Me han despedido del trabajo ¿y ahora qué?
Imagina esta situación. Llegas al trabajo y tu jefe te dice que quiere hablar contigo a solas. Lo notas algo incómodo y terminas comprendiendo qué sucede. Te da un papel para firmar tu despido y te vas a casa. Te han despedido del trabajo, aún estás en shock. ¿Qué vas a hacer ahora?
Ser despedido del trabajo suele ser una situación desagradable y difícil. Puede que la empresa se haya visto en la necesidad de reducir la plantilla, que tu rendimiento no esté siendo el más adecuado o que por algún problema, como un conflicto entre compañeros o diferencias con el jefe, haya ocurrido este desafortunado desenlace.
Ante esta situación es natural experimentar tristeza, malestar e incluso una sensación de estar perdido. Por esta razón, a continuación profundizamos en algunas pautas que pueden ser de gran ayuda en este tipo de situaciones. Veamos.
Superar el duelo laboral
Esta es la fase más importante y en la que debemos centrarnos cuando nos han despedido del trabajo. Ante cualquier pérdida, ya sea a nivel familiar o de pareja, debemos pasar por un duelo. En el ámbito laboral no es diferente.
Nos hemos acostumbrado a estar en ese trabajo, teníamos una rutina, y al ver cómo todo de repente desaparece de nuestra vida es como si el mundo se nos viniera abajo, como si no encontrásemos salida. De hecho, es posible que creamos que no vamos a encontrar otro trabajo o que no servimos para nada, el problema es que este tipo de pensamientos lo único que hacen es alimentar nuestra preocupación pudiendo llegar a generar ansiedad.
Por ello, tendremos que lidiar con la negación, la ira, el sentimiento de culpa, la tristeza e ir superando cada etapa del duelo con éxito hasta llegar a la aceptación. Solamente así podremos iniciar una nueva etapa laboral, ya sea buscando otro trabajo (igual o diferente) o emprendiendo.
Tomar decisiones
Cuando nos enteramos de que nos han despedido del trabajo es importante tomar ciertas decisiones. A continuación, vamos a exponer algunas de las que consideramos más importantes, que también nos ayudarán a atravesar el proceso de duelo:
- Hacer uso de nuestros derechos: si el despido es improcedente, debemos denunciar; si tenemos derecho a paro, cobrémoslo, si nos van a indemnizar, asegurémonos de que recibimos el dinero. Lo importante es que los temas legales queden resueltos lo antes posible, así podremos olvidarnos de ellos.
- Decidir sobre el presente: es el momento de tomar una decisión sobre el presente, por ejemplo, empezar a buscar otro empleo, hacer alguna formación, aprovechar el dinero del paro o la indemnización para hacer un viaje. No importa lo que sea, pero debemos tomar una decisión proactiva, que nos ayude a sentirnos mejor.
“Nada sucede hasta que algo se mueve”.
-Albert Einstein-
Aprovechar el cambio
A pesar de toda la tristeza que podamos experimentar porque nos han despedido del trabajo, si lo pensamos esta puede ser una gran oportunidad para cambiar, reinventarnos y seguir creciendo. Quizás, el trabajo que realizábamos nos resultaba demasiado aburrido y ahora tenemos la ocasión de buscar otro que nos motive.
Por otro lado, el despido puede ser una excelente oportunidad para emprender, abrir nuestra propia tienda o trabajar desde casa, por ejemplo. Actualmente, en España se brinda una reducción de la cuota de autónomos a las personas que quieren empezar a trabajar para sí mismas. Así, si tenemos alguna idea y es factible llevarla a cabo, ser despedido del trabajo puede ser bastante favorable.
También, el despido nos puede ofrecer la oportunidad de invertir en nuestra formación para optar a un trabajo diferente o emprender sintiéndonos más seguros de lo que estamos haciendo. Eso sí, debemos contar con los medios necesarios y no tomar decisiones a la ligera.
Aunque es natural que nos sintamos desorientados, podemos tomarnos dos días para desahogarnos y expresar cómo nos sentimos. Sin embargo, tras este período de descanso debemos actuar, porque aunque no veamos ninguna salida, en realidad, hay múltiples opciones a nuestro alrededor.
El duelo laboral nos permitirá pasar de ese estado en el que predomina un pensamiento irracional sobre el hecho de no encontrar trabajo a ese otro desde el que coger las riendas y ponernos en acción. Lo importante es no quedarse estancado en el desánimo, aprovechar todas las oportunidades que se nos presenten y crear esas otras que tanto deseamos.
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