Personas que no confrontan: de la pasividad a la agresión

¿Conoces a alguien que no sabe confrontar las discrepancias y que, en lugar de dialogar, opta por el silencio o la «ley del hielo»? No es fácil convivir con quien elude abordar los problemas y las diferencias cotidianas. ¿Qué hacer en estos casos?
Personas que no confrontan: de la pasividad a la agresión
Valeria Sabater

Escrito y verificado por la psicóloga Valeria Sabater.

Última actualización: 20 abril, 2023

A casi nadie le apasiona discutir, llevar la contraria, poner en palabras el enfado y argumentar la picazón de una injusticia. Hablamos de personas que no confrontan. Sin embargo, hacer frente a una situación con inteligencia, asertividad y respeto es una herramienta de vida que ofrece oxígeno a nuestras relaciones. Porque algo de lo que no nos libramos en casi cualquier escenario, es el tener que enfrentar alguna que otra discrepancia.

Más natural que las estrellas fugaces y el polen en primavera, son las discusiones en las parejas. De hecho, pocas realidades son tan corrientes, ordinarias y, por supuesto, molestas que esos choques puntuales con familiares, con compañeros de trabajo e incluso con nuestros amigos. Las relaciones, al fin y al cabo, no son asépticas ni dominadas por una sintonía milimétrica.

Es más, las discrepancias bien manejadas dan textura y flexibilidad a cualquier vínculo, lo higienizan y hasta lo refuerzan. Pero esto no es lo ordinario, porque si hay un fenómeno que vemos con frecuencia es la inmadurez en el buen arte de la confrontación. Son muchas las personas que la esquivan y, en su lugar, aplican mecanismos agresivos, y hasta manipulativos.

Estamos seguros de que la mayoría ha vivido en algún momento los efectos de esta conducta poco hábil. Lo analizamos.

Detrás de la incapacidad para confrontar hay miedos, falta de habilidades sociales y de inteligencia emocional.

pareja distanciada representando a las personas que no confrontan
La falta de habilidad a la hora de confrontar crea una gran distancia entre las personas.

¿Cómo son las personas que no confrontan?

Saber confrontar es una herramienta básica de supervivencia y de bienestar para todos nosotros. Eexponer nuestros sentimientos, creencias y defender los propios derechos, sin quemar el puente de una relación, es una gran competencia. Sin embargo, abundan quienes se sienten sobrepasados por las emociones incómodas que despierta una diferencia, una discrepancia.

Lo cierto es que sería muy beneficioso que nos educaran desde niños en un área: la de no temer la confrontación ni verla como una amenaza. Deberíamos entenderla como una parte más de la existencia en sociedad. Solo así manejaríamos mejor la ansiedad y la frustración inherente que se almacena en quien no tolera que se le lleve la contraria.

Las personas que no confrontan, porque carecen de habilidades para llevarla a cabo, sufren más de lo que pensamos. Esto es algo que debemos comprender. La incomodidad es tan elevada y el desasosiego emocional tan vitriólico, que derivarían en conductas muy problemáticas, tanto para ellos mismos como para los demás. Analicemos un poco más estos perfiles.

Uno de los efectos más comunes de no saber o querer confrontar es la utilización de la «ley del hielo» o el tratamiento silencioso.

1. Miedos y evitación del dolor: no me hagas la vida difícil

Los hombres y mujeres que evitan la confrontación desearían que la vida fuera un paseo en góndola. Lo que hacen en buena parte de su vida es evitar el dolor, lo incómodo y eludir la responsabilidad de abordar una situación difícil. Asimismo, cabe señalar que están atenazados por el peso de numerosos miedos. Estos son algunos ejemplos de los mismos:

  • Miedo a no parecer competente durante esa conversación difícil.
  • Pánico al fracaso; les inquieta no imponer su verdad, su punto de vista.
  • Temor a la pérdida, a que durante esa discusión perdamos a la otra persona al decir algo indebido.
  • Pavor a la tensión del momento, a experimentar un cúmulo de estrés y emociones difíciles de abordar.
Los miedos y la evitación, son dos raíces que subyacen en este tipo de comportamiento.

2. Recurren al tratamiento silencioso

Las personas que no confrontan usan con frecuencia el tratamiento silencioso o la «ley del hielo». Es decir, cuando se encuentran con un desacuerdo o algo que les incomoda o enfada, en lugar de hablarlo, optan por callarse. Son situaciones en las que utilizan frases como: «A mí no me pasa nada, tú sabrás».

La Universidad de Tennessee ha estudiado este comportamiento. En un trabajo nos explica que es un fenómeno que aparece con frecuencia en las relaciones de pareja. No hablar de lo que molesta y escudarse en el silencio, es una conducta disfuncional, inmadura y hasta manipulativa que intensifica aún más la diferencia o el conflicto puntual.

3. Reaccionar con ira en lugar de responder con inteligencia

Hay quien está hecho de botones que, al más mínimo roce, estalla como una central nuclear. Las personas que no confrontan, a menudo, se dejan llevar por la emoción sentida más problemática: la ira. De hecho, algo a lo que recurren con frecuencia es a la técnica del «ojo por ojo». En otras palabras, si tú me dices o me haces esto, yo lo repetiré contigo, pero con una intensidad más elevada.

No saber confrontar puede dar paso a dos tipos de conductas: las agresivas y las pasivas. Estas últimas definen a esas personas que, por no llevar la contraria o discutir, pueden incluso y no poner en voz alta sus opiniones.

4. La pasividad, callar y ceder para no confrontar

Hasta el momento, hemos descrito a esos perfiles que, por su conducta, aplican la agresividad y hasta la manipulación. No hablar de lo que les molesta, hacer el vacío o, por contra, actuar de forma vengativa, son acciones muy problemáticas. No obstante, también abunda quien, por no discutir, cede, disimula y calla.

Se trata de las personas que no confrontan por miedo a perder una relación, decepcionar o contradecir a los demás. En consecuencia, optan por no dar pista alguna de la contradicción, el enfado o la opinión contraria. Este tipo de condescendencia tan lesiva erige una forma de pasividad muy dañina para quien la practica.

Compañeros hablando sobre las personas que no confrontan
Debemos procurar comunicarnos con las personas que no quieren confrontar, dándoles facilidades para que se expresen con respeto.

¿Cómo tratar a este tipo de perfiles?

Nadie llega a este mundo con unas competencias básicas de confrontación instaladas en su ADN. Dimensiones como un buen manejo emocional, unas correctas habilidades sociales y de comunicación, se aprenden; lo sabemos.

Ahora bien, ¿qué hacemos con esa pareja nuestra que, cada dos por tres, recurre a la «ley del hielo» o el silencio como castigo? ¿Cómo actuar con ese compañero de trabajo que, en lugar de decir qué le molesta de nosotros, responde con pequeñas flechas a nuestra espalda? No es labor nuestra educar a quien no ha dado el paso para madurar en el buen arte del diálogo ante las discrepancias, pero podemos dar ejemplo.

Ante quien no sabe ni quiere confrontar, expón tus demandas y clarifica el efecto que tendría no comunicase de manera respetuosa e inteligente. Hazlo de forma paciente y respetuosa. Deja claro que los problemas se cronificarán si no se abordan, que la comunicación no duele, pero sí la ausencia o el mal manejo de la misma.

En el viaje de la vida siempre es buen momento para adquirir nuevas herramientas con las que navegar mejor por el océano relacional. Ojalá todos diéramos ese paso.


Todas las fuentes citadas fueron revisadas a profundidad por nuestro equipo, para asegurar su calidad, confiabilidad, vigencia y validez. La bibliografía de este artículo fue considerada confiable y de precisión académica o científica.


  • Buss, D. M., Gomes, M., Higgins, D. S., & Lauterbach, K. (1987). Tactics of manipulation. Journal of personality and social psychology52(6), 1219–1229. https://doi.org/10.1037//0022-3514.52.6.1219
  • Schwabe, J & Gollwitzer, M. (2020). Explaining third-party reactions in interpersonal conflicts: A role-taking approach. Group Processes & Intergroup Relations. 24(6). 136843022090832. 10.1177/1368430220908328.
  • Wright, Courtney & Roloff, Michael. (2009). Relational Commitment and the Silent Treatment. Communication Research Reports. 26. 12-21. 10.1080/08824090802636967.

Este texto se ofrece únicamente con propósitos informativos y no reemplaza la consulta con un profesional. Ante dudas, consulta a tu especialista.