Ludopatía adolescente: posibles consecuencias
Algunos expertos hablan ya de la ludopatía adolescente como una plaga social. El término puede parecer algo exagerado, pero no cabe duda de que este problema, que siempre ha existido, está ganando en prevalencia. Internet hace al juego más accesible y también más esquivo a los primeros mecanismos de control social.
Cuando hablamos de ludopatía, nos estamos refiriendo al término juego patológico. Es decir, hablamos de esas situaciones en las que el juego de azar, las apuestas y las prácticas similares vuelven dependiente a la persona y, por lo tanto, comienzan a amenazar su calidad de vida y la de las personas que la rodean.
La ludopatía en la actualidad
Hoy en día, con la aparición de internet y las nuevas tecnologías, el acceso a los juegos de azar, como el póquer o las ruletas de casino, sencillo. No hay que ir a ningún sitio, el sitio además abre las 24 horas del día.
Los jóvenes actuales son lo que se consideran nativos digitales. Es decir, han crecido en un entorno en el que la tecnología e internet forman una parte importante del paisaje cotidiano.
Dentro de las múltiples opciones, los niños han disfrutado de acceso simple a slots, máquinas tragaperras en internet y juegos de casino, azar y apuestas online sin necesidad de supervisión adulta.
Los factores
Existen dos factores diferentes, pero a su vez muy relacionados entre sí: son el azar y la apuesta. Por otro lado, nos encontramos con la falta de oportunidades, la ausencia de un hogar estable o la impulsividad actual, en la que en cuanto al ocio tenemos una enorme cantidad de opciones sin tener que esperar.
A nivel psicológico, el joven puede ver en el juego la posibilidad de dar un giro drástico y positivo a su vida. Pero antes tiene que arriesgar, en este caso, dinero.
A ello se suma el tipo de juego: muchos de ellos están rodeados con estímulos secundarios fáciles de asociar, como puede ser el sonido o las luces, que potencian el factor adictivo. Se trata de reclamar la impulsividad del jugador potencial y animarle para que deje el cálculo de probabilidades a un lado.
A estos factores podemos añadir otros que también abonan el terreno para la ludopatía. Son los siguientes:
- Personalidad conflictiva.
- Falta de recursos.
- Genética o costumbre adquirida.
- Padres ludópatas.
- Problemas de comunicación familiar.
- Familias disfuncionales.
- Problemas sociales.
- Falta de asertividad.
- Escasas habilidades sociales.
- Conexión las veinticuatro horas del día a internet.
- Carencia de filtros en los contenidos para menores.
- Falta de límites por parte de los progenitores.
- Nomofobia o dependencia patológica del teléfono móvil.
Las consecuencias
¿Qué consecuencias produce la ludopatía adolescente entre nuestros jóvenes? Son muchas y muy variadas que, una vez se detectan, también se usan como diagnóstico para saber si sufren este problema. Veamos.
“El juego cumple una alta misión moral, sirve para arruinar a los idiotas”.
-Santiago Ramón y Cajal-
Mentiras habituales
El joven necesita encubrir el juego cuando se convierte en un problema. También necesita recursos y sabe que nadie se los va a dar si confiesa que los va a destinar a ese fin.
Así, empezará a mentir sobre dónde está y qué hace, pero también empezará a pedir más dinero, mintiendo también sobre el destino de ese dinero. Por último, con las personas que saben que juega, también es probable que empiece a mentir sobre la cantidad de dinero que pierde.
Uso del juego con evasión
El juego puede ser una salida para una realidad complicada. El adolescente encuentra en las apuestas un terreno en el que no es criticado y que en principio no le plantea grandes problemas; por el contrario, consigue captar toda su atención.
Incapacidad para parar
El adolescente que cae víctima de la ludopatía no es capaz de dejar el juego. De hecho, en los ratos de lucidez él es consciente de que lo que hace no le beneficia. Por otro lado, sigue viendo al juego como una alternativa plausible para recuperar todo lo que ya ha perdido. En muchos casos su objetivo deja de ser ganar y pasa a ser el de volver al punto de partida.
Angustia
El adolescente acaba por sufrir una elevada angustia y una enorme preocupación. Puede ser por experiencias negativas, como perder grandes sumas de dinero, pero también a modo de anticipo, pues sabe que las consecuencias de su actividad van a ser negativas.
Sentimiento de revanchismo
Cuanto más pierde, más quiere seguir jugando para recuperar lo perdido. Es una señal de ludopatía muy clara, ya que durante mucho tiempo trata de igualar sus finanzas, y muestra que ha perdido una cantidad ingente de dinero, lo que hace que vuelva a jugar una y otra vez.
Riesgo relacional
La necesidad de jugar termina por cambiar los vínculos del adolescente. A medida que aumenta la adicción, lo más frecuente es que se encierre cada vez más en sí mismo o que se relacione solo con personas que tienen la misma adicción que él. De esta manera, su círculo de apoyo suele quedar muy empobrecido, solo resistiendo en él los familiares más cercanos.
Otras consecuencias negativas
Veamos, para finalizar, otras de las consecuencias habituales que se observan en los perfiles de adolescente ludópata:
- Petición de dinero: el joven va perdiendo el pudor y la vergüenza, dando paso a la osadía, ya que está acosado por las deudas.
- Violación de la confianza: el joven traiciona a la familia o amigos, tomando el dinero de cualquier manera y negando haberlo hecho o mintiendo si es cuestionado sobre si jugó o no.
Recuerda que, en el caso de la ludopatía adolescente, estas son posibles consecuencias. Es decir, puede que se presenten todas, una o varias. Sea como fuere, todas constituyen ese indicador o indicio que nos debe llevar a la consulta de un profesional.
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- Sarabia Gonzalvo I., Estévez Gutiérrez A., Herrero Fernández D. (2014).
- Perfiles de jugadores patológicos en la adolescencia
- . Universidad de Deusto: Bilbao.