Los 3 componentes de las emociones

Las emociones no se limitan a la sensación subjetiva de los sentimientos. Vamos a conocer qué aspectos las componen.
Los 3 componentes de las emociones
Gema Sánchez Cuevas

Revisado y aprobado por la psicóloga Gema Sánchez Cuevas.

Última actualización: 15 diciembre, 2022

Detrás de las emociones que experimentamos existen tres procesos que las definen: conductual, neurovegetativo y cognitivo. Las emociones no se limitan a aquello que sentimos de manera subjetiva, sino que poseen un correlato claro en nuestro organismo y en nuestra conducta.

La naturaleza de las emociones es cambiante, no permanece la misma emoción durante un largo periodo de tiempo. Si esto sucediera hablaríamos más bien de un sentimiento, como el amor, antes que de una emoción.

Por eso, podemos estar enfadados y unos instantes después reírnos de una broma que acaban de hacernos. De hecho, la propia morfología de la palabra ya nos informa de la naturaleza cambiante de su significado: proviene de la palabra “moción”, o lo que es lo mismo, movimiento. Vamos a ver esto con más detalle.

“Las emociones son como caballos salvajes. No son explicaciones que nos ayudan a seguir adelante sino nuestra voluntad de seguir adelante.”

-Paulo Coelho-

Conocer la verdadera naturaleza de las emociones

La emoción se genera como una respuesta organizada a un acontecimiento externo o un suceso interno (pensamiento, imagen, conducta, etc.). Primeramente tiene lugar el proceso perceptivo del evento, al que le sigue una valoración. El resultado es una reacción neuropsicológica, comportamental o cognitiva. Si conduce a un comportamiento, este ocasiona una predisposición a la acción, según indica Bisquerra en 2003.

Las emociones tienen un gradiente de intensidad: a pesar de ser breves y cambiantes, pueden atesorar la suficiente energía como para producir un impacto muy grande. Por ejemplo, si un suceso nos hace sentir rabia, en el momento en el que esa emoción se dispara es muy difícil de controlar, ya que los tres componentes se han desencadenado y tanto nuestro cuerpo como nuestra mente están sumergidos en la emoción.

En estos momentos la regulación emocional es especialmente importante, pues con ella controlamos la liberación de esa gran energía.

No obstante, si se quiere tener una visión holística de los procesos emocionales, no nos podemos quedar solo en el componente psicológico o de intensidad y autocontrol. Son 3 los componentes principales que han descrito los expertos, así que vamos a verlos uno por uno.

Mujer pensando en sus emociones

Componente neurovegetativo de las emociones

Son aquellas reacciones físicas que se reflejan en nuestro cuerpo. Estas reacciones no son controlables y aparecen queramos o no. Por ejemplo, si sentimos miedo pueden aparecer taquicardia, sudoración, temblor, tensión muscular, etcétera. O, si sentimos vergüenza, podemos ruborizarnos.

Normalmente, el componente vegetativo obedece al motivo por el que aparece dicha emoción. Es el componente más básico y rápido en activarse, pues se trata de aquel que nos prepara para responder a una amenaza externa.

Por ejemplo, si sentimos miedo, nuestro cuerpo utiliza la energía de esta emoción para prepararse para salvarnos del peligro, nos ayuda a ser más efectivos en la respuesta y provoca cambios en los neurotransmisores. Así, en caso de huida, la adrenalina entraría en juego.

Los cambios surgidos son manejados por el sistema nervioso simpático. Aumenta el tono muscular, hace que nuestro corazón lata más deprisa y que tengamos reacciones más rápidas y eficientes que en reposo. Una vez que la amenaza pasa, nuestro cuerpo tiene que recuperar su homeostasis y regular todas las funciones corporales, de esto se encarga el sistema parasimpático.

Componente conductual

Pareja enfadada mostrando una fuerte emoción

En cuanto al comportamiento, cuando experimentamos una emoción, esta se traduce en acciones de mayor o menor intensidad. Estos cambios pueden verse reflejados en la prosodia, las expresiones faciales o incluso en las decisiones que se toman. El objetivo de este componente es el de informar a los demás de nuestro estado de ánimo. Por tanto, facilita las relaciones sociales y favorece la empatía.

Las expresiones faciales de las emociones han generado mucha curiosidad en el campo de la psicología, tanto que han protagonizado una gran cantidad de estudios. Las investigaciones parecen indicar que estas expresiones son innatas y universales, ya que todo el mundo presenta las mismas para cada emoción, además somos bastante buenos identificándolas en los demás.



Por otra parte, este componente de la emoción está fuertemente influido por factores socioculturales y educativos, los cuales modulan la expresión emocional. Es decir, las reglas sociales facilitan o inhiben la manifestación de nuestras emociones en función del contexto en el cual aparece la respuesta emocional. Por ejemplo, está permitido saltar de emoción si aprobamos un examen, pero tendemos a inhibir nuestro enojo ante nuestros superiores en el trabajo.

A diferencia del componente neurovegetativo, el conductual tiende a cambiar en función de la etapa del desarrollo. Es decir, la manifestación de nuestras emociones varía a lo largo del desarrollo de la persona, siendo los adultos los que ejercen un control emocional más grande que los niños.

Componente cognitivo

Es la vivencia subjetiva de la emoción, o lo que llamamos ‘sentimientos’ en el lenguaje cotidiano. Se trata de cómo percibimos la emoción y el impacto que tiene en nosotros. Nos permite poner nombre a lo que sentimos. En ocasiones, las limitaciones del lenguaje hacen que haya restricciones en los sentimientos y que lleguemos a la conclusión de que no sabemos qué es lo que nos pasa.

Mujer mirandopor la ventana guardando sus emociones

La dificultad de poner nombre a lo que sentimos puede limitar mucho nuestra capacidad de comunicación, por lo que es muy importante una educación emocional adecuada que nos ayude a identificar nuestras emociones y las de los demás y a traducirlas en palabras. Piensa que una buena gestión emocional tiene como condición necesaria una correcta identificación de las emociones.

La alexitimia es la imposibilidad de poner nombre a los sentimientos. Es algo así como una “ceguera emocional” que imposibilita la comprensión de lo que se siente. El problema se encontraría en el componente cognitivo de la emoción, ya que aunque el que la sufre es capaz de sentir emociones, no es capaz de comprenderlas y nombrarlas.

Reflexiones finales

Para finalizar, podemos decir que las emociones refieren a un proceso multidimensional encargado de:

  • El análisis de situaciones significativas,
  • La interpretación subjetiva de las mismas, en función de la historia personal,
  • La expresión emocional o comunicación de todo el proceso,
  • La preparación para la acción o movilización de comportamiento,
  • Los cambios en la actividad fisiológica.

Como hemos visto en este artículo, las emociones tienen tres ramificaciones que las hacen más complejas de lo que en un principio pueden parecer. Así, aunque estén relacionadas con la biología más primitiva de nuestro cerebro, tenemos el reto de adaptar cada uno de sus componentes a las demandas actuales. Una tarea que, por otra parte, no es sencilla.


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  • Izard, C. E. (1994). Innate and universal facial expressions: evidence from developmental and cross-cultural research.
  • Izard, C. E. (1992). Basic emotions, relations among emotions, and emotion-cognition relations.
  • Izard, C., Stark, K., Trentacosta, C., & Schultz, D. (2008). Beyond emotion regulation: Emotion utilization and adaptive functioning. Child development perspectives2(3), 156-163.
  • Bisquerra, R. (2003). Educación emocional y competencias básicas para la vida. Revista de Investigación Educativa 21(1), 7-43
  • Fernández-Abascal, E. G., García, B., Jiménez, M. P., Martín, M. D., & Domínguez, F. J. (2010).Psicología de la emoción. Editorial Universitaria Ramón Areces.

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