¿Qué hace que los juegos sean adictivos?
Cuando se habla de adicción a los juegos, usualmente vienen a la mente los videojuegos offline y online. Desde su desarrollo, la preocupación por padres y profesionales por conocer el grado de adicción de los juegos también ha ido creciendo. Pero, ¿qué hace que los juegos sean adictivos?
La adicción al juego ha sido tradicionalmente diagnosticada solo en aquellas ludopatías relacionadas con juegos de apuestas o inversión de dinero. Ha sido en la última actualización del Manual de Diagnóstico de Trastornos Mentales (DSM-V) cuando se ha incluido por primera vez el trastorno por juego en internet.
En este tipo de adicción no se incluyen los juegos en los que se hacen apuestas y, a grandes rasgos, hacen referencia a un patrón de participación recurrente por un período largo de tiempo en videojuegos, habitualmente grupales y que conlleva un deterioro o malestar clínicamente significativo.
Para diagnosticarlo, la persona debe sufrir 5 o más de los siguientes síntomas:
- Preocupación u obsesión.
- Síntomas de abstinencia cuando no se juega.
- Tolerancia: necesita pasar cada vez más tiempo jugando.
- Intentos fallidos de dejar de jugar.
- Pérdida de interés en otras actividades o hobbies. Estas pierden su valor reforzador.
- Uso excesivo y continuado en el tiempo de juegos online.
- Miente sobre el tiempo que pasa usándolos.
- Amenaza o pérdida de relaciones personales a causa del uso de los juegos.
Características de los juegos
Lo que hace que los juegos sean adictivos es que presentan una serie de características que resultan reforzadoras para muchas personas distintas. Están hechos de forma que, a pesar de las diferencias, todos encuentran en ellos gratificación al superar los retos que plantean.
Apertura
A diferencia de los juegos tradicionales, los juegos online tienen un curso abierto. Esto quiere decir que los jugadores eligen qué camino tomar y, por lo tanto, en qué tipo de aventuras participar.
Así, al completar una misión, los beneficios que obtiene son nuevas herramientas y recursos para mejorar su personaje o historia.
Persistencia
Los juegos no tienen un final. Se podría decir que el juego transcurre a tiempo real, y en cierta manera, continúa mientras uno no está jugando.
Por ejemplo, tienes que volver a entrar unas horas después para recolectar alguna recompensa o controlar un par de veces al día que tus bienes siguen a buen recaudo. De esta manera, los jugadores pueden jugar de forma interminable y, en cierta manera, están obligados a volver pronto.
Simulación
Estos mundos persistentes permiten crear personajes y se suelen experimentar en un grupo online. Esto permite jugar desde el anonimato si se desea, a la desinhibición y a la falta de consecuencias en la vida real.
Este tipo de comunicación permite crear una identidad alterada, que en caso de proporcionarle más satisfacción que la real, podría llegar a ser patológica.
Social
Esa parte del juego es otra de las características que le llevan a ser potencialmente adictivo. Este recurso lúdico, suele usarse con personas conocidas o bien con personas que se conocen en el mismo juego y que comparten intereses.
Por ello, el refuerzo social que se obtiene al jugar incrementa la implicación y la satisfacción.
Efectos en el cerebro
Habiendo analizado aquello que hace que determinados juegos sean adictivos, vemos que se están comenzando a obtener resultados acerca de los efectos de los videojuegos en línea en el cerebro.
Utilizando la resonancia magnética funcional, los resultados preliminares apuntan a una menor activación de las regiones relacionadas con el control de impulsos, así como un mayor tasa de distracción.
No obstante, otros hallazgos están asociados a un mejor rendimiento. Por ejemplo, se ha encontrado una hiperconectividad en áreas visuales y auditivas que pueden relacionarse con una mejor coordinación y span atencional. Es decir, permite identificar y discriminar objetos de forma más rápida y reconocer información en un ambiente nuevo.
Si sospechas que tú u otra persona a tu alrededor cumple los criterios de adicción al juego y que tienen un peso muy grande las variables que hacen que estos juegos sean adictivos, lo recomendable es hablar con esa persona y plantear la opción de buscar ayuda psicológica.
Así, si existiera realmente el trastorno, podría tratarse y evitar que el patrón de juego terminase produciendo efectos muy negativos en otros ámbitos vitales.
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- Carbonell, X. (2014). La adicción a los videojuegos en el DSM-5. Adicciones, 26(2), 91-95.