Pensamiento alternativo: todo lo que debes saber
Cada día de nuestra vida pensamos, y lo hacemos de múltiples formas. Existen diferentes tipos de pensamiento, y vamos alternándolos en función de la situación y de cómo opera nuestra mente. Uno de ellos es el pensamiento alternativo.
Pensar implica formar ideas y representaciones de la realidad en nuestra mente, así como relacionar unas ideas con otras. Además, si pensamos a través de este tipo de pensamiento, es decir, de forma “alternativa”, lo que hacemos es generar nuevos puntos de vista ante un problema o situación y dar paso a alternativas de reacción originales.
¿Qué más implica el pensamiento alternativo? ¿Cómo podemos potenciarlo? ¿Con qué otro tipo de pensamiento se relaciona? Lo vemos a continuación.
Pensamiento alternativo: ¿qué es?
El pensamiento alternativo es un tipo de pensamiento asociado con gestionar pensamientos, circunstancias, problemas, etc., desde un punto de vista no habitual o común. Además, por norma este tipo de perspectiva es más positiva.
Incluye gestionar las emociones, los sentimientos y los pensamientos desde otra posición, alejándonos del pesimismo y acercándonos al optimismo. También nos permite abordar problemas de la vida cotidiana de manera eficaz.
Búsqueda activa y novedosa de soluciones
Este tipo de pensamiento también ha sido definido de otras formas; por ejemplo, como la “capacidad de generar el mayor número de soluciones, una vez formulado o identificado el problema”. Así, implica generar más ideas y que, además, estas sean novedosas.
Se trata de una forma de pensar que implica ir más allá de lo primero que nos viene a la mente ante un problema. Por ello, está asociado a imaginar posibles soluciones a nuestros problemas o conflictos en nuestra mente, de una forma más meditada, a modo de “lluvia de ideas”.
Creatividad
El pensamiento alternativo se relaciona con la creatividad, en tanto que conlleva imaginar todas las posibles soluciones a un problema, y eso requiere muchas veces de la creatividad. Además, la creatividad va muchas veces unida de la imaginación.
A través de él, le damos la bienvenida a posibles soluciones, aunque puedan parecer un poco rocambolescas al principio. Implica no vetar los pensamientos o las ideas, sino dejarnos seducir por ellas, abrirles las puertas.
“La creatividad es la inteligencia divirtiéndose”.
-Anónimo-
¿Cómo fomentar el pensamiento alternativo?
¿Te gustaría poner en práctica este tipo de pensamiento? Te dejamos algunas ideas para que empieces a hacerlo:
Lluvia de ideas
Una técnica bastante útil para cultivar este tipo de pensamiento es la lluvia de ideas. Una vez tengas identificado el problema, prueba a escribir en un papel todas aquellas soluciones que se te ocurran para él.
No hace falta que sean soluciones 100 % “creíbles” o realistas. Intenta dejar fluir tu mente, y escribir todo lo que se te ocurra por la cabeza. Después ya harás el filtrado de esas ideas.
Soluciones a corto y largo plazo
Otra idea que te puede ayudar a fomentar el pensamiento alternativo es plantearte posibles soluciones del problema a corto y largo plazo. Incluso, puedes incluir el medio plazo.
Haz tres columnas en un papel y en cada una de ellas sitúa: soluciones a corto, medio y largo plazo. Aunque el problema sea a corto plazo, plantéate qué podrías hacer para solucionarlo en caso de que se alargara.
Este pequeño ejercicio ejercitará tu mente para que la haga más flexible. Esto ayuda a que pueda amoldarse a nuevas realidades en caso de que se presenten.
Visualizar el problema desde lejos
Otra idea que te animamos a practicar para potenciar este pensamiento es la siguiente: prueba a alejarte del problema, del foco. Visualízalo desde lejos, como si fuera algo ajeno a ti.
Puedes probar a dibujar estas ideas, a escribirlas… Lo importante es que seas capaz de situar el problema fuera de ti, como algo que te acompaña, y no como algo que forma parte de ti.
A partir de ahí, será más fácil para ti tomar perspectiva de lo que te ocurre y buscar otros puntos de vista alejados del “tradicional”. Y es que justamente eso es lo que busca el pensamiento alternativo, alejarse de lo clásico para buscar nuevos puntos de vista (normalmente, más positivos).
Un pensamiento similar: el pensamiento lateral
El pensamiento alternativo es muy similar a otro tipo de pensamiento: el pensamiento lateral. De hecho, estos dos tipos de pensamiento pueden utilizarse de forma complementaria, y resultan muy útiles para buscar ideas imaginativas y originales ante todo tipo de problemas.
En el caso del pensamiento lateral, hablamos de un enfoque que se aleja del razonamiento lógico para ir más allá de lo superficial o de lo que implica simplemente razonar. A través de él, intentamos llegar de forma menos directa a la solución de un problema. Es un tipo de pensamiento que, al igual que el pensamiento alternativo, emplea la imaginación y la creatividad. Se aleja también del camino “clásico”, a fin de probar nuevas maneras de llegar a la solución del problema.
El pensamiento alternativo favorece el bienestar
El pensamiento alternativo no solo es útil para resolver problemas prácticos de nuestra vida cotidiana. También lo es para fomentar nuestro bienestar personal, ya que implica utilizar un punto de vista más positivo a la hora de enfocar los problemas.
Y es que, a través del optimismo, uno de los ingredientes del pensamiento alternativo, podemos llegar a mejorar nuestra salud mental. Además, este pensamiento también nos ayuda a flexibilizar la mente, porque busca encontrar nuevos puntos de vista diferentes al clásico.
“La mente que se abre a una nueva idea, jamás volverá a su tamaño original”.
-Albert Einstein-
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- Espino, O. (2004) Pensamiento y razonamiento. Pirámide.
- Garnham, A. y Oakhill, J. (1996) Manual de Psicología del Pensamiento. Ed. Paidós.