Corteza prefrontal, una de las partes más interesantes del cerebro

Corteza prefrontal, una de las partes más interesantes del cerebro
Valeria Sabater

Escrito y verificado por la psicóloga Valeria Sabater.

Última actualización: 13 febrero, 2018

La corteza prefrontal es el reflejo más sofisticado de nuestra evolución. Evolutivamente hablando, fue la última región cortical en desarrollarse, en mostrar un avance filogenético y ontogenético completo. Podemos identificarla con facilidad porque es esa zona rugosa y con pliegues, situada en el área más cercana a nuestro rostro, ahí donde se contienen a su vez los procesos mentales y cognitivos más complejos.

Una de las finalidades de la neuropsicología es entender esa sofisticada relación existente entre el cerebro y nuestro comportamiento. Así, a nadie le extrañará saber que la corteza prefrontal es, sin duda, una de las áreas más interesantes a la vez que determinantes para comprender nuestro pensamiento abstracto e incluso nuestra autoconciencia. Es, por así decirlo, esa estructura que nos hace verdaderamente humanos.

La corteza prefrontal es esa región cerebral vinculada con la planificación de comportamientos cognitivamente complejos y en la expresión de la personalidad.

Los científicos denominan a todas esas sofisticadas tareas que lleva a cabo la corteza prefrontal “funciones ejecutivas”. Lo decidieron así por un hecho muy concreto: estamos ante ese privilegiado espacio de nuestro cerebro donde uno puede distinguir el bien del mal, donde podemos valorar nuestro entorno e, incluso, establecer un control sobre el propio pensamiento.

cerebro azul iluminado con la corteza prefrontal

La corteza prefrontal, la última área cerebral en desarrollarse

A menudo, hay padres y madres que se lamentan de la dificultad que presenta su hijo adolescente a la hora de entender ciertas cosas, de carecer de control para contener su impulsividad, de no razonar lo bastante antes de llevar a cabo una conducta. Nos lamentamos casi sin saber que en realidad, el completo desarrollo de la corteza prefrontal no se completa hasta los 20 ó los 25 años.

A pesar de la apariencia “casi” adulta de nuestros chicos y chicas adolescentes, cabe recordar que sus cerebros aún son inmaduros. De hecho, es interesante saber que el cerebro humano va madurando desde la nuca hasta la frente y que por tanto, la corteza prefontal es la última área en asentarse, en desarrollar las capacidades más sofisticadas y valiosas de nuestra especie.

Ahora bien, esto no quiere decir que los niños y adolescentes no sean capaces de tomar decisiones hasta que llegan a la veintena. Lo hacen y, en ocasiones, hasta de forma acertada. Ahora bien, hay que tener en cuenta que el desarrollo de esas habilidades más complejas se van instaurando año a año, y que a mayores estímulos, desafíos, apoyos y oportunidades la evolución en estas capacidades cognitivas será más que óptimas.

Por tanto, no dudemos en ser más comprensivos con ellos en estas edades. Al fin y al cabo, lo único que necesitan es tiempo, paciencia, comprensión y buenos consejos.

Niño con cerebro iluminado

Partes de la corteza prefrontal

La corteza prefrontal es ese centro de control sofisticado y a la vez tremendamente complejo que tiene conexiones con múltiples regiones cerebrales. Así, estructuras como el hipocampo, el tálamo y el resto de lóbulos cerebrales comparten con ella vías directas, canales donde la información va y viene de forma casi incesante.

Veamos ahora en qué partes se divide la corteza prefontal:

  • La corteza orbitofrontal, relacionada con nuestras conductas sociales y nuestra toma de decisiones.
  • La corteza dorsolateral, un área esencial en el ser humano. Gracias a ella planificamos, ideamos metas, memorizamos, reflexionamos… Los neurocientíficos se aventuran a decir que es aquí donde se localiza nuestra conciencia.
  • La corteza ventromedial se relaciona con nuestra percepción y la expresión de nuestras emociones.

¿Qué funciones tiene la corteza prefrontal?

Hace unos años unos científicos de la Universidad de Missouri explicaron la razón por la cual, nuestra corteza prefrontal es tan grande en comparación con esas otras especies con las que compartimos nuestro planeta. Según indicaron se debería a un proceso de presión demográfica. Es decir, a medida que aumentó el número de personas que conformaban nuestros contextos, mejoró el modo en que nos relacionábamos, en que nos comunicábamos.

Todo ello, toda esta experiencia social, cognitiva y emocional dio forma a una corteza prefrontal más evolucionada. Veamos ahora qué funciones suele llevar a cabo esta parte tan especial de nuestro cerebro.

  • Coordina y ajusta nuestro comportamiento social.
  • Nos ayuda a controlar los impulsos y a gestionar nuestras emociones.
  • En esta área se llevan a cabo esos procesos relacionados con nuestra personalidad (el ser más tímidos, más atrevidos, más abiertos a la experiencia…)
  • La motivación, el hallar la suficiente ilusión e impulso para alcanzar una meta, se localiza también en la corteza prefrontal.
  • Focalizamos la atención, organizamos la información compleja y planificamos.
  • Aquí se localiza también la memoria de trabajo, esas habilidades cognitivas con las que retenemos información a medida que vamos experimentando o haciendo cosas.
mujer con esfera conectada a su corteza prefrontal

Para concluir, dada la relevancia que tienen todas estas funciones, ya podemos imaginar lo que supone tener una lesión en la corteza prefrontal. Así, personas que hayan sufrido traumatismos, que presenten deterioro neuronal o problemas del desarrollo localizados en esta área, suelen mostrar dificultad para controlar su conducta, dificultad para planificar, decidir, crear…

Se caracterizan además por tener un pensamiento lineal y una conducta a menudo antisocial. Son situaciones muy delicadas y complejas que nos demuestran, una vez más, la gran relevancia de esta área cortical para el ser humano y su comportamiento social.


Este texto se ofrece únicamente con propósitos informativos y no reemplaza la consulta con un profesional. Ante dudas, consulta a tu especialista.