La fuerza de voluntad y el autocontrol pueden cambiar tu vida según la ciencia
Trabajar la fuerza de voluntad y el autocontrol podría cambiar nuestra vida en muchas facetas. Seguir esa dieta saludable, leer más, hacer ejercicio o trabajar por una meta a largo plazo no resultaría tan difícil. Los beneficios de la fuerza de voluntad parecen extenderse a lo largo de la vida.
En esta misma línea, Terrie Moffit de la Universidad de Duke y un grupo de colegas estudiaron el autocontrol en un grupo de 1.000 individuos.
Se les hizo seguimiento desde su nacimiento hasta los 32 años de edad como parte de un estudio de salud a largo plazo en Dunedin, Nueva Zelanda. Junto con sus colegas, Moffitt descubrió que los individuos con mayor autocontrol durante su niñez llegaron a ser adultos más saludables física y mentalmente.
Con estos resultados, es evidente que la fuerza de voluntad y el autocontrol marcan los pasos que vamos dando en el camino. Estudios recientes sugieren que hay maneras en las que la fuerza de voluntad y el autocontrol pueden ser fortalecidos con la práctica a lo largo de la vida.
Datos sobre la fuerza de voluntad y el autocontrol
Los investigadores que estudian el autocontrol suelen describirlo como un músculo que se fatiga con el trabajo pesado. Sin embargo, también dicen que hay otro aspecto de la analogía del músculo. Si bien los músculos se fatigan con el ejercicio al corto plazo, al largo plazo el ejercicio los fortalece.
Al aplicar la fuerza de voluntad de manera constante en un área, otras mejoran
Los científicos australianos, Megan Oaten, y Ken Cheng, de la Universidad de Macquarie en Sidney, asignaron durante dos meses un programa de ejercicios, es decir, una actividad que requiere fuerza de voluntad, a un grupo de voluntarios.
Los participantes que obtuvieron mejores resultados en pruebas de autocontrol informaron de que habían fumado y bebido menos alcohol, comido de manera más sana, controlado sus gastos y mejorado sus hábitos de estudio.
Aplicar su fuerza de voluntad de manera constante en el ejercicio físico aparentemente la generalizó y fortaleció en otras áreas vitales.
La satisfacción postergada
Hace más de 40 años, Walter Mischel, psicólogo de la universidad de Columbia, exploró el autocontrol de los niños con una prueba simple, pero efectiva. Delante de los voluntarios del estudio, en este caso niños, se dejó un caramelo muy tentador.
Antes de dejarles a solas con él, se les anunció que el investigador saldría y que, si aguantaban durante su ausencia sin tocar la golosina, a la vuelta este les daría otro y tendrían dos. En caso contrario, no disfrutarían de eses segundo caramelo. Hablamos de un experimento clásico, que se ha replicado en muchas ocasiones, analizando la influencia de diferentes variables.
En general, los niños que tuvieron menos éxito a la hora de resistir el caramelo en la prueba realizada también tuvieron menos éxito en las pruebas de autocontrol ya como adultos. La sensibilidad de un individuo a los estímulos inmediatos parece persistir durante la vida de la persona.
Fuerza de voluntad y glucosa
Comer frecuentemente para mantener los niveles de azúcar del cerebro también puede ayudar a recargar las reservas de fuerza de voluntad. Pero no debemos dejar que la palabra “azúcar” nos engañe.
Según los expertos, las comidas saludables sin azúcar refinada son mejores que los dulces a la hora de mantener los niveles de azúcar equilibrados.
Las metas, mejor de una en una
Las conclusiones de los estudios del agotamiento de la fuerza de voluntad también sugieren que hacer una lista de resoluciones de año nuevo no es una buena iniciativa si realmente queremos conseguir lo que escribamos en esa lista.
Estar agotado en un área puede llevar a reducir la fuerza de voluntad en otros aspectos de nuestra vida, así que tiene mayor sentido enfocarse en una meta a la vez.
Asumir las metas una por una tiene más sentido. Una vez que hemos adquirido un buen hábito, afirma Baumeister, usar la fuerza de voluntad para mantener el comportamiento deja de ser necesario. Con el paso del tiempo, los hábitos saludables se hacen rutina, pudiendo seguirlos con mucho menos esfuerzo.
Evitar la tentación
Evitar la tentación es una táctica efectiva para mantener el autocontrol. En el estudio del caramelo de Walter Mischel, los niños que centraron su atención en la golosina, claudicaron antes o resistieron menos. Aquellos que cerraron los ojos, miraron para otro lado o se distrajeron de algún otro modo, lograron resistir la tentación.
La “intención de implementación”
Otra táctica útil para mejorar el autocontrol es la técnica “intención de implementación”. Por ejemplo, alguien intentando controlar su consumo de alcohol puede decidir antes de una fiesta que, “si alguien me ofrece una bebida, entonces pediré coca cola”.
Las intenciones de implementación mejoran el autocontrol. Tener un plan establecido con anticipación puede permitirle tomar decisiones en el instante sin tener que aplicar la fuerza de voluntad.
La motivación es la clave
Mark Muraven encontró que los individuos cuya fuerza de voluntad se había agotado persistían en sus tareas de autocontrol cuando se les había dicho que se les pagaría por sus esfuerzos o que estos beneficiarían a otros.
Una alta motivación, concluye, puede ayudar a superar a una fuerza de voluntad debilitada, al menos hasta cierto punto.
Hallazgos neurocientíficos
Los investigadores han encontrado que el córtex prefrontal (una región que controla las funciones ejecutivas, como la toma de decisiones) muestra mayor actividad en los sujetos con mayor autocontrol. Así mismo, el estriado ventral (una región que se cree maneja los procesos de deseo y recompensa) muestra aumentos en su actividad en aquellos con menor autocontrol.
Lo cierto es que hay muchas preguntas todavía por responder con respecto a la naturaleza del autocontrol. Sin embargo, parece ser que, con metas claras, auto vigilancia y un poco de práctica, podemos adiestrar a la fuerza de voluntad para que permanezca fuerte frente a la tentación de seguir sendas con menos demandas o imposiciones.