Las ganancias secundarias de la ansiedad
Se le llaman ganancias secundarias de la ansiedad a los beneficios que genera ese estado. ¿Cómo es que la ansiedad genera beneficios? Por muy extraño que parezca, así es. Si damos lugar en nuestro interior a una sensación displacentera y la mantenemos es porque nos aporta algo. De forma insana, pero nos lo aporta. Si no fuera así, sería más fácil que buscáramos o encontráramos la manera de deshacernos de ese tormento.
El hecho de que haya ganancias secundarias de la ansiedad no quiere decir que dichas ganancias sean, haciendo balance, positivas para nosotros. Significa simplemente que a veces las personas tomamos caminos poco saludables para adaptarnos a la realidad. Por lo general, no somos conscientes de ello. Aun así, logramos acomodarnos y, de un modo u otro, sacar partido de esa situación.
Quizás esto pueda entenderse mejor con un ejemplo. Supongamos que una persona se queda sin hogar. Entonces resuelve hacer una carpa improvisada en un descampado solitario. Si continúa allí, es posible que busque la forma de incorporar ciertas “comodidades” a su lugar de habitación.
Quizás consiga cartones para cubrirse mejor del frío e incluso puede comenzar a “amueblar” el lugar; además, por el lugar que ocupa no tiene que pagar impuestos o alquiler. No ha resuelto su problema básico de vivienda real, pero aún así, como puede, saca partido de la situación. Es lo mismo que ocurre con las ganancias secundarias de la ansiedad.
“Somos lo que hacemos de forma repetida. Por tanto, la excelencia no es un acto, sino un hábito”.
-Aristóteles-
Las principales ganancias secundarias de la ansiedad
Es claro que la ansiedad es un estado que genera sufrimiento. Lo razonable entonces sería buscar y encontrar la forma para superarlo. Sin embargo, el ser humano no es razón solamente. Hay una serie de factores inconscientes , que se presentan como irracionales, y que llevan a persistir incluso en el dolor emocional. La persona no busca experimentar ansiedad constante, pero una vez instalada allí, comienzan a suceder cosas que no estaban previstas.
Por ejemplo, es muy usual que la persona ansiosa reciba una atención especial por parte de quienes la rodean. Pueden considerarla “nerviosa” o demasiado sensible, o algo por el estilo. Por lo tanto, sin proponérselo en realidad obtiene el beneficio de mayor atención , y quizás consideración, por parte de los demás. Esto, sin darse cuenta, refuerza el estado negativo en el que se encuentra. Así operan las ganancias secundarias de la ansiedad.
La mayor atención de los demás no es lo único que se obtiene. La ansiedad también podría convertirse en un pretexto para no enfrentar el mundo y conformar una burbuja de protección. También para explicar multitud de conductas de negligencia, abandono o desidia. Así mismo, para justificar majaderías, faltas de responsabilidad e infantilismos. “Es que soy muy ansioso y por eso no puedo…”.
Evitar miedos y lograr lo que se quiere
Es posible que la ansiedad se convierta en una manera de lograr exactamente lo que uno desea. Ese estado sirve de escudo para no decidirse a enfrentar los miedos reales, que todos los seres humanos tenemos que enfrentar alguna vez. Miedos como estar solos, enfrentarnos al rechazo, decir “no”, buscar y encontrar trabajo para valernos por nosotros mismo, etc. Todos experimentamos algo de ansiedad al enfrentar esas situaciones. Lo procedente es buscar el camino para vencerla.
No es la única forma en que las ganancias secundarias de la ansiedad se hacen presentes para lograr lo que uno quiere. Como anotábamos antes, la atención de los demás, la posibilidad de instalarnos en una zona de confort que nadie cuestiona, la opción de justificar nuestras salidas en falso, etc., constituyen un puente de oro para no asumir determinadas responsabilidades.
Es importante insistir en que esto no se hace a propósito. Quien padece de ansiedad, realmente sufre y no urde planes conscientemente, para sacar partido de esa situación. Todo esto se produce de manera inconsciente y también se sostiene inconscientemente, porque finalmente brinda beneficios.
El problema es que uno llega a organizar todo un proyecto de vida en torno a la ansiedad, negándose a crecer y privándose de muchas experiencias positivas. Como el hombre que no tiene dónde vivir y termina habitando para siempre un lugar precario. Por eso, la salida no está en aceptar que la ansiedad es ya una parte indisociable de nosotros mismos. Al contrario, ese estado puede ser superado. Si no se logra por uno mismo, entonces es pertinente solicitar la ayuda de un profesional.
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- Marsiglia, G. (2010). Estudio clínico y epidemiológico de la ansiedad y la depresión en una muestra de 1 159 pacientes. Gaceta Médica de Caracas, 118(1), 03-10.