidad personal y la social pueden llegar a combinarse dando lugar a una alta motivación por realizar cosas en beneficio del grupo. Estas personas van a ser las primeras en colaborar y cualquier halago va a hacer que colaboren más tanto a nivel personal como grupal.
- Principio lazos relacionales. Las personas fusionadas que tienen identidades personales y sociales muy fuertes piensan que los demás miembros de su grupo también las tienen. Asimismo, van a valorar a los miembros del grupo por su personalidad y por su identidad social, por lo que van a crear relaciones muy fuertes.
- Principio de irrevocabilidad. De acuerdo con la irrevocabilidad, la fusión de la identidad se va a mantener independientemente del contexto. Los lazos que hemos formado con los demás miembros del grupo refuerzan el sentimiento de fusión haciendo que sea permanente. Además, aunque tenemos varias identidades sociales, la fusión solo ocurre con un grupo. Esta exclusividad hace que se abstengan de desarrollar fuertes identidades con otros grupos y la fusión se mantenga
Consecuencias
Como vimos, la fusión de la identidad suele generar un sentimiento visceral de unidad con un grupo. En estos casos, la unión con el grupo es tan fuerte que los límites entre la identidad personal y la social se vuelven muy permeables. ¿Qué quiere decir? Que aunque esté activada una de las identidades, esta puede afectar a la otra.
Esta nueva relación entre las dos identidades lleva a que se forme un fuerte sentido de conexión con el grupo. Lo cual, a su vez, fomenta la motivación de las personas fusionadas a hacer por el grupo lo mismo que harían por sí mismas. Pero, a la vez, las relaciones personales con los miembros del grupo también se fortalecen.
Fusión local vs fusión extendida
En este punto cabría preguntarse ¿por qué algunas personas fusionadas son capaces de morir y luchar por miembros del grupo que ni siquiera conocen? Esto sucede particularmente en los grupos grandes, como naciones o partidos políticos.
En este caso, la teoría de la fusión de la identidad defiende que las personas fusionadas proyectan sentimientos de vínculos relacionales, que ya tienen con miembros conocidos del grupo, en miembros desconocidos del grupo. Para comprenderlo mejor, tengamos en cuenta los dos tipos de fusión:
- Fusión local: tiene lugar en grupos relativamente pequeños y homogéneos donde todos los miembros se conocen entre sí y tienen un contacto personal directo (por ejemplo, familias o equipos de trabajo).
- Fusión extendida: ocurre en grupos relativamente grandes cuyos miembros no tienen relaciones personales (por ejemplo, partidos políticos o estados nacionales). En este tipo de fusión, aunque las personas fusionadas no conocen realmente a todos los miembros de su grupo, todavía sienten que los conocen e incluso los consideran como familiares.
Pero ¿por qué sucede esto? Según la teoría, los individuos fusionados a veces están dispuestos a hacer sacrificios por los miembros de grandes grupos heterogéneos porque proyectan en ellos los vínculos que ya han establecido con otros miembros.
Por ejemplo, un español con identidad fusionada puede platearse luchar (y hasta morir) por todos los españoles del mundo, así no los conozca, proyectando en ellos sus relaciones con los pocos españoles que ya conoce.
Resumiendo, las relaciones entre la identidad personal y la social suelen ser excluyentes, está activada una u otra. Pero en algunas personas estas identidades se fusionan y se retroalimentan haciendo que dichas personas hagan más cosas a favor del grupo. Por tanto, los comportamientos van a depender en gran medida de si nuestra identidad está fusionada o no.
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