La risa es el lenguaje del alma
Cuando sonríes me muestras tus más profundos pensamientos, me dejas verte, me dejas explorar cada una de tus secretos y me siento cerca de ti. A veces, me contagias de alegría, con solo esbozar una pequeña curvatura en tus labios, una risa, porque tus ojos ya me sonríen antes de que lo haga tu boca.
A través de cada una de tus sonrisas me muestras el mundo tal y como lo ves, me enseñas que hay una forma de ver la vida con el alma abierta y dispuesta a aprender. Si no sonríes lucharé con todo lo que tenga a mi alcance para hacer volar tus labios hacia el cielo.
“Niégame el pan, el aire,
la luz, la primavera,
pero tu risa nunca
porque me moriría”-Pablo Neruda-
¿Por qué perdemos el sentido del humor?
Un niño se ríe unas 400 veces a lo largo del día y un adulto unas 15. Esto quizás se debe a que perdemos la inocencia o el sentido del humor, pero la realidad es que en muchas ocasiones necesitamos recuperar la facilidad de reírnos como los niños, de divertirnos y aprender a ver la vida de una forma mucho más simple y divertida.
Una de las causas de nuestra falta de humor en determinadas ocasiones, es la rigidez con la que nos comportamos, nuestra falta de naturalidad, nuestro miedo a romper las reglas, a no respetar las normas. ¿Pero quién ha escrito las reglas? ¿Qué ocurre si no las respetamos? No va a ocurrir nada, simplemente que seremos nosotros mismos.
Basta con subirse un día por la mañana a primera hora en el autobús y ver la cara de la gente para darnos cuenta de que nadie sonríe, de que todos han perdido el buen humor. Pero te has parado a pensar ¿qué ocurre si sonríes un poco más? No pierdes nada, tus problemas seguirán ahí, pero si esbozas una sonrisa seguro que los ves de otra forma.
Aprender de nuevo a reírse de uno mismo
Cuando somos niños, no tenemos vergüenza ni pensamos en nuestros defectos o virtudes, simplemente somos felices y sonreímos a la vida. Por lo tanto, la risa es también una cuestión de autoestima. Si nos queremos a nosotros mismos, seremos capaces de aceptar nuestros defectos y nuestras virtudes y dejar de lado la importancia que le damos a lo que piensan los demás.
Pero no sólo si tienes una autoestima adecuada serás capaz de reírte de ti mismo, sino que también si te ríes de ti mismo, fortalecerás tu autoestima. Por lo tanto, es algo que funciona en ambos sentidos.
Otra forma de aprender de nuevo a reírnos de nosotros mismos, es aprender a vencer nuestra timidez, nuestra vergüenza a la opinión de los demás, ya que esa sensibilidad a la crítica negativa es la que nos paraliza y no nos permite disfrutar de nuestra risa. Aprende a ser espontáneo, di lo que se te pase por la cabeza, utiliza las bromas, sonríe, no tengas miedo, no va a pasar nada y te vas a divertir.
“Una sonrisa es la llave secreta que abre muchos corazones”
-Robert Baden Powell-
La risa como terapia
La terapia de la risa, ha dejado de ser sólo una forma de luchar contra el estrés o pasar un buen rato, para convertirse en un método con aplicaciones médicas y psicológicas. La base es que cuando una carcajada es forzada, nos hará sentir igualmente bien y al final surgirá una risa natural.
El psicólogo José Elías , pionero en risoterapia en España, puso de manifiesto que la risa fortalece el corazón, ya que cuando nos reímos movemos 420 músculos de nuestro cuerpo y entre ellos el músculo del corazón. Además. la risa reduce la presión arterial porque aumenta el calibre de los vasos sanguíneos y favorece la respiración puesto que se aumenta al máximo la ventilación.
Por lo tanto, la risa mejora nuestra calidad de vida y nuestra salud y tiene efectos positivos tanto físicos como psicológicos. Aprender a reír, favorece que veamos la vida desde otro punto de vista, mucho más agradable y más sano. Por lo tanto, sonríe, porque ese es el lenguaje de tu alma, la forma en la que podrás salir ahí fuera y volar.
“Una mujer puede darlo todo con una sonrisa y recuperarlo después con una lágrima”
-Coco Chanel-