Leer ayuda a crear nuestra autenticidad
Cuando leemos, no solo retenemos palabras y reconvertimos historias, sino que además las hacemos nuestras. Leer ayuda a tener un pensamiento más crítico y genuino.
La lectura es un mundo infinito de posibilidades, amplia el conocimiento y, a su vez, abre las puertas a otras realidades, motivando la reflexión. Además, permite entender muchas tendencias de pensamiento que quizás, en algún momento, han parecido extrañas y absurdas.
El proceso de lectura es uno de los caminos al conocimiento más directos y amplios que puedan existir. Esta actividad, además de poner a prueba conocimientos previos de cada uno de los lectores, llama a la investigación, incita la curiosidad y rompe con algunos esquemas y certezas que se han adoptado sin cuestionar.
Sin embargo, a pesar de ser un proceso que trae consigo tantos beneficios para las personas, es un proceso descuidado y a veces “despreciado” por muchos: lo ven como algo aburrido y tedioso, y muchas veces lo llevan a cabo por obligación y exigencias requeridas para su formación como profesional (Méndez y Mogollón 2009).
“De los diversos instrumentos inventados por el hombre, el más asombroso es el libro; todos los demás son extensiones de su cuerpo… Sólo el libro es una extensión de la imaginación y la memoria”.
-Jorge Luis Borges-
Leer ayuda a crear nuestras propias opiniones
Lee y conducirás, no leas y serás conducido. Esta sentencia de Santa Teresa de Jesús resume a la perfección cómo leer nos hace más independientes y libres. La lectura no da al hombre sabiduría en sí, sino que le da conocimientos.
Nuestras opiniones son formadoras por lo que observamos, escuchamos, pero todo ello está impregnado de los demás, de otro razonamiento y de otra perspectiva. Solo aquello que integramos en nuestra historia con nuestro propio lenguaje tiene nuestro sello propio. Es verdad que los libros son contados por otros narrando historias ajenas, pero es nuestro razonamiento el que termina de completar la historia. Nunca leerás un libro y te devolverá lo mismo.
El acto de leer con regularidad nos aporta grandes beneficios a nivel cognitivo. Mejora nuestras capacidad de abstracción, imaginación, concentración y memoria. Nuestro cerebro en algunos aspectos funciona como un músculo y leer lo ejercita.
Cada vez que empezamos a leer, el hemisferio izquierdo de nuestro cerebro se pone en marcha, trabajando a toda velocidad para activar distintas áreas. Según el neurólogo Stanislas Dehaene, del Collège de France, la capacidad lectora modifica el cerebro.
“En muchas ocasiones, la lectura de un libro ha hecho la fortuna de un hombre, decidiendo el curso de su vida”.
-Ralph Waldo Emerson-
La lectura es una conversación con uno mismo
Adquirir el hábito de la lectura es como construirse un refugio contra la vicisitudes de la vida. Un hogar cálido donde la soledad no es un problema gracias a lo que otros nos muestran a través de sus historias. Relatos que poco a poco vamos haciendo nuestros. Así, la lectura es a la mente lo que el ejercicio al cuerpo.
En una vida ocupada la lectura tiene el suficiente valor como para reclamar un espacio, de otra manera nos estaremos entregando a una “ignorancia autoelegida”. Estas palabras de Confucio reflejan la importancia de la lectura.
Una amenaza para los beneficios de la lectura es el lector arrogante que se empeña en permanecer erguido frente a lo que lee. Que o se asombra, que no se maravilla, que ha perdido, con la infancia, la capacidad de sorprenderse.
El lector que reduce todo a su imagen, a su medida, que solo vuelve los ojos a aquello que puede relacionar con su yo, el que lee apropiándose de aquello que lee. En este caso, la lectura pierde los valores de creatividad, conocimiento e ingenio, aunque siga manteniendo las cualidad de ejercitar la memoria y la concentración.
Ya lo dijo Lyndon Baines Johnson, el pedagogo que llegó a ser presidente de los Estados Unidos de 1963 a 1969, un libro es el arma más efectiva contra la intolerancia e ignorancia. Utilicemos estas armas en forma de papel para combatir la ignorancia -en especial, aquella que se ignora-.
“Seríamos peores de lo que somos sin los buenos libros que leímos, más conformistas, menos insumisos y el espíritu crítico, motor del progreso, ni siquiera existiría2”.
-Mario Vargas Llosa, Premio Nobel de Literatura-
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- Ferraro López, L. (2006).
- Literatura infantil y los beneficios de leer
- (Doctoral dissertation, Universidad Andrés Bello). Fortuno, M. M. (2017).
- Promoción de la lectura con adultos mayores: beneficios de leer durante el envejecimiento
- (Doctoral dissertation, Universidad Veracruzana). Larrosa, J. (2011).
- La experiencia de la lectura
- . Fondo de Cultura Económica. Méndez Sáenz, L., & Mogollón, S. C. (2009). La lectura puerta abierta a un mundo lleno de conocimiento y beneficios: Dificultades de lectura en los estudiantes de licenciatura en lengua castellana, inglés y francés de segundo, cuarto y sexto semestre, jornada diurna de la Universidad de la Salle. Rodrigo, V. (1997). ¿ Son conscientes los estudiantes de español intermedio de los beneficios que les brinda la lectura?.
- Hispania
- , 255-264.