La imaginación activa, el interesante método de Jung

La imaginación activa es un método diseñado por Carl Jung para abrir un diálogo con el inconsciente. El objetivo es que emerjan los contenidos ocultos de la mente y se puedan comprender mejor para evolucionar.
La imaginación activa, el interesante método de Jung
Gema Sánchez Cuevas

Revisado y aprobado por la psicóloga Gema Sánchez Cuevas.

Escrito por Edith Sánchez

Última actualización: 25 agosto, 2020

La imaginación activa es un método creado por Carl Gustav Jung para explorar los contenidos inconscientes. No fue la única técnica desarrollada por este gran psicoanalista, pero sí se considera la más sofisticada de ellas. Las bases de esta aparecen en el famoso Libro rojo de Jung.

Algunos definen la imaginación activa como una potente mezcla entre la psicología profunda y la magia de la inspiración. Lo que busca este método es establecer un diálogo activo entre lo consciente y lo inconsciente, con el propósito de comprender mejor el mundo interno.

Como se sabe, hay una serie de contenidos inconscientes que permanecen ocultos y que, por lo mismo, en muchas ocasiones interfieren con los deseos y propósitos conscientes de una persona. La imaginación activa es una vía para que tales contenidos salgan a la luz y se conviertan en una fuente de provecho.

Uno no alcanza la iluminación fantaseando sobre la luz sino haciendo consciente la oscuridad… lo que no se hace consciente se manifiesta en nuestras vidas como destino”.

-Carl Gustav Jung-

Jung
Carl Gustav Jung

La imaginación activa

En términos generales, la imaginación activa es una técnica en la que una persona induce un proceso de relajación consciente. Una vez logrado, se enfoca en una imagen que venga a su mente o que recupere de algún sueño que haya tenido. Luego, interroga tal imagen tanto como sea posible.

No se debe confundir la imaginación activa con la imaginación pasiva. Esta última es ese estado semiconsciente en el que se fantasea o se ensueña de manera espontánea y sin dirección. En la técnica de Jung  hay un proceso dirigido y un propósito definido.

Al respecto, una de las seguidoras de este método, Marie Louise Von Franz, hace un listado de lo que NO es la imaginación activa:

  • No es esa suerte de “cine interior” que una persona ve cuando cierra los ojos.
  • No es un diálogo interno o diálogo consigo mismo.
  • No es una contemplación pasiva de las imágenes mentales.
  • No es un diálogo con algo irreal.
  • No es la adopción de una identidad ficticia o diferente a la propia.
  • No es una fantasía “dirigida” o encausada voluntariamente.
  • No es una autoevaluación de los contenidos subjetivos.

La técnica de la imaginación activa

Los que Carl Jung pretendía con este método era lograr que una persona se confrontara o se encontrara de frente con los elementos arquetípicos que están en su inconsciente. Tal encuentro debía ser receptivo, pero no pasivo. La apuesta apunta a la evolución de la personalidad y a un mayor equilibrio personal.

En líneas generales, se recomienda que esta práctica se lleve a cabo por un lapso de entre 10 y 15 minutos. Los pasos a seguir son estos:

  • Vaciar la conciencia del yo. Esto quiere decir, tratar de dejar la mente en blanco, sin pensar en acontecimientos específicos de la vida.
  • Permitir que surja una imagen. A medida que la mente se vacía, comienzan a aparecer imágenes mentales que, en principio, pueden parecer absurdas. La idea es enfocar la atención en una de esas imágenes.
  • Plasmar la imagen. Lo que sigue es materializar la imagen de algún modo. Puede ser describiéndola con palabras, reproduciéndola en un dibujo, representándola con el cuerpo o de cualquier manera que le dé forma concreta a la misma.
  • Aplicar lo aprendido. Durante todo ese proceso suelen surgir ideas o revelaciones que pueden ser aplicadas a la vida diaria. Así que lo adecuado es llevar a la práctica esos nuevos contenidos a la comprensión del día a día.
Hombre caminando entre nubes

Los beneficios del método

Lo que se espera de la aplicación de este método es ofrecer una voz a los contenidos ocultos en el inconsciente. La mayor parte del tiempo no se escuchan esos mensajes profundos que son acallados por el pensamiento y la razón. Sin embargo, es en el terreno de la inconsciencia donde están las claves de cada uno de nosotros.

La aplicación de la técnica por sí sola genera un sentimiento vivificante e inspirador. Jung recomienda tomar nota de todas las alteraciones que impidan el desarrollo de la técnica. Estas también reflejan procesos psíquicos que deben ser abordados y con los que se debe “dialogar”.

Hay que aclarar que para Carl Jung no era conveniente que cualquier persona aplicara este método y tampoco que lo hiciera en cualquier momento. Señalaba que es mucho más provechosa cuando se hace al final de un proceso psicoanalítico y en los momentos en que sea muy fuerte el deseo de realizar la práctica.


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  • Elbaba, A. (2018). El mándala en la obra de Carl Gustav Jung: experiencia y contexto (Doctoral dissertation, Universitat Pompeu Fabra).

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