¿Sabes cómo afecta la pobreza al desarrollo cerebral infantil?

¿Sabes cómo afecta la pobreza al desarrollo cerebral infantil?
Gema Sánchez Cuevas

Revisado y aprobado por la psicóloga Gema Sánchez Cuevas.

Última actualización: 29 septiembre, 2019

La pobreza es en realidad el gran mal de la sociedad humana. Vivimos en un planeta que podría ser un vergel perfecto, pues tiene recursos de sobra para todos. Sin embargo, gran parte de la riqueza se reparte entre unos pocos. Lo más triste es que esta distribución de recursos afecta incluso al desarrollo cerebral infantil.

Según los datos publicados, un 1% de la población mundial atesora tanta riqueza como el 80% de personas del planeta. Si atendemos a Rafael Chirbes, “el único mal terrorífico y la única enfermedad de verdad es la pobreza”. Así que podríamos llegar a afirmar que vivimos en un mundo enfermo donde los principales damnificados son nuestros niños.

La pobreza afecta al desarrollo cerebral infantil

Una de las mentes más lúcidas de la ciencia actual, Neil deGrasse Tyson, dijo que “quizás el próximo Einstein se está muriendo de hambre en Etiopía”. Pero es algo que nunca sabremos porque los niños que nacen en condiciones de pobreza extrema sufren alteraciones importantes en su desarrollo cognitivo.

Niño con un camión

Al menos, así lo afirma un nuevo estudio publicado en la prestigiosa revista pediátrica JAMA Pediatrics. En el mismo se han comparado resonancias magnéticas de niños nacidos en diversos ámbitos de poder adquisitivo. El resultado es muy claro y poco alentador. En el cerebro de los niños nacidos en hogares pobres se encuentra hasta un 10% menos de materia gris. Sin embargo, en los chicos de entornos más adinerados, no se encuentra esta disminución.

La pobreza, una lacra histórica

Más allá de crisis económicas, la pobreza ha sido una lacra a lo largo de la historia humana. Así pues, muchos estudios se han centrado en investigar los efectos que esta situación social provocan en los individuos. De hecho, se considera que hay una relación directa con la drogadicción, el alcoholismo, la prostitución, la delincuencia, etc.

Obviamente, se considera que el ser humano trata de sobrevivir de forma instintiva. De ahí que busque cualquier medio para ganarse la vida, por poco legal que sea. Sin embargo, esta no es más que la punta del iceberg.

La pobreza incide directamente en el sufrimiento emocional intenso que sufre el cerebro humano. Crea una conciencia de abandono y olvido, lo que le lleva a las personas que la padecen a sentirse despreciados por el sistema, conducta que se vuelve recíproca, por lo que la empatía entre personas con recursos y personas sin ellos es más difícil.

“La pobreza se ve obligada a tentar todos los caminos”

-Séneca-

Otros efectos de la pobreza en el desarrollo cerebral infantil

Por si no fuera poco, el estudio publicado muestra más efectos negativos de la pobreza en el desarrollo cerebral de los niños. Así, la pobreza condiciona de manera negativa el rendimiento escolar de los niños que viven en ella. En las diferentes pruebas de inteligencia, rara vez alcanzan resultados similares a los obtenidos por los niños que no viven en situación de precariedad.

Niña en cole

Pero más allá del rendimiento académico, los efectos físicos en el cerebro son devastadores. Al reducir la cantidad de materia gris hasta en un 10%, es más fácil que los niños muestren conductas erráticas, más impulsivas y desarrollen una actitud antisocial que se manifieste en comportamientos de la misma naturaleza.

Como es lógico, esta situación fomenta la desigualdad y agranda la brecha entre chicos nacidos en familias con recursos económicos y aquellos que no han tenido esa suerte. La vida les coloca en una mala situación, pero además todas fuerzas sociales que les rodean hacen de resistencia frente a muchas de las iniciativas de crecimiento que tienen.

Conclusiones del estudio

Como es lógico, los investigadores, encabezados por Elizabeth Sowell, del Hospital Infantil de Los Ángeles, resaltan la necesidad de atajar esta situación lo antes posible. El hecho de tener una evidencia científica como esta requiere una intervención temprana para paliar el daño que se están haciendo a millones de chicos en todo el mundo.

Los datos aportados por el estudio se obtuvieron entre 2001 y 2007 analizando a 389 niños norteamericanos entre los 4 y los 22 años. En todos aquellos pequeños nacidos en familias pobres se detectaron mermas de materia gris en el lóbulo frontal, el hipocampo y el lóbulo temporal.

Si esta situación es así para niños norteamericanos, ¿qué podemos decir de los pequeños nacidos en familias en países como Etiopía, Somalia o Sri Lanka, por ejemplo? Su situación, al fin y al cabo, es mucho más extrema y dramática.

“Ni la pobreza ni la gran riqueza escucharán razón”

-Henry Fielding-

Es obvio que la pobreza es una situación de crisis humanitaria que ya dura demasiado tiempo. A los efectos negativos en el desarrollo cerebral infantil se suman los problemas sociales. Ya es hora de que dejemos de dar la espalda y comencemos a hacer algo por nuestros niños. Ellos representan una de nuestras mayores esperanzas y no se merecen que nadie eche tierra encima de sus futuros, unos futuros que también son en parte los nuestros.


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