Mujer y Luna: un vínculo que nos ayuda a comprender el ciclo femenino
El cuerpo de la mujer y el ciclo femenino están conectados con la Luna y la Tierra. La mujer, a través de su ciclo menstrual, transita por las diferentes energías lunares (creciente, llena, menguante y oscura). Estas a su vez se conectan con las diferentes estaciones (primavera, verano, otoño e invierno).
Antiguamente en la cultura y costumbres se incluía este vínculo de la mujer con la naturaleza. Se realizaban ritos y se contaban historias explicando esta relación. Así desde bien pequeñas, las niñas tenían otra comprensión de sí mismas, de su cuerpo y de su menstruación. La entendían como “sagrada” y no como algo sucio o molesto que debían esconder.
Actualmente, en los países Occidentales, las mujeres no suelen prestar atención a los cambios emocionales y energéticos que experimentan durante su ciclo. Muchas veces intentan vivir como si no estuviesen afectadas por sus fases, y esto supone una pérdida de bienestar y un desaprovechamiento de todas sus potencialidades.
La luna y su influencia
Las fases de la luna coinciden con las fases del ciclo menstrual. Y los estados anímicos y hormonales están bajo el influjo de la Luna. Así como la Luna tarda alrededor de 28 días en dar una vuelta completa a la Tierra, el ciclo menstrual de la mujer es de 28 días aproximadamente. De esta manera, nuestros ciclos se conectan al igual que las cuatro fases lunares: luna nueva, cuarto creciente, luna llena y cuarto menguante.
Antiguamente, el ritmo natural de toda mujer era menstruar bajo la luna nueva y ovular bajo luna llena. Esto lo sabemos gracias a nuestros antepasados, aquellos para los cuales la única forma de marcar el tiempo era mediante la observación de las fases lunares.
Hoy en día, con tanta luz artificial, el uso constante de ordenadores, luces encendidas toda la noche en las calles… es casi imposible vivir bajo la luz natural. La luz artificial afecta el ritmo natural femenino y hace que la sensibilidad y ritmo biológico se confunda, haya ciclos irregulares y se sangre bajo luna llena u otra luna que no sea la nueva.
“Luna y Mujer son iguales. Ambas son femeninas, cíclicas y dadoras de vida”
Las cuatro fases del ciclo, las lunas y las estaciones del año
Menstruación. Luna Nueva. Invierno
Es la fase reflexiva, la fase oscura por excelencia, la fase del silencio, de la introspección, la de la soledad, la del “ir hacia dentro”. La mujer quiere estar tranquila y la interacción con el exterior incluso puede llegar a ser molesta. Su cuerpo está mucho más sensible, por lo que puede conectar de forma especial con él y con los mensajes que este le transmite. En esta fase la mujer se puede fiar más de su instinto e intuición.
Es un momento propicio para guardar silencio, quietud y meditar. Esto implica darse el tiempo para menstruar, dentro de lo posible. Es aquí donde naturalmente el cuerpo femenino recicla energía. Es decir, busca descanso para reponerse y comenzar con mucha vitalidad la siguiente fase de luna creciente.
Pre ovulación. Luna Creciente. Primavera
La semana después de tener la regla coincide con la primavera, con la renovación, con un aumento en la energía física. Es una fase de transición entre la menstruación (oscuridad, invierno) y la ovulación (luz, verano). Por eso, son días idóneos para iniciar proyectos que se materializarán durante la siguiente fase (ovulación).
Hay una alta capacidad analítica, de concentración y de planificación. Impera la fortaleza mental y los pensamientos son más claros. Las emociones están más estables y la energía vital está en su punto máximo. Durante la Luna Creciente la mujer necesita menos descanso y está más segura de sí misma. Hay una inclinación por la vida social, por salir a divertirse.
“La preovulación es el mejor momento de nuestro ciclo para empezar proyectos nuevos, para tomar acción, trabajar y lograr resultados”
-Miranda Gray-
La ovulación. Luna Llena. Verano
La ovulación es la fase expresiva, sociable, empática y radiante. Hay una mayor capacidad de entrega a aquello que se ama. Es el momento donde la mujer es más fértil, por eso es una fase llena de energía y vitalidad. Es una fase fértil en todos los aspectos: para dar vida a proyectos laborales, personales, familiares…
En estos días, la seguridad en sí misma y la autoestima se incrementan. También hay un mayor impulso sexual.
“Durante la ovulación nuestra sensación de bienestar personal está directamente relacionada con la expresión de nuestros sentimientos de amor, aprecio, gratitud y cariño”
-Miranda Gray-
Premenstruación. Luna Menguante. Otoño
En esta fase comienza a bajar la energía física. Aparece la necesidad de limpiar y soltar lo que no beneficia. Como los árboles en otoño hacen con sus hojas. Muchas mujeres en esta fase vivencian el famoso síndrome premenstrual.
Son días en los que de nuevo hay una orientación “hacia el interior”. También disminuye la capacidad de concentración y la memoria. Es un momento idóneo para indagar en nuestros deseos, necesidades, miedos… Esta fase es ideal para sanar y avanzar en el proceso de crecimiento personal. El deseo sexual también puede ser más intenso en estos días.
¿Qué ocurre en la menopausia?
Aunque no haya menstruación, los ciclos siguen existiendo y ejerciendo su influencia. Cambia la realidad, porque es otra etapa, pero desde lo hormonal ese proceso cíclico femenino permanece.
La mujer en la menopausia no está sujeta a su ciclo reproductivo, lo ha trascendido. Energéticamente, es aún más poderosa cuando ya no sangra. Toda esa energía, que mes a mes se renovaba fluyendo hacia el exterior, ahora inicia un circuito interno que retroalimenta y sigue sustentando el ritmo femenino natural.
Estudios sobre el ciclo menstrual y la luna
Existen varios estudios sobre la relación entre la luna y la menstruación. Algunos resultados se contradicen, mientras que otros estudian diferentes facetas, generando así resultados diferentes. Algunos de estos son:
El equipo de ciencia de la aplicación de salud menstrual llamada Clue, analizó 1.5 millones de ciclos y no identificó una correlación entre las fases lunares y el ciclo menstrual o la fecha de inicio del periodo. Específicamente, no encontró indicación de que el periodo comience predominantemente durante la luna nueva, una relación que normalmente se sugiere existe entre los ciclos lunares y menstruales.
La encargada de efectuar el estudio, la Dra. Marija Vlajic Wheeler de la Universidad de Oxford, afirma que:
“Analizando los datos, observamos que las fechas de inicio del periodo a lo largo del mes son aleatorias, sin importar la fase lunar.”
Por su parte, otra investigación publicada por The National Institute of Health, encontró que el ciclo menstrual sí se relaciona con el lunar. En dicho estudio, participaron 826 mujeres de entre 16 y 25 años de edad que presentaban una menstruación regular. Los datos que arrojó esta investigación, fue que estas jóvenes ovulaban durante la luna llena y menstruaban a la llegada de la luna nueva.
A pesar de estos resultados, no existe una certeza plena si existe, o no, una relación de causalidad entre ambos ciclos. Es decir, no pueden clarificar si realmente la luna afecta a la menstruación.
¿De qué nos sirve este conocimiento?
Este camino de conocimiento y comprensión de la naturaleza cíclica femenina está llevando a mujeres de todas las edades a promover su autoconocimiento, feminidad y felicidad. Así, parte del proceso de desarrollo personal de toda mujer debería dirigir sus esfuerzos a volver a conectar con su ciclo menstrual, sus fases, energías y potencialidades. En este sentido, la principal herramienta para ello es conocer de qué manera afecta el ciclo menstrual.
Cuando la mujer se hace consciente y conoce sus ciclos puede gestionar su actividad y su vida en armonía con sus propios procesos naturales.