La suerte sí existe según la ciencia
Amuletos, piedras de energía, trébol de 4 hojas, tocar madera, colores de velas, cruzar los dedos,… ¿Atraen a la suerte? Y, pasar por debajo de una escalera, el número 13, ver un gato negro, … ¿nos embrujan con un aura de mala suerte? La respuesta es no. Pero, cuidado, a cambio, la ciencia parece haber descubierto cómo atraer la suerte.
Richard Wiseman, profesor de la Universidad de Hertfordshire en Reino Unido, realizó una investigación partiendo del siguiente interrogante: ¿cómo es posible que haya personas que estén en el lugar adecuado en el mejor momento para que les ocurran cosas positivas y otras, sin embargo, parecen haber sido agraciadas con el don de la inoportunidad?
Con su investigación Wiseman llegó a la siguiente conclusión: buena parte de la fortuna o de la ausencia de esta tiene que ver con la actitud. En su palabras :”La mayoría de la gente (inoportuna) simplemente no está abierta a lo que le rodea”.
“Todos creen que tener talento es cuestión de suerte; nadie piensa que la suerte pueda ser cuestión de talento”.
-Jacinto Benavente-
Claves de la suerte
Según Wiseman, existen cuatro claves para atraer a la suerte (y ojo, queremos hacer una distinción entre suerte y azar; el azar sería, por ejemplo, que nos tocara la lotería. Nuestro único margen de maniobra es comprar un décimo). La suerte es un concepto mucho más amplio, depende de nosotros en mayor medida que el azar:
Maximiza tus oportunidades
Tiene lógica, ¿no? Si nos encerramos en casa, ¿cuántas cosas emocionantes y cuántas oportunidades de cambiar nuestra vida podríamos tener? No parece que muchas, ¿verdad?
Richard asegura que “la gente afortunada actúa sobre las oportunidades que encuentra en su vida; intenta, empieza de a poco con un sinfín de proyectos y basa su aprendizaje en la interacción; al contrario de los desafortunados, que sufren de parálisis por análisis”.
Según Wiseman, ciertos tipos de personalidades tienen más suerte, ya que tienden a crear escenarios que maximizan las oportunidades. Por ejemplo: las personas extrovertidas al estar más tiempo con los demás, en una sociedad en la que la mayoría de puestos de trabajo se cubren con “conocidos”, tendrán más oportunidades de conseguir un buen empleo.
En cambio, las personas ansiosas tendrán menos probabilidades de darse cuenta de lo que ocurre o se presenta a su alrededor; por lo tanto, una oportunidad tendrá que ser más aliente para que reparen en ella. Este experimento científico pone de relevancia que si nos resistimos a lo nuevo, es probable que no tengamos muchas oportunidades de cambiar nuestro destino. De esta manera, la suerte juega cuando existe incertidumbre.
“Cada día es un nuevo día. Es mejor tener suerte. Pero yo prefiero ser exacto. Luego, cuando venga la suerte, estaré dispuesto”.
-Ernest Hemingway-
Escucha tus corazonadas
La gente afortunada actúa según sus intuiciones en muchas áreas de sus vidas.
Casi el 90% de las personas afortunadas dijo que confiaba en su intuición cuando se trataba de relaciones personales, y casi el 80% aseguró que esta jugó un papel vital en su carrera y en sus decisiones financieras.
Y la intuición no es magia. Investigaciones han demostrado en diversas ocasiones que a menudo es válida. Es más, practicar meditación y una vez relajado repetir una y otra vez una palabra o frase a fin de limpiar la mente de otros pensamientos, estimula la intuición a medio plazo.
“Lo que parece ser la intuición en realidad es una experiencia en el área, un patrón que de alguna manera el cuerpo y el cerebro ya detectaron y tú no has visto conscientemente. La gente con mala suerte suele no seguir su intuición, ya que no sabe de dónde viene y se siente ansiosa por eso y por la decisión que debe tomar”, Wiseman.
“La suerte no es más que la habilidad de aprovechar las ocasiones favorables”.
-Orison Swett Marden-
Espera la buena fortuna
Así de simple, hay que ser optimista. Tendremos mayor probabilidad de probar cosas nuevas, tomar las oportunidades y lograr el éxito si creemos que todo saldrá bien. La magia está en que cuando pensamos que las cosas saldrán bien, perseveramos. Y cuando somos resistentes, brindamos más posibilidades que trabajan en nuestro favor.
Y aunque pueda sonar ingenuo, resulta que mientras que los pesimistas ven el mundo con mayor precisión, los optimistas son más propensos a tener suerte porque sus “delirios” o “autoengaños”, los empujan hacia las nuevas oportunidades.
Ya sea a través de amuletos o solo mucho optimismo, lo cierto es que de esta forma aumentamos nuestra autoconfianza lo que, a su vez, fomenta una vida llena de bellas casualidades.
Así que ser un poco iluso nos puede ayudar, porque el exceso de confianza aumenta la productividad, nos sesga positivamente, disminuye el estrés y aumenta la tolerancia al dolor, al tiempo que mejora el trabajo en equipo. Pero, ¿qué sucede cuando las cosas aun así van mal? ¿Qué debemos hacer cuando estamos actuando adecuadamente, pero la mala suerte todavía nos golpea en la cara?
“Cada desgracia que encuentres en el camino llevará en ella la semilla de la buena suerte del mañana”.
-Og Mandina-
La gente afortunada no siempre tiene suerte, pero maneja la adversidad de manera distinta a las personas que atraen a la mala suerte y ven el lado positivo a la situación. Sobre todo porque estas personas están convencidas de que cualquier tropiezo en su vida traerá a la larga algo mejor y, en consecuencia, toman medidas constructivas para evitar más mala suerte en el futuro. Así que ante la decepción no hemos de renunciar a un nuevo futuro ni encerrarnos en casa porque eso no nos va a ayudar.
“Cuando las cosas se ponen difíciles tenemos dos opciones: doblegarnos o seguir adelante. La gente afortunada es resistente. Recuerdo haber hablado con una persona que había caído por las escaleras y se había roto la pierna. Le dije: apuesto a que no te consideras tan afortunado ahora; sin embargo, dijo que en su última visita al hospital conoció a una enfermera y se enamoraron. Ahora los dos están felizmente casados. Él sólo se limitó a decir: “fue lo mejor que me ha pasado”, comentó Wiseman.
A su juicio, solo el 10% de nuestra existencia es aleatoria, el 90% restante se define por cómo afrontemos lo que nos ocurre. Por tanto, estas son buenas noticias. Si queremos tener más suerte, tenemos que comenzar con nosotros mismos, con pensar de un modo más amable.
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- Wiseman, R. (2003). Nadie nace con suerte: el primer estudio científico que enseña a atraer y aprovechar la buena fortuna. Temas de Hoy.