Personas que envejecen mal: ¿a qué se debe?
Hay personas que envejecen mal, y no nos referimos a quien llega a los 60 o los 70 con un mayor deterioro físico y peor salud. Hay quien llega al otoño de la vida con un exceso de rencores, con un mal humor constante y nulas ilusiones. Es cierto que no siempre es fácil asumir el paso del tiempo y que a veces cuesta reconocerse el rostro ante el espejo cuando la sonrisa se entremezcla con las arrugas.
Sin embargo, resulta preocupante ver cómo alguno de nuestros seres cercanos evidencian un carácter cada vez más apagado y hasta hostil a medida que se hacen mayores. En ocasiones, suele decirse aquello de que la personalidad no cambia al envejecer, y que quien fue algo taciturno y osco en su juventud, lo será aún más cuando peine canas.
¿Qué hay de verdad en esto? Es cierto que no todo en la vejez es alegría y luminosidad, pero resulta ciertamente triste ser testigos de cómo, en ocasiones, hay a quien se le recrudece la actitud y hasta el trato. ¿Hay alguna explicación? Más aún… ¿De qué manera podemos llegar a edades avanzadas con un mejor estado de ánimo y bienestar mental?
Muchas veces, detrás del mal humor de la persona mayor, puede existir algún trastorno psicológico como una depresión.
Razones por las que algunas personas que envejecen mal
Los estudios sobre envejecimiento están en auge. Y el hecho de que sea así no es casual. Una investigación de la Universidad de Duke incide en el hecho de que uno de los mayores desafíos a los que se enfrenta la sociedad es a su envejecimiento progresivo. Para el 2050, se estima que una de cada seis personas en el mundo tendrá más de 65 años.
Por tanto, uno de los objetivos de la ciencia es ralentizar el envejecimiento para tener personas productivas a edades más avanzadas. Suena a ciencia ficción, pero es una realidad sobre la que se trabaja desde hace años. La medicina y hasta la bioingeniería se focalizan en engañar a nuestro ADN, en poder seguir siendo jóvenes sin tener en cuenta nuestra edad.
Ahora bien, resulta esperanzador llegar a los 60 con una buena salud física. Sin embargo, estamos descuidando la variable de la salud mental. Porque pocos hechos son más decisivos que sentirnos bien psicológica y anímicamente en cualquier etapa de la vida, incluyendo aquella en que las velas apenas caben en una tarta de cumpleaños.
Envejecer mentalmente bien es un arte, una bendición a la que todos queremos aspirar. Sin embargo, ¿por qué algunas personas envejecen mal? Lo analizamos.
Las personas podemos cambiar con el paso de los años. Factores como la vivencia de hechos traumáticos, las malas relaciones familiares y la soledad pueden desarrollar un carácter más hermético y complejo.
1. El peso de la soledad
A medida que vamos consumiendo años de vida es común sufrir alguna pérdida. La soledad es actualmente una auténtica epidemia entre la población. Perder a los cónyuges, vivir aislados de la comunidad y recibir cada vez menos visitas de los familiares son hechos que tienen un gran impacto para el adulto mayor…
Estar solos cuando no lo deseamos nos enferma física y emocionalmente. Es común que hasta cambie el carácter en estas circunstancias.
2. Cuando los rencores y el orgullo impiden perdonar
Si hay una etapa de la vida en la que hay que saber perdonar es en el otoño de nuestras existencias. No es bueno llegar a ese umbral de los 60 o los 70 cargando con un exceso de rencores, con el desafecto de demasiados vínculos rotos y con el vacío de personas ausentes con las que no nos hablamos. El arrepentimiento llega más tarde que pronto y a veces no hay vuelta atrás.
Son muchas las personas que envejecen mal porque, en su día a día, ha pesado más el orgullo que la empatía.
3. Hay experiencias que pueden cambiar nuestra personalidad
Señalábamos al inicio que, por término medio, se asume que uno llega a la senectud llevando consigo el mismo carácter de juventud. Quien fue antipático y poco sociable, supuestamente, lo será siempre. Lo cierto es que son muchas las investigaciones que nos indican que la personalidad humana no es tan estable como solemos creer.
Es cierto que hay aspectos que no varían, y que desde que aparecen en la infancia ya no cambian. Sin embargo, un estudio de la Universidad de Edimburgo indica que la personalidad cambia a medida que maduramos, asentamos experiencias y aprendizajes. Asimismo, determinadas experiencias traumáticas o dolorosas pueden afectarnos de manera profunda, influyendo en nuestro envejecimiento. Por ejemplo, uno puede volverse más desconfiado, desesperanzado, etc.
4. Personas que envejecen mal debido a su situación psicosocial
Los problemas económicos, vivir en un entorno desfavorecido o estar en riesgo de exclusión afecta al propio envejecimiento. Así, aunque a menudo digamos aquello de que el dinero no da la felicidad, lo cierto es que es, al fin y al cabo, es el medio que facilita o dificulta la subsistencia de una persona.
Si no hay recursos, si la atención a la salud no es la adecuada y el estrés crónico es ese eterno compañero de vida, cuesta mucho afrontar el día a día y el paso de los años.
5. No aceptar el paso del tiempo
Envejecer con optimismo implica, obligatoriamente, aceptar el impacto de los años en el propio cuerpo. No es algo fácil, no nos lo enseñan en las escuelas y es común albergar sesgos muy distorsionados hacia la tercera edad. Abunda quien se resiste, quien evidencia una clara fobia a esa etapa de la vida y lucha contra ella.
Pocas batallas hay más infructuosas -al menos de momento-, que la de enfrentarnos al paso del tiempo. Negar la propia edad solo trae sufrimiento. Para concluir, las personas que envejecen mal, son, en su mayoría, hombres y mujeres infelices.
Una de las estrategias que deberíamos marcarnos es atender precisamente la esfera de lo psicológico en el propio proceso de envejecimiento. Seguir marcándonos metas a cualquier edad, mantener una mente activa y disfrutar de la conexión social son dos pilares clave en todos los casos.
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