Las personas suelen ser más felices después de la mediana edad
Lo que se ha dado en llamar “la mediana edad” es la etapa comprendida entre los 40 y los 60 años. Hasta ahora se había dicho que esta fase estaba marcada por una crisis. Sin embargo, varios estudios han demostrado que esto no es tan cierto; todo parece indicar que las personas suelen ser más felices después de la mediana edad.
Actualmente la esperanza de vida es mucho más alta que antes. Hubo épocas en las que llegar a los 50 años no era tan probable. Hoy, en cambio, superar esta edad es lo frecuente. Además, no es de extrañar que en las próximas décadas el número de personas centenarias siga creciendo.
De todo esto se desprende que lo que se llamaba “juventud ” hace un tiempo, ahora tenga unos límites más amplios. La gente se casa más tarde y tiene hijos a una edad más avanzada. Así, estas son solo algunas de las circunstancias que “ponen en felicidad” la etapa que sigue a la juventud.
“La edad es una cuestión de mentalidad. Si no te importa, simplemente no importa”.
-Mark Twain-
Un estudio confiable
Los investigadores Nancy Galambos, Harvey Krahn y Matt Johnson, de la Universidad de Alberta, en Canadá, realizaron un estudio acerca de la felicidad en las diferentes edades de la vida. El estudio es de largo aliento, ya que se ha desarrollado a lo largo de varios años.
Para realizar la investigación, formaron dos grupos. A uno de ellos le hicieron seguimiento de los 18 a los 43 años de edad. Al otro grupo se le siguió desde los 23 a los 37 años. Los puntos de referencia que se tomaron fueron los hitos principales de la vida como el cambio de estado civil, la situación de salud, los aspectos laborales, etc.
El estudio llegó a cinco conclusiones interesantes:
- La mayoría de las personas estudiadas muestra que son más felices durante los 40 que a los 18 años de edad.
- Hay mayores grados de felicidad en las personas que están casadas y que tienen un empleo. En ambos casos hay mejor salud física.
- No hay evidencias de que exista algo que se pueda llamar “crisis de la mediana edad”.
- En general, las personas se muestran más felices después de los 40 años.
- El sentimiento de bienestar comienza a crecer con mayor velocidad a partir de los 30 años.
La mayoría de las personas suelen ser más felices después de la mediana edad que a los 18 años.
El mito de la crisis de mediana edad
Hace unas tres décadas comenzó a volverse popular la expresión “crisis de la mediana edad”. Circuló la idea de que llegar a los 40 sumergía a las personas en un duelo difícil de sobrellevar. Sentían que los años habían pasado muy rápido y esto las entristecía. Terminaban haciendo tonterías con la ilusión de atrapar la juventud que se les iba.
El origen de esta tesis fue una investigación realizada por el profesor de economía, de la Universidad de Warwick, Andrew Oswald. Según él, la felicidad tiene forma de “U”. Los topes de bienestar se encuentran alrededor de los 20 años y luego, en el ocaso de la vida, a los 70 años aproximadamente. El momento de menor bienestar se da hacia los 40 años.
Sin embargo, la investigación de la Universidad de Alberta y otros estudios, han comprobado que esto no es cierto. Coinciden en que hacia los 43 años hay un descenso en la sensación de felicidad. Pese a ello, durante toda esa década de la vida, en conjunto, el sentimiento de bienestar es estable y tiende a crecer. Esto significa que en realidad, muchos logran alcanzar la plenitud en esa etapa que etiquetamos como mediana edad.
Ser más felices después de la mediana edad
Tanto la mayor esperanza de vida como la relativización del concepto de juventud hacen que en la actualidad sea muy raro ver a alguien de 40 años en una crisis existencial. De hecho, se observa todo lo contrario. En esto años, muchas personas comienzan a vivir una plenitud que nunca antes habían experimentado.
Cuando se es muy joven, la inexperiencia y la falta de templanza con las emociones pueden jugar muy malas pasadas. Lo normal es que se cometan muchos errores, aunque lo normal también es que la persona, gracias a su juventud, cuente con la fuerza suficiente como para superarlos. Pero difícilmente se tiene estabilidad, tranquilidad o claridad. Eso causa sufrimientos y se aplica sobre todo al terreno del amor, que genera enormes expectativas en las edades juveniles.
Con el tiempo, la capacidad para sopesar los hechos se incrementa. También disminuye la impulsividad y la intensidad excesiva de las emociones. Esto hace que, efectivamente, muchos puedan ser más felices después de la mediana edad. Habrá casos puntuales en los que esto no es así. Pero, en general, esa combinación de suficiente experiencia con suficiente vitalidad dan como resultado un mayor bienestar.
La disminución de la impulsividad y el aumento de la capacidad para sopesar los hechos facilita que muchas personas puedan ser felices después de la mediana edad.