Los daneses declaran ser felices por el Hygge, pero ¿qué es el Hygge?
Las personas que viven en Dinamarca son más felices que las de cualquier otro país. ¿Por qué? Podemos responder a esta pregunta con una palabra: “Hygge”. Esta es una palabra que no tiene traducción al español, pero Hygge se relaciona con el bienestar personal, con el compartir momentos con los seres queridos y con disfrutar del hogar.
¿A quién no le gusta quedarse en casa cuando hace frío compartiendo un café con la pareja o los hijos o leyendo un libro mientras tenemos a mano una buena taza de té caliente? Sería algo monótono si lo repitiéramos todos los días, pero repetirlo con cierta asiduidad puede acercarnos, sin duda, a la felicidad.
Quizás digas que ahora mucho frío, la verdad, no hace. Pero, puedes cambiar la manta y el sofá por esa terracita o por ese paseo en el que valen más las palabras y la compañía que los pasos. De una forma o de otra, estoy segura de que has entendido la idea y que se te ocurren mil formas de poner esta palabra danesa tan original en tu vida.
Sentirse bien y cómodo para estar feliz
Cuando se le pregunta a los habitantes de Dinamarca sobre su definición de “Hygge” (una palabra local que no tiene traducción a ningún idioma) ellos dicen que se trata de aquello que les hace felices. Hygge es más bien una actitud o un estilo de vida, es buscar el lugar más acogedor de la casa, pasar tiempo con los seres queridos y dejar de lado las obligaciones. Esa es la “clave” para que este país escandinavo sea considerado como el mejor para vivir, aún con las condiciones climáticas tan adversas que posee en invierno.
Durante los meses de mucho frío, los daneses pasan casi todo el día en sus casas (sólo hay 4 horas de luz diaria) y por ello le dan tanta importancia a la decoración del hogar, a la comodidad de los muebles y a los espacios en las habitaciones. También prestan vital atención a las actividades que se desarrollan en el interior del hogar: leer, ver una película, charlar, cocinar, jugar, aprender… y sobre todo compartir en familia.
Lugares íntimos, felicidad asegurada
El estilo minimalista no está “permitido” en Dinamarca. En realidad no es elegido porque reduce ese sentimiento de comodidad o de sentirse protegidos y abrigados. Por ello, para la decoración emplean colores cálidos como el naranja o el rojo, compran muebles de maderas gruesas y accesorios u objetos que les sean útiles.
La intimidad de los espacios o ambientes también está relacionada a la iluminación. Aunque sea de noche muchas horas al día ellos prefieren utilizar velas o lámparas tenues, así como el fuego para calentarse o dar luz a la sala. Nada de bombillas blancas o demasiado potentes.
Otro párrafo aparte merecen las telas que se escogen, no solo para la ropa, sino también para las alfombras, las cortinas o los cobertores de camas y sofás. Son gruesas, de colores tierra y les reconfortan.
Para los daneses todo ello constituye su definición de felicidad. Y no es conformarse con quedarse en casa… es disfrutar del hogar cuando no hay posibilidad de salir a la calle. ¡O incluso cuando el clima si lo permite!
¿Todos podemos disfrutar del concepto de “Hygge”?
Este “modelo de felicidad danés” ya ha sido exportado a otras partes del mundo. ¿Por qué? Porque incluso en ciudades alejadas del frío se han dado cuenta de que pasar momentos en casa con la familia y los amigos, bebiendo un café, un helado o una cerveza y haciendo algo que nos gusta es realmente reconfortante.
Algo a tener en cuenta es que “Hygge” no solo está relacionado al invierno, aunque en Dinamarca sea tan largo. También se puede implementar en los cálidos meses del verano y en cualquier parte. ¿Por qué? Porque se trata de una manera de vivir y de sentirse bien y no tiene que ver con el clima, aunque de alguna manera parta de él.
En el libro “El año que vivimos a lo danés” de Helen Russell se detalla la experiencia de un extranjero disfrutando de este término. La autora afirma que Hygge se trata de ser buenos con nosotros mismos, de no negarnos “los gustos”, de no castigarnos, de buscar esos momentos de felicidad que están en las cosas más pequeñas: un trozo de chocolate, un capítulo de tu serie favorita, un libro que te encante, un poco de música y el calor de un abrazo.
Si nos detuviésemos a pensar en estas “nimiedades” nos daríamos cuenta de que realmente son las que nos hacen sentir bien y estar felices. Todo lo demás es accesorio y mundanal: la verdadera sensación de bienestar no se encuentra en un vestidor repleto o en un coche último modelo, sino en compartir nuestro tiempo con los seres que amamos y las actividades que nos reconfortan. ¡Eso es vivir Hygge!