Podrán pasar muchas cosas fuera, pero al fin y al cabo el universo está en ti

Podrán pasar muchas cosas fuera, pero al fin y al cabo el universo está en ti
Sergio De Dios González

Revisado y aprobado por el psicólogo Sergio De Dios González.

Última actualización: 03 agosto, 2019

La felicidad no viene dada como la vida, sino que hay que conquistarla. El principal requisito que necesitamos para ello se encuentra en lo que realmente necesitamos para conseguirla y lo podemos encontrar dentro de nuestro propio universo.

Partimos de la base de que el ser humano está hecho para sobrevivir, no para ser feliz. Para lo primero estamos programados; para lo segundo hay que hacer un pequeño “hackeo”. Quién quiera entrar en el desafío de la felicidad, debe asumir que lo más importante está en la creación de un sentido vital.

Ya lo decía José Luis Sampedro, escritor, humanista y economista español, estamos vivos para vivir, para hacernos, para realizarnos. La mayoría de nosotros, alguna vez en la vida nos hemos preguntado para qué estamos vivos. Saber contestar a esta pregunta nos dará un sentido a nuestra existencia. Un sentido propio y genuino.

Todo lo que vemos fuera es solo un reflejo de nuestro interior, de lo que pensamos y sentimos. Los defectos y las virtudes que vemos en los demás, de alguna manera los llevamos dentro. Por muchas dudas y preguntas que tengamos, la mayoría de las respuestas están ya en nuestro interior, porque el universo que habita dentro de nosotros ya es realmente interesante.

¿Qué intentarías hacer si supieras que no puedes fracasar?

Cuidarnos aporta paz a nuestro universo

Puede sonar un tanto irónico, pero nosotros somos los únicos capaces de perturbarnos a nosotros mismos, de consentir terremotos emocionales. La causa de nuestro sufrimiento no está fuera, sino dentro, en cómo afrontamos el dolor.

Los demás pueden matarnos físicamente, pero en un plano espiritual, solo nosotros tenemos el poder de hacernos daño y de imponer un orden. A pesar de librarse en nuestra propia mente, esta guerra ilusoria genera una serie de lastres emocionales, como la culpabilidad, el rencor, el resentimiento, el odio, el castigo y el deseo de venganza.

Mujer triste pensando en la gente tóxica

Nuestras interpretaciones ligadas a nuestras reacciones emocionales son las que nos llevan a sufrir y a entrar en conflicto con nosotros mismos. En última instancia nosotros somos los causantes de nuestro propio daño. Por eso, enfocarnos en nosotros y hacernos cargos de nuestras emociones nos acerca a un conocimiento más profundo de nuestro universo interior.

Al fin y al cabo, lo único que podemos cambiar en nuestra vida es a nosotros mismos. Todo lo demás, son conceptos ilusorios. Podemos perturbarnos por querer un mundo mejor, donde haya menos injusticias y más igualdad, pero todo eso escapa de nuestras manos. En cambio, cambiar y mejorar nuestro interior es solo trabajo nuestro, por eso alcanzarlo nos da una paz ilimitada y un nuevo concepto de afrontar las situaciones.

“Lo mejor que puedes hacer por la humanidad es ser feliz y aprender a estar en paz contigo mismo”

-Séneca-

Para construir un universo propio necesitamos ser valientes

La generalización es una amenaza para nosotros, que nos perdemos en ciudades de grandes edificios y con reglas que pocas veces se dicen, pero se imponen. En muchas ocasiones, sacrificamos actuar en coherencia con nuestros valores por proyectar una imagen mejor: esta es una de las formas que el sistema tiene para dominarnos, la recompensa que nos ofrece a cambio. Haz esto y hazlo de esta forma y te tendré en cuenta.

Así es como terminamos ocupándonos de todo menos de nosotros, del coche, de la moto, de lo otro y de lo de más allá; nos pasamos el día haciendo cosas automáticas, cuando sencillamente podríamos vivir mejor.

mujer corriendo con alas en las manos evocando una muerte tranquila

A veces, en función de con quién estemos y dónde nos permitimos ser de una u otra manera. Es decir, escoger qué queremos mostrar de nuestro universo y qué queremos ocultar. Esto en situaciones específicas puede ser adaptativo, en la búsqueda de empleo, en reuniones, en el trabajo, pero a la larga puede producir una gran disonancia con nuestro propio yo.

Quizá, el mayor reto que tenemos por delante es el de encontrarnos a nosotros mismos, conectar con nuestra esencia y ser auténticos más tiempo. Este es un reto, nunca una amenaza: aunque en el camino haya dificultades, la sensación que va a dejar nuestro paso siempre va a ser de paz y de recogimiento; la de ser actores y no meros reactores a merced de las corrientes que generan lo que nos rodea.

“Aseguraos de darle siempre la bienvenida al fracaso. Decid siempre: fracaso, encantado de tenerte, ven. Porque así no tendréis ningún temor”.


Este texto se ofrece únicamente con propósitos informativos y no reemplaza la consulta con un profesional. Ante dudas, consulta a tu especialista.