Los interesantes experimentos de Marian Diamond sobre plasticidad cerebral
Los experimentos de Marian Diamond cambiaron para siempre las neurociencias, aunque muchos no lo saben. Adquirió reconocimiento con los estudios que se realizaron en torno al cerebro de Albert Einstein. Investigaciones que solo corroboraron lo que ella ha había postulado casi 30 años antes.
Gracias a los experimentos de Marian Diamond se pudo saber que el cerebro está dotado de una propiedad fabulosa: la plasticidad. En su época, se pensaba que este órgano se caracterizaba por lo opuesto; es decir, por la rigidez. Venía determinado por la anatomía y la genética desde el comienzo y no cambiaba nunca.
Los experimentos de Marian Diamond demostraron que esta hipótesis no era correcta. Por el contrario, llegó a evidenciar que el cerebro cambia y no solo como se pensaba en su época, con pequeñas modificaciones químicas, sino que también tiene transformaciones anatómicas. Cambios que van en una u otra dirección en función de cómo lo usemos.
… “el cerebro es la más milagrosa masa de protoplasma del mundo y, quizá, de toda la galaxia. Su potencial es virtualmente desconocido”.
-Marian Diamond-
¿Quién era Marian Diamond?
Marian Diamond fue una bióloga nacida el 11 de noviembre de 1936, en Estados Unidos. Se dice que cuando nació, el médico que atendía a su madre llamó a la familia y le comunicó que una de las dos iba a morir. No había manera de salvar a la madre y a la pequeña.
El padre de Marian y sus hermanos fueron a despedir a la madre, que seguramente era la destinada a morir, ya que tenía un tumor en el útero; este había acompañado a la bebé durante toda la gestación. Sin embargo, el médico se equivocó y las dos llegaron a viejas.
Marian Diamond trabajó toda su vida en la Universidad de Berkeley, en California (Estados Unidos). Allí fue investigadora y profesora; de hecho, varias de sus clases de biología integrativa se conservan en vídeos de YouTube y en 2010 se convirtieron en el curso universitario más visto en todo el planeta.
Los experimentos de Marian Diamond
Los experimentos de Marian Diamond sobre plasticidad cerebral se produjeron cuando ella ya llevaba 16 años dedicada a la investigación. Corría el año de 1964 cuando decidió estudiar el cerebro de los ratones bajo microscopio, inspirada en el trabajo de Donald Hebb, otro investigador de de la Universidad McGill (Canadá).
Lo que hizo fue coger un ratón y encerrarlo en una jaula solitaria, dándole muy poca comida. Simultáneamente, en otra jaula puso a 12 ratones que, a diferencia del anterior, tenían interacciones frecuentes con los investigadores, disponían de juguetes y otros estímulos. Los animales permanecieron así por un lapso de 80 días.
Al cabo de ese tiempo, Marian analizó sus cerebros bajo microscopio y descubrió que el córtex de los ratones “estimulados” había cambiado en un 6 %; sus cortezas cerebrales eran más gruesas. Así mismo, sus cerebros tenían más acetilcolinesterasa, un químico cerebral. Esto significaba que se había producido un cambio anatómico en los cerebros, el cual era perfectamente observable y obedecía a los estímulos recibidos.
Pese a las evidencias, los colegas de Marian pusieron en tela de juicio la validez del estudio. Dijeron que los ratones utilizados en la prueba eran demasiado jóvenes; por lo tanto, no se sabía si los cambios en sus cerebros obedecían a los estímulos o simplemente al crecimiento normal.
Nuevos experimentos
Ante esa oposición, Diamond realizó nuevas pruebas, un año después. Los nuevos experimentos de Marian Diamond darían resultados aún más sorprendentes.
Esta vez la investigadora partió de una observación adicional. En teoría, los ratones tienen alrededor de 904 días de vida. Sin embargo, por alguna razón, los que tenían en el laboratorio solo vivían un promedio de 600 días, algo así como 60 años humanos.
La bióloga comenzó a interactuar con un grupo de estos ratones con mayor dedicación. Al final, repitió los experimentos iniciales con ratones de mayor edad y llegó exactamente a las mismas conclusiones de su primer experimento. Pero, además, descubrió que los ratones con los que había interactuado más llegaban a los 904 días de vida.
Más adelante, los experimentos de Marian Diamond también demostraron que un cerebro estimulado, también ayuda a proteger el sistema inmunológico. Es decir que, en conclusión, demostró que el cerebro mejora anatómicamente cuando recibe suficientes estímulos; también que esos cambios pueden producirse a cualquier edad; y, finalmente, que todo ello en conjunto alarga la vida.
Según las investigaciones de Marian Diamond, hay cinco factores que mantienen al cerebro funcionando bien y evolucionando. Estos son: alimentación, ejercicio físico, retos, novedad y afecto. Ella misma fue un ejemplo de que sus tesis eran ciertas: trabajó como investigadora hasta los 87 años, haciendo gala de su gran inteligencia y un excelente sentido del humor.
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- Suzuki, W. (2015). cereBrO actiVO, Vida Feliz. Paidós, Barcelona.