Mudita, la alegría altruista en sánscrito
Mudita es un término que hunde sus raíces en el sánscrito y define la alegría que sentimos ante la dicha y la felicidad ajena. Esta bella palabra no existe en el mundo occidental y tenerla presente, nos ayudaría a dar presencia a esta emoción tan decisiva en nuestras relaciones y tan ausente en muchos de nuestros escenarios sociales.
El budismo desarrolló incluso un tipo de meditación orientada a favorecer este estado mental. Apreciar el bienestar de quienes nos rodean es una virtud y un principio fundamental de convivencia. Supone, por encima de todo, desprenderse de emociones tan perturbadoras como la envidia, la codicia, el rencor y ese malestar callado que surge al ver que a otros les va mejor que a nosotros.
Lo cierto es que resulta fascinante cómo el lenguaje y las palabras nos invitan a reflexionar sobre realidades que, a veces, no quedan definidas en otros idiomas. Sin embargo, el hecho de que determinadas emociones o sentimientos no tengan su entrada en un diccionario no quiere decir que existan. Mudita es un estado psicológico que todos deberíamos promover y desarrollar.
Mudita es un tipo de virtud fundamental en el budismo. Significa alegrarnos de la abundancia y dicha de los demás y ser capaces incluso de promover ese bienestar ajeno.
La alegría altruista (mudita): ¿en qué consiste?
La alegría altruista o mudita se incluye dentro de lo que en el budismo se conoce como “virtudes sublimes” (Brahmavihārās -en pali-). Definen una serie de prácticas que, en realidad, van más allá de la meditación. Buscan promover en el ser humano un estilo de vida, un modo de actuar y hasta un código moral.
Esta perspectiva también ha llamado la atención de la psicología. Ejemplo de ello fue un estudio realizado en la Universidad de Kansas (Estados Unidos). En este trabajo se intentó comprender la diferencia entre la alegría empática y la alegría altruista.
La primera se limita a sentir la emoción positiva de alguien, a quedar contagiado por ese estado. Nada más. Sin embargo, la alegría altruista se experimenta cuando hacemos algo por alguien para mejorar su bienestar y a su vez disfrutamos de la felicidad del otro.
Lo que el budismo define como cultivar la virtud mudita, en psicología implica ejercitar la proactividad sumada a una empatía emocional que gratifica y se enorgullece de la felicidad ajena.
Las cuatro virtudes sublimes
Mudita, como hemos señalado, forma parte de las cuatro virtudes sublimes del budismo. Es interesante detenernos en ellas para tener una visión más global de este interesante concepto. Son prácticas que se cultivan mediante la meditación y las recitaciones, pero que nos invitan a realizar un cambio emocional y conductual profundo.
No basta solo con comprender qué es mudita, hay que encarnarlo, sentirlo, hacerlo nuestro y ejercitar las otras dimensiones de las que se acompaña. Son las siguientes:
- El amor bondadoso (metta -en pali, sánscrito-) es practicar un tipo de afecto libre de apegos, pero fuerte en significados, en apertura y tolerancia. Es aceptar al otro tal y como es desde el cariño sin necesidad de controlarlo.
- La compasión (karuna -pali/sánscrito-). Este término no significa sentir lástima por alguien. La compasión en el budismo es entender que todos merecemos estar libres del sufrimiento. Es ser capaces de estar presentes para los demás de manera generosa.
- La alegría altruista (mudita -pali/sánscrito-) define la capacidad de alegrarnos por la abundancia de los demás. Es ser capaces de mediar en el bienestar ajeno vaciándonos de envidias y egos.
- La ecuanimidad (uppekha -en pali, sánscrito-) es la virtud que une a las anteriores. Implica saber llevar una vida armoniosa libre de apegos y en la que integramos todas las virtudes antes citadas.
Mudita frente a Schadenfreude
En alemán se utiliza una palabra que define justo lo opuesto a mudita: schadenfreude. Este término hace referencia a la satisfacción que experimentan algunas personas al ver que a otros les va mal la vida. De algún modo, dicho sentimiento aparece muy a menudo en esta sociedad altamente competitiva.
Ocurre en los entornos de trabajo entre los compañeros, en el mundo académico y, en ocasiones, entre grupos de amigos y familiares. La raíz del schadenfreude es la envidia, en oposición a mudita, un sentimiento nutrido por la alegría altruista y empática. El budismo, por su parte, nos indica que, en cierto modo, todos nacemos siendo nobles, pero a veces el contexto sociocultural inocula en nosotros el ego, la envida, el rencor…
Ejercitar esa emoción enriquecedora requiere esfuerzo y voluntad. No es fácil alegrarnos así como así de los éxitos de los demás. Porque al poco sentimos el pinchazo del anhelo, del deseo de poseer la suerte que tiene el otro. Dejarnos llevar por estos sentimientos solo incrementa el malestar y hasta el distanciamiento. No es lo adecuado.
Seamos capaces de alegrarnos de la felicidad del otro e incluso de promoverla. Porque el altruismo revierte en nosotros mismos, porque sentir como propio el bienestar de quien se tiene delante es un acto de nobleza, de bondad y también de amor.
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