La generalización, una estrategia que nos ayuda y nos traiciona

La generalización, una estrategia que nos ayuda y nos traiciona
Bernardo Peña Herrera

Escrito y verificado por el psicólogo Bernardo Peña Herrera.

Última actualización: 06 agosto, 2023

Quizás no lo sabes… pero llevas un software o programa mental que te hace generalizar las cosas constantemente… De todas maneras, ¿Sabes el efecto que esto tiene en tu vida?

Todos poseemos un sistema de generalizaciones que opera como piloto automático, permitiéndonos ser rápidos y congruentes con nuestra propia identidad. Gracias a estas empaquetamos y etiquetamos toda la información con la que somos bombardeados cada segundo, para inmediatamente pensar y actuar.

De lo contrario si prestásemos atención a cada dato de manera individual por minúsculo que sea, cada minuto de nuestras vidas se transformaría en un proceso agotador y extremadamente lento de analizar y digerir, dejándonos tan sobrecargados al punto de colapsar y no poder funcionar mas mentalmente.

¿Cómo funciona la generalización?

Por ejemplo: estas atendiendo tu tienda, cuando alguien entra por la puerta vistiendo extraño, con un tatuaje barato en el rostro, cara tensa que mira hacia los lados chequeando el local, y además viene portando un bulto en el bolsillo que se parece claramente a un revolver.

En ese momento probablemente ya sabes que es un ladrón, que te puede hacer daño o llevarse consigo tu dinero. En una fracción de segundo miras alrededor para asegurarte quien se encuentra en el negocio e inmediatamente presionas el botón que tienes bajo el mostrador alertando a la policía y poniéndote a resguardo de él.

Todo esto sucedió en quizás menos de 5 segundos, gracias a un fantástico y efectivo sistema que generalizó todos los datos que sensorialmente obtuviste de esa situación para llegar a la conclusión de que era un asaltante.

Si hubieras reflexionado largo y tendido acerca de lo percibido, el resultado podría haber sido bien diferente. Podrías haberte hecho muchas suposiciones como: quizás esta mal vestido porque vive en la calle; ¿Quizás tiene un tatuaje en el rostro porque quizás estuvo en prisión, y si estuvo en prisión, porque habrá estado?

Quizás está tenso porque se acaba de pelear con su pareja o porque tiene una deuda económica; o quizás lo que lleva en el bolsillo es un simple destornillador porque está arreglando su coche, justamente ese es el motivo de su suciedad, etc. etc. 
El querer saber más de él, quién es, y por qué está allí, podría haberte guiado a la muerte, o por el contrario, al mismo tiempo podría haberte llevado a conocer a una persona encantadora que en el futuro te ayudaría a arreglar tu coche.

Como seres humanos hemos creado maneras de decidir, fórmulas que guían nuestros pensamientos y acciones de manera efectiva llevándonos a asumir quiénes somos y qué es lo que nos rodea. A estas generalizaciones las podemos llamar también creencias o convicciones. ¿Qué es el dinero? ¿Qué es el amor? ¿Cuál es el mejor cuadro de fútbol? ¿Cómo se solucionarían los problemas de tu país? ¿Por qué mi amigo me dijo esto?

Tus respuestas a estas preguntas, lo que tu asumes, son tus creencias particulares, tu propia y original forma de interpretar el mundo, no es la de nadie más, por más que parezca imposible que no sea como tú lo ves desde tu perspectiva. Claro… tienen sentido porque son tus creencias, tus conclusiones, hasta dan la impresión que son la única manera en la cual la realidad se expresa, la pura verdad.

Sin embargo, esto no es así. Estas generalizaciones que se han formado en el pasado, basadas en las interpretaciones de aquel momento específico (¡nuevamente!, solo interpretaciones, no la realidad en sí) tan solo te ayudan a ser tú mismo y actuar rápidamente e inconscientemente en función de ellas. No hay creencias únicas, probablemente solo las tuyas.

Este sistema funciona a la perfección defendiendo el statu quo, la situación imperante, manteniendo el curso establecido, tu antigua y habitual visión del mundo: “¡Yo tengo las ideas bien puestas en tu cabeza!” Pero… ¿Qué sucede cuando los resultados que obtienes no son los que deseas? ¿Qué sucede cuando tu realidad no es la que soñabas?

Que sucedería si creyera que todos los franceses son todos sucios y malhumorados, ¿Cuándo conozca a una hermosa mujer francesa? ¿Qué sucedería si yo no mandase un currículo para solicitar un trabajo que excede mi actual formación? ¿Qué sucedería si yo no probara calamares porque nunca me ha gustado el pescado?

Si… probablemente me perdiera de conocer a una hermosa persona que potencialmente podría ser la mujer de mi vida simplemente porque es francesa; o me perdería la chance de encontrar un trabajo que es mejor de lo que yo esperaba, en el cual aprenderé más de lo que esperaba, porque creía imposible que se contrate a alguien sin conocimientos suficientes.

Inclusive estaría perdiéndome una gran oportunidad de comer calamares tan solo porque generalizando asumí que estos no me gustaría debido a que pescado que proviene del mar no me gusta, por lo tanto lo que provenga del mar no me apetece.

Cualquier tipo de cambio que pretendas en la vida, por naturaleza deberá contradecir ciertas asunciones preestablecidas (en formas de generalizaciones) para que obtengas un resultado diferente al que venias teniendo. Ya no te servirá saber TODO lo que sabes, porque eso es un espejo de tu realidad, de lo ya dado, de los hechos… y si tú deseas algún tipo de cambio, no es la realidad lo que deseas.

Por lo tanto… observa lo que asumes, lo que generalizas, lo que crees.

Dependiendo a donde quieras ir, lo que quieras que sea diferente, pregúntate:

¿Qué significado le doy a este evento?
¿Es el único significado posible?
¿En qué me he basado?
¿Qué sucedería si cambiase la perspectiva?
Si en vez de generalizar el hecho, me detuviera a pensar sobre otras posibles perspectivas, ¿Cómo sería?
¿Y si juzgara con la perspectiva de otras personas como si fuera la mía?

Las generalizaciones nos ayudan a sobrevivir, a ser fieles con nuestra identidad, y a ser más funcionales. Pero, definitivamente, son grandes obstáculos para cambiar, inclusive para estar abierto a nuevas experiencias. Cuando no te dejen avanzar: (los hombres/mujeres son…., la vida es……., el trabajo es…….., el dinero es…….. etc.) debes cuestionarlas y abrirte a nuevas experiencias.

En conclusión, las generalizaciones son un arma de doble filo; por un lado, nos permiten extraer conclusiones rápidamente de muchas situaciones, llegando a premisas generales.

No obstante, por el otro, puede que generalizar limite nuestra experiencia directa con el medio, ya que creemos que nuestro pensamiento en el único y que es fijo.


Este texto se ofrece únicamente con propósitos informativos y no reemplaza la consulta con un profesional. Ante dudas, consulta a tu especialista.