La felicidad es una decisión personal
¿Es la felicidad una decisión personal? ¿Cuántas veces has pensado que el día puede ser totalmente desdichado porque amaneció lluvioso o de repente, se tornó gris? Seguro que alguna vez te ha ocurrido.
Lo mismo podríamos decir, de un día de intenso calor que de un día en que el reloj se ha atrasado; parecemos dispuestos a asumirnos infelices hasta por las cosas más triviales.
Pero ser felices es una opción personal, podemos encontrar la felicidad aún cuando no tengamos todo aquello que anhelamos en la vida. Podrías decirme que eso es una actitud conformista, para algunos puede parecer una tontería, pero si lo vemos bien, ¿no se gana más con ser positivo que con ser negativo?
Decidir ser feliz
Somos capaces de ser felices a partir de que tomamos la decisión de serlo, cuando asumimos que contra todo lo que pueda ocurrir, siempre habrá algo que nos importe, que nos motive, que nos haga en alguna medida felices, y “en alguna medida” es mejor que nada ¿o no?
Son tiempos convulsos, las cuentas pueden amargarnos los días y el amor no es algo de lo que podamos considerar bajo control.
El amor es quizá lo que más infelicidad puede causarnos; ya sea porque nos sentimos incomprendidos por aquella persona a la que amamos, o porque nos hemos dado cuenta de que pasa el tiempo y no encontramos aquella “media naranja”.
No existe tal cosa, la soledad también es algo que podemos dejar de lado, podemos sentirnos tan solitarios en medio de una multitud, pero podemos trabajar en sentirnos completos con la sola exploración de nosotros mismos.
Somos tan felices como queremos serlo
La felicidad es una actitud
Es increíble cuánto influye nuestra mente en nuestros sentimientos. Cuando decidimos cambiar lo que falla en nuestras relaciones, cuando nos sinceramos de que el amor es algo complicado o que no debemos intentar cambiar a nadie sino amar porque en ello encontramos ya nuestra propia felicidad, es cuando de verdad nos acercamos a la felicidad.
Cuando podemos sonreír aún cuando las cosas van mal porque en realidad todo tiende en algún momento a cambiar, hemos hecho ya un gran avance para sentirnos felices.
Si el amor llega ¿por qué nos empeñamos en encontrarle defectos a la relación o a la persona? Cuando pensamos en nuestra propia vulnerabilidad podemos enfrentar el hecho de que no hay nadie perfecto y que podemos ser felices con las imperfecciones.
Y si el amor no llega, ¿por qué empeñarnos en sentirnos amargados? El amor ocurre como todo, de manera imprevista, quizá debamos fijarnos más en nuestro alrededor. A veces miramos sin percibir, y lo que buscamos puede estar más cerca de lo que creemos.
Yo elijo ser feliz
Hoy ha amanecido el día gris, podría pensar que no hay cosa peor. En mi caso el otoño suele ser la mejor de las temporadas; aunque lo confieso, por momentos me despierta nostalgia, siempre tenemos algún recuerdo o alguna pérdida que un día sin sol parece empeñarse en recordarnos.
Pero ya no suelo hacer eso, entendí tiempo atrás que podía sonreír y aceptar el día si me lo proponía, muchas de las cosas que nos darán felicidad, solo esperan que decidamos vivirlas…
La felicidad está en nuestra mente más que en nuestro corazón. Hay que cambiar nuestra forma de ver la vida… Hay que vivirla tal y como llega porque siempre habrá algo que la haga mejor, aunque te empeñes en creer que no…
La felicidad hay que cultivarla en nuestra mente y estar dispuestos a ser felices. Nuestra actitud es fundamental. Creer que podemos ser felices y comenzar a observar los pequeños detalles que nos rodean nos ayudará.
El solo tener un día más para vivirlo, ¿no es suficiente felicidad? ¿Por qué no empiezas a ser feliz ahora? ¡Yo elijo ser feliz!
Imágenes cortesía de Mónica Carretero y Jorge Oyhanarte