La técnica May 8 para aumentar la productividad
La técnica May 8 se basa en dos premisas sobre el funcionamiento del cerebro. La primera nos dice que este órgano, como todo en el mundo natural, trabaja de manera cíclica y no lineal. La segunda premisa establece que la atención y la concentración son recursos limitados. Nuestro cerebro es en realidad veleidoso. Nuestro cerebro no está preparado para trabajar a pleno rendimiento en todo momento.
Los procesos naturales son cíclicos. Estos implican una serie de fases donde se desarrollan determinados procesos . Así, termina un ciclo para dar paso a otro nuevo. Como la noche y el día, o las estaciones, o el ciclo menstrual, entre otros. La concentración también tiene un ciclo, que está relacionado con los ritmos ultradianos, y sobre su análisis se construye la técnica May 8.
En cuanto a las limitaciones de la atención, tienen que ver con el equilibrio entre la información que entra y la capacidad del cerebro para procesarla. No siempre estamos listos para recibir y gestionar los estímulos intelectuales plenamente. La técnica May 8 tiene en cuenta esta realidad.
Es importante aclarar que, aunque la técnica May 8 parte de premisas científicas, no es un método construido por la ciencia. Más bien se trata de un esquema empírico que ha ido aplicándose y se muestra muy eficaz para desarrollar tareas intelectuales. Es particularmente apto para quienes trabajan con el intelecto. Veamos.
“Para reducir lo infinito a lo finito, lo inasequible a lo humanamente real, no hay más que un camino: la concentración”.
-Théophile Gautier-
La técnica May 8 y los ritmos ultradianos
Los ritmos ultradianos son procesos cíclicos que tienen una duración inferior a 20 horas. Estudiándolos de manera específica en cuanto a la concentración y la atención, se ha establecido que el cerebro humano logra mantener la línea de atención durante 18 minutos. Luego, aparece la distracción.
Sin embargo, el ciclo que marca el tiempo de actividad intelectual sostenible y la necesidad absoluta de descanso es de entre 90 y 120 minutos. Esto quiere decir que logramos desempeñar una tarea de manera eficiente en ese lapso, tras el cual las funciones intelectuales disminuyen de manera notable. Por eso es necesario descansar.
Así mismo, la técnica May 8 ha logrado establecer que los primeros 220 minutos de trabajo son los más productivos de todos. El momento para realizar las actividades de mayor complejidad. Luego, y para el resto de la jornada, paulatinamente decrece nuestro rendimiento intelectual. ¿Cómo aplicar esto al día a día de manera que consigamos optimizar nuestro rendimiento? Lo veremos enseguida.
El crucial comienzo de la jornada
Tenemos 210 minutos de oro al comienzo de la jornada. Es muy importante que seamos conscientes de ello para no desperdiciarlos. Muchos inician su día laboral revisando noticias del día, respondiendo correos o interactuando en las redes sociales. Una reflexión: quizás estamos gastando el mejor momento de rendimiento potencial en actividades que no lo ameritan.
Lo indicado es comenzar el día llevando a cabo las tareas más complejas y que exijan mayor creatividad. Tenemos alrededor de tres horas y media para aprovechar. Lo más adecuado sería hacer lo siguiente:
- Primero: calentamiento cerebral. El cerebro también necesita un breve calentamiento antes de ponerse en marcha. Lo primero entonces es destinar 10 minutos para calentar. Lo ideal es tener planeado el trabajo desde el día anterior y revisar el plan en esos primeros minutos.
- Segundo: tarea compleja. Es un lapso de 60 minutos, en el que debes aplicarte a una de las tareas más complejas que debas realizar. Esto es, una que requiera alta concentración o creatividad.
- Tercero: pausa. Lo que sigue es una pausa de 10 a 15 minutos. Implica levantarte, estirar las piernas y realizar una actividad que no tenga nada que ver con lo que venías haciendo.
- Cuarto: fase dorada. Vienen otros 60 minutos de trabajo. Estos son los más productivos de toda la jornada. Sirven para completar la tarea que se había iniciado en la fase anterior o para realizar una nueva.
- Quinto: tareas de apaciguamiento. En los últimos 10 minutos de este ciclo debes realizar tareas sencillas, que no te exijan mayor atención.
Lo que resta de la jornada
Lo ideal sería que, tras esas primeras tres horas y media, descansemos. La mayoría de las veces no es posible, así que habrá que seguir realizando las actividades de la jornada. Sin embargo, tras esa primera fase de mayor productividad, debemos enfocar la labor de otra manera.
Tras un descanso de otros 10 o 15 minutos, se debe comenzar un nuevo ciclo de 210 minutos. En esta nueva etapa no habrá que calentar el cerebro y debemos concentrarnos en tareas mecánicas y con un componente físico que nos puede llevar a rescatar esa activación que puede comenzar a resentirse. La idea es realizar tareas de 40 minutos, seguidas por descansos de 10 minutos.
Es claro que no todo el mundo podrá aplicar la técnica May 8 de manera estricta. Lo indicado es adaptar el método a nuestra situación particular. La verdad es que tras emplear este método, los resultados son asombrosos. Inténtalo. Lo más seguro es que no te arrepientas.
Nota. Lo expuesto en este artículo no es una regla que sirva para todos. Existen diferencias individuales, siendo estas lo suficientemente importantes para tomar de este artículo su lógica y no la planificación estricta. Cada persona deberá ajustarlo, por ejemplo, al lugar del día en el que está más activo.
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- Schwarz, T., Gomes, J., & McCarthy, C. (2013). Anti-productividad, La: Asi como estamos funcionando no está funcionando. Ediciones Granica.