Mi concepto de pareja se basa en sumar, no en cumplir
Mi concepto de pareja no está basado en cumplir unas expectativas sociales. Sé que a muchas personas les agobia la idea de no poder marcar la casilla de casada/o pasado un determinado rango de edad, pero esa es una cuestión no va a rebajar mis expectativas sobre lo que quiero.
Muchas veces el tener pareja se concibe como un triunfo en un tablero que se ha prefabricado antes por la sociedad, con unas casillas por las que tienes que pasar para ser visto por el resto como “normal. La presión a veces es tan grande que algunos prefieren llegar a la meta sin ni tan siquiera tirar los dados. Quieren el estado civil que les salve de las críticas, el premio final sin ni tan siquiera sentarse a jugar.
Todas las opciones son respetables. No tener pareja a veces supone no saber qué hacer los sábados a partir del mediodía. Lo viernes noche estamos demasiado cansados como para pensarlo. A veces eso es casi peor que la resaca de una noche de fiesta insustancial durante todo un domingo.
Es totalmente comprensible que haya personas que se conformen con tener pareja sin sentir pasión, respeto o sin ni siquiera cariño. Sin embargo, yo prefiero y me uno a aquellos que tienen una pareja no por cumplir, sino por sumar.
Las pareja que salva la apariencia pero consume el interior
Que una persona se enamore intensamente varias veces en la vida es bastante improbable. No hace falta estudiar química, estadística o psicología para ello. Solo tienes que darte cuenta de que un alto porcentaje de las personas con las que nos rodeamos no nos aportan demasiado, vamos escogiendo cada vez más a nuestros amigos y nuestra intimidad es un tesoro cada vez más preciado.
Esto reduce significativamente las posibilidades de que una persona pueda sentirse atraída por otra. Estar bien acompañada/o es mucho más que decir que estamos con alguien. A determinadas alturas de la vida a las personas nos gusta no solo estar acompañadas, sino que esta compañía sume.
Tener o no pareja : suerte y autoestima
No hay reglas ni fórmulas universales para encontrar una pareja con la que sentirse a gusto. Los estudios en psicología social y de la personalidad suelen generalizar diciendo que las personas casadas tienen menor riesgo que las solteras de sufrir depresión, pero se olvidan de puntualizar el hecho de que esto sucede cuando la pareja va bien. Si estás en pareja sin sentirte bien, tu nivel de malestar es mucho mayor que si estás soltero/a.
Por otro lado hay que señalar que los hombres (no todos y cada vez menos, afortunadamente) suelen aumentar su felicidad en el matrimonio respecto a la soltería porque aún hoy las tareas domésticas que les hacían sus madres ahora son hechas por sus parejas. Muchas mujeres tienen interiorizado (no todas y cada vez menos, afortunadamente), aunque trabajen, que el trabajo doméstico es más una competencia suya.
Lo que hace que algunas personas encuentren lo que de verdad buscan quizás sea la combinación de dos ingredientes: un poco de suerte junto a una buena autoestima. Una suele estar ligada a otra. Seguir teniendo tu autoestima intacta tras varios fracasos y salir a flote cuando en realidad la suerte no ha estado de tu lado es a veces muy complicado.También es importante el compartir valores afines para que esa relación dure.
Empiezas a atribuirte a ti mismo carencias o defectos que quizás otros han proyectado en ti.De la resistencia de tu autoestima y de no rebajar tus expectativas depende que finalmente encuentres la compañía que deseas, si es que realmente la buscas.
¿Qué ocurre con el amor?
Últimamente el amor romántico está siendo denostado y repudiado. Desde algunos sectores de la sociedad se defiende que las personas somos independientes emocionalmente y que realmente lo único que buscamos es sexo, considerando que es la única necesidad real. Desde esta perspectiva, el resto resultan ser “líos nuestros”. Sin embargo, personalmente empiezo a ver con mucha distancia y escepticismo ese tipo de visiones.
A muchos nos ha removido la existencia estar enamorados/as. Que no haya terminado en boda o hijos no explicita un fracaso. Es un aprendizaje y sobre todo una vivencia. Estuvimos con alguien algún día porque solo sumábamos aunque no supiéramos identificar con precisión los monomios de dicha suma.
El amor es el arte del bienestar implícito, que aligera tus pasos y enciende tus sentidos sin saber muy bien el por qué
Nuestro estado de ánimo se dulcificaba, sentíamos una profunda calma y a la vez una inspiradora pasión. Que haya personas que no sepan distinguir un amor tóxico del romántico, que no sean capaz de amar o que sencillamente generalicen su amargura y la proyecten a los demás no hace a sus experiencias generalizables.
Si no se produce, de ilusión también se vive. De soñar con romances también. Que nada te quite, ni tan siquiera los golpes la vida, las ganas de soñar con lo que siempre deseaste. Para mí nunca fue marcar una casilla de estado civil por cumplir, eso lo hace cualquiera.
Para mí siempre fue tener alguien al lado para sumar, tanto que comprometerse con el otro se sienta como una un auténtico ejercicio de libertad, que te da alas para seguir, horizontes a los que llegar y fuerzas para llegar. Eso es sumar.