Las enfermedades mentales generan más víctimas potenciales que agresores
Durante estos últimos meses, algunos medios de comunicación han hablado de diferentes enfermedades mentales como causa de los últimos atentados terroristas ocurridos en Europa, e incluso, como justificación de acciones como la del piloto del vuelo 9525 de Germanwings.
Estas etiquetas diagnósticas son usadas sin criterio por “periodistas” que no saben qué es una enfermedad mental ni las repercusiones que tiene colgarle a alguien esta etiqueta, esté vivo o haya fallecido. De esta manera, la enfermedad mental se ha convertido en una especie de baúl de sastre, que es fácilmente transportable por la ignorancia allá donde existe un comportamiento para el que no encontraros explicación.
Esta separación semántica y acotamiento del mal bajo una etiqueta hace que la integración de cualquier persona con enfermedad mental se convierta en una misión casi imposible. El miedo que suscitan los enfermos mentales es proporcional al grado de alarmismo y amenaza que los medios de comunicación inculcan a la sociedad, pero no es algo real.
La realidad, en este caso, no se parece a los relatos que en muchas ocasiones la prensa nos está vendiendo. La realidad es que las enfermedades mentales generan más víctimas potenciales que agresores, algo totalmente distinto a lo que aparece en los medios de comunicación.
Etiquetas diagnósticas como estigma
Las enfermedades mentales ya son por sí mismas una razón de estigma para muchos, pero si además le sumamos todo lo dicho por los medios de comunicación, las enfermedades mentales se convierten, como mínimo, la causa de todo tipo de atrocidades. Algunas de las etiquetas diagnósticas más usadas por la prensa suelen ser:
Depresión
Hablan de la depresión como causa de asesinos potenciales, cuando en realidad, una persona con depresión grave siente que el peso del mundo está sobre sus hombros, le cuesta hasta levantarse de la cama, mucho más planear un asesinato masivo y llevarlo a cabo.
Lo cierto es que, según la Organización Mundial de la Salud, la depresión es una enfermedad mental que afecta a 350 millones de personas en el mundo, es decir, que alrededor del 5% de la población mundial padece este trastorno. Es más, es tan común, que todos nosotros conocemos a alguien que haya estado en tratamiento por ese problema, ¿Te parece o te pareció un asesino o, en cambio, una persona que necesitaba ayuda?
Trastorno bipolar
En la televisión, el Trastorno Bipolar es descrito como una enfermedad en la cual el enfermo no es capaz de controlar sus sentimientos y pasa del amor al odio casi en décimas de segundo. Pero, en realidad, consiste característicamente en episodios maníacos y depresivos separados por intervalos con un estado de ánimo normal (periodos de eutimia).
Y aunque hay un subtipo, llamado ciclador rápido, este se define por al menos 4 episodios alternativos de estado de ánimo sin llegar a cumplir criterios de manía, hipomanía o depresión. Es decir, que los episodios rápidos suceden en meses y también cada cambio va precedido de un período de tiempo de estado de ánimo normal, además de que los episodios no tienen una gran intensidad.
Síndrome de Amok
El Síndrome de Amok es un síndrome dependiente de la cultura según las clasificaciones diagnósticas, en este caso, es propio de Malasia. Consiste en un episodio disociativo caracterizado por un periodo de depresión seguido de una manifestación de comportamiento violento, agresivo u homicida, dirigido a personas y objetos.
Pero, lo que no tienen en cuenta los medios de comunicación cuando hablan de este síndrome es de la relación cultural delimitada a Malasia y que suele estar asociado a consumo de drogas que producen alucinaciones en rituales de nativos de estas islas.
Esquizofrenia
En este trastorno se caracteriza por delirios y/o alucinaciones, comportamiento y lenguaje desorganizados y síntomas como la apatía. En este caso, sí que es cierto que pueden tener comportamientos violentos, pero suelen ser causados por el propio miedo que tienen a las alucinaciones que sufren. Además suelen hacerse más daño a sí mismos que a otros.
Sus alteraciones hacen que tengan el juicio alterado, siendo muy difícil para ellos el planificar sus acciones, y casi imposible que puedan planear un asesinato por ellos mismos. Pero para los medios informativos, como es un trastorno grave y tan estigmatizado suelen usarlo como sinónimo de “loco violento”.
Y estas son solo algunas de las enfermedades que utilizan las medios como excusa para contarnos que los enfermos mentales son violentos. Hay otras enfermedades mentales que usan como justificante de las conductas delictivas de personas “sanas” pero famosas, como son el alcoholismo, la adicción a las drogas o la cleptomanía.
“Si yo tuviera una varita mágica para desaparecer la esquizofrenia, el desorden bipolar y la depresión mayor, permanecerían el 95 por ciento de los actos violentos”
-Jeffrey Swanson-
Las enfermedades mentales no te convierten en alguien violento
La gran mayoría de enfermos mentales nunca intentarán hacer nada violento y los estudios señalan que apenas el 5 por ciento de los crímenes se puede atribuir a un trastorno mental. En Estados Unidos, la gran mayoría de gente implicada en violencia con armas y homicidios no ha sido diagnosticada con una enfermedad mental y no parece tenerla, según Adam Lankford, un experto en justicia criminal de la Universidad de Alabama.
Paradójicamente, lo más común es lo contrario, estas personas tienen cuatro veces más riesgo de ser aislados y victimizados que la población general, especialmente en países en vías de desarrollo. Un estudio mostró que en un periodo de cuatro meses, el 8,2 por ciento de estos enfermos fue agredido, comparado con apenas el 3,1 por ciento de personas de la población general.
Es más, en lo que a violencia se refiere, los enfermos mentales suelen hacerse daño a ellos mismos antes que a otros. Y estos estigmas que hacen que se les tenga miedo, y por tanto que se les excluya en lugar de integrarlos en la sociedad, promulgan esas conductas suicidas.
Así que, la próxima vez que oigas que una persona con una enfermedad mental ha matado a alguien, recuerda que es el estigma de la etiqueta la razón por la que esta enfermedad mental se vea reflejada en la prensa, no porque las enfermedades mentales sean un peligro en sí mismas.