Los seis sabios ciegos y el elefante: un cuento para valorar las opiniones de los demás
No siempre es sencillo valorar las opiniones de los demás porque cuando chocan con las nuestras solemos dar prioridad y mayor veracidad a las propias. Esto provoca que nos volvamos personas intransigentes y que nos neguemos a analizar la manera en la que los demás perciben la realidad. En lugar de enriquecernos, esta situación más bien nos empobrece.
Entre otros motivos, si actuamos así es porque, aunque lo neguemos, nos gusta tener razón. Sin embargo, como bien expone una cita que recoge el artículo Relación entre dos conceptos: información, conocimiento y valor. Semejanzas y diferencias “solo se puede tener razón si se corre el riesgo de equivocarse“.
Para poder abrir los ojos ante esta actitud tan extendida, hoy descubriremos un cuento que nos ayudará a valorar las opiniones de los demás con el conocimiento que se deriva de su trasfondo. Para ello, te invitamos a leerlo con detenimiento.
El cuento de los seis sabios ciegos y un elefante
Érase una vez seis sabios hombres que vivían en una pequeña aldea. Los seis eran ciegos. Un día, alguien llevó un elefante a la aldea. Ante tamaña situación, los seis hombres buscaron la manera de saber cómo era un elefante, ya que no lo podían ver.
– Ya lo sé -dijo uno de ellos-. ¡Palpémoslo!
– Buena idea -dijeron los demás-. Así sabremos cómo es un elefante.
Dicho y hecho. El primero palpó una de las grandes orejas del elefante. La tocaba lentamente hacia delante y hacia atrás.
– El elefante es como un gran abanico -dijo el primer sabio.
El segundo, tanteando las patas del elefante, exclamó: “¡es como un árbol!”.
– Ambos estáis equivocados -dijo el tercer sabio y, tras examinar la cola del elefante exclamó-. ¡El elefante es como una soga!
Justamente entonces, el cuarto sabio que estaba palpando los colmillos bramó: ¡el elefante es como una lanza!
– ¡No!, ¡no! -gritó el quinto-. Es como un alto muro (el quinto sabio había estado palpando el costado del elefante).
El sexto sabio esperó hasta el final y, teniendo cogida con la mano la trompa del elefante dijo: “estáis todos equivocados, el elefante es como una serpiente”.
– No, no. Como una soga.
– Serpiente.
– Un muro.
– Estáis equivocados.
– Estoy en lo cierto.
– ¡Que no!
Los seis hombres se ensalzaron en una interminable discusión durante horas, sin ponerse de acuerdo sobre cómo era el elefante. De haberse puesto de acuerdo, habrían dibujado un elefante en su totalidad.
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Para valorar las opiniones de los demás, hay que escuchar
Algo que podemos sacar en claro de este cuento es que para valorar las opiniones de los demás hay que aprender a escuchar. Los seis sabios del cuento no atendían a lo que decían sus compañeros, tan solo afirmaban aquello que habían sentido con sus manos. Pero eso era tan solo una suposición.
Al final, ninguno de ellos se acercó a la verdadera imagen de cómo es un elefante, aunque todos defendían con tesón su opinión. Esto, que nos puede parecer tan absurdo, sucede con frecuencia. Ciertamente, todos ellos tenían razón en su percepción. Sin embargo, ninguna coincidía con la realidad. Ninguno era capaz, tampoco, de valorar las opiniones de los demás.
¿En qué nos puede ayudar este cuento? La próxima vez que tengas una opinión diferente a la de las personas de nuestro entorno, te propongo que intentes mirar la situación desde su prisma. Para eso, es imprescindible escuchar, preguntar si no entendemos algo y, también, expresar nuestra propia postura.
Esto no quiere decir que los demás no puedan estar equivocados, sino que aprenderemos a ser conscientes de que cada uno percibe la realidad de una manera distinta, llegando a tener todos una porción de razón. De hecho, como bien señala el artículo La búsqueda de la realidad o de la verdad: una aproximación a partir de la teoría sociológica ya Platón, con el Mito de la Caverna, señalaba que es posible que existan diferentes interpretaciones de una misma realidad.
Influida por nuestras experiencias, valores y creencias, nuestra forma de ver la realidad puede diferir bastante de la de los demás. Pero, ¿significa eso que hay algunas que son verdad y otras que no? La respuesta es que no. Por eso, valorar las opiniones de los demás nos permitirá enriquecernos en lugar de empobrecernos, defendiendo nuestra propia verdad que, como hemos visto con el cuento del elefante y los seis sabios, probablemente no sea tan “ajustada” como pensamos.
“La idea de verdad se trata de una interpretación mental de la realidad transmitida por los sentidos. […] Entretanto, debemos recordar que la interpretación mental incluye creencias, valores y, en última instancia, la consciencia, porque puede engañarnos […] construyendo una verdad solamente para nosotros mismos”.
-Josep Vidal-
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- Vidal, J. (2013). La búsqueda de la realidad o de la verdad: una aproximación a partir de la teoría sociológica. Cinta de moebio, (47), 95-114.
- Rendón Rojas, M. Á. (2005). Relación entre los conceptos: información, conocimiento y valor. Semejanzas y diferencias. Ciência da Informação, 34, 52-61.