Las emociones graban los recuerdos en piedra

Las emociones graban los recuerdos en piedra
Carolina López De Luis

Escrito y verificado por la psicóloga Carolina López De Luis.

Última actualización: 14 septiembre, 2019

Hay recuerdos que son más nítidos que otros, de manera que no todos se rememoran con la misma claridad ni intensidad. Así, podemos preguntarnos, ¿por qué unos recuerdos se codifican con más intensidad que otros? En este sentido, igual que en otros, las emociones parecen ser cruciales.

Podemos decir de manera exacta el día que hacía el día de nuestra boda, a qué olía nuestro ramo de flores, incluso la ropa que llevaban nuestros invitados. Es un día especial que nunca olvidaremos en el que surgieron muchas emociones, las mismas que facilitan que hoy nos acordemos de todos estos detalles.

El recuerdo del acontecimiento también dependerá de si la carga emocional era negativa o positiva. Porque en el caso de acontecimientos traumáticos, se puede revivir el acontecimiento una y otra vez sin poder pararlo voluntariamente, aunque como consecuencia del trauma se pueden distorsionar algunos detalles. Un fenómeno que por ejemplos se ha podido observar en el testimonio de algunos testigos de un crimen.

“Flashbulbs memories” o memorias de impacto

Las “flashbulb memories” se definen como recuerdos vívidos, detallados y consistentes y con una fuerte carga subjetiva de veracidad. Son memorias sobre sucesos altamente impactantes por la repercusión individual y/o social que implican. Por ejemplo, todos recordamos el día del 11-M, sobre todo, las personas que viven en Madrid o que tienen algún familiar allí.

Fotos de paisajes

Esos sucesos se quedan grabados, pero no solo los hechos, sino lo que hicimos durante ese día o dónde nos encontrábamos en el momento en el que recibimos la noticia del atentado. La alta implicación emocional y la sorpresa hace que registremos la información de todo aquello que ocurrió entorno al acontecimiento que marcaría un antes y un después.

Se recuerdan mejor los elementos centrales de la información como a quién llamamos cuando nos enteramos, dónde fuimos o con quién estábamos, que los pequeños detalles. Aunque los recuerdos no siempre son tan veraces como pensamos. No parecen ser más exactos que otros, aunque sí tenemos la sensación de acordarnos con mayor claridad. La información no tiene por qué ser precisa, pero sí intensa.

La emoción facilita el recuerdo

Según Wagenaar, el recuerdo autobiográfico está relacionado con la saliencia de los sucesos, es decir su importancia. También influyen lo agradable del suceso y el nivel de implicación emocional que tengamos. Aún pasando mucho tiempo, la sensación de recordarlo como si fuera ayer es grande. El nacimiento de nuestro hijo o la muerte de un familiar quedan grabados para siempre.

Está claro que la emoción que nos despierta un acontecimiento, cuanto más intensa, más intenso será el recuerdo. No es tan importante si despierta en nosotros una emoción positiva o negativa. Además, cuanta mayor implicación tengamos, la memoria se volverá más completa y organizada. Recordaremos mejor una fiesta de cumpleaños que ayudamos a organizar que aquella a la que llegamos a última hora.

La accesibilidad a los recuerdos también se ve influenciada por el estado emocional en el que nos encontramos en ese momento. Un día en el que estamos alegres, pensamos en momentos alegres, en sintonía con nuestro estado emocional actual. Se denominan memorias dependientes de estado, y en personas que sufren una depresión contribuirían a perpetuar la tristeza, rememorando sucesos negativos.

Impacto emocional de los eventos traumáticos

Se ha intentado determinar si se recuerdan mejor los sucesos con carga emocional positiva o negativa, y según Rubin y Bersten, nos acordamos mejor de los suceso positivos. Si el recuerdo es negativo, la ansiedad o el miedo que provocó el suceso puede interferir en el relato de lo que pasó exactamente. Aunque la intensidad de las emociones negativas sea mayor y el estado emocional al que preceden más prolongado.

Hay sucesos como agresiones sexuales, catástrofes naturales, batallas de guerra o atentados terroristas que dejan una huella imborrable en la personas. Muchas de las personas que sufren un episodio traumático en su vida acaba desarrollando trastorno de estrés postraumático. Uno de los síntomas de este trastorno es la re-experimentación del suceso, de manera que lo que se revive es los que sentimos en aquel momento.

El impacto de un suceso traumático es muy grande, aunque no significa que lo que se recuerda sea del todo exacto. La posibilidad de sufrir un shock dificulta el recuerdo. Las sensaciones vividas sí que son exactas y se reviven una y otra vez, pero los hechos pueden confundirse. No hay que olvidar que son momentos en los que mantenerse con vida es el objetivo principal.

De una manera o de otra, lo que está claro es que las emociones inciden en el funcionamiento de nuestra memoria. Inciden en la codificación de hechos y también en la recuperación. Por ejemplo, es más probable que nos acordemos de un hecho que codificamos en un estado de ánimo positivo cuando volvemos a estar en un estado similar. Con los estados de ánimo negativos sucede exactamente lo mismo, de manera que la alegría suele atraer recuerdos alegres y la tristeza recuerdos tristes.


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