¿Por qué hay personas que se vuelven contra los grupos a los que pertenecen?
Normalmente, además de nuestra identidad personal, la cual nos hace únicos, tenemos identidades sociales que compartimos con más personas. Estas identidades sociales pueden ser de grupos pequeños o de grupos extendidos y, por lo tanto, más grandes. Por ejemplo, Pablo está en un grupo de estudio en la universidad por lo que entre sus identidades sociales están la de universitario, la de filósofo y la de su grupo de estudio.
Todas estas identidades sociales comparten características y se podrían situar unas dentro de las otras. La identidad extendida sería la de universitario ya que la categoría universitario/a engloba a miles de personas. La categoría de filósofo, carrera que Pablo estudia, está dentro de la de universitario, pero engloba a menos personas.
Esta categoría, a su vez, engloba a personas que están fuera de la categoría de universitario. Por último, la categoría que define a su grupo de estudio engloba a universitarios y a filósofos. Por lo tanto, esta categoría define un grupo social más pequeño e inmerso dentro de otros grupos más grandes.
La vida de Pablo
Como se ha visto en el ejemplo, Pablo cuenta con al menos tres identidades sociales. Pablo siente que es miembro de tres grupos diferentes y comparte algunas características de esos grupos con otras personas. En los momentos en una de estas identidades se haga más saliente, Pablo va a tener más presentes las normas y los valores de dicho grupo, por lo cual de alguna manera sus comportamientos van a estar regidos por el grupo.
Al hacerse saliente un grupo, los demás van a perder relevancia, al igual que su identidad personal. Por lo tanto, cuando se trata de grupos muy diferentes vamos a ver como la gente puede llegar a pensar y actuar de formas muy diferentes. En el caso de Pablo, al ser los tres grupos muy similares, no va a existir demasiada variabilidad en sus ideas y comportamientos grupales.
La saliencia de los grupos se va a hacer patente en distintas ocasiones y dependiendo de las circunstancias de cada momento. Por ejemplo, el grupo al que pertenecen las personas interactuando en ese momento o la existencia de una amenaza para uno de esos grupos. Además, esa saliencia de un grupo concreto frente a otros también va a atender a los intereses personales. Pablo va a mostrar la identidad del grupo que le interese en el momento que le interese.
Cuando Pablo sale de fiesta con sus amigos que estudian física, a los cuales no les gustan los filósofos, se va a identificar como universitario: su interés es encajar en el grupo. Por el contrario, en los descansos de clase, se va a identificar con filósofo, ya que se encuentra rodeado por estudiantes de esta materia.
Estos cambios atienden a necesidades psicológicas. Principalmente, Pablo busca sentirse miembro de un grupo. Quiere sentir que está integrado y aumentar la sensación de que es un miembro importante y querido dentro de los grupos a los que valora su pertenencia. Si se mostrara con su identidad social de filósofo con sus amigos físicos, quizás estos no le acogerían con tanta ilusión.
La vida de Ahmad
Aunque Pablo podría sufrir estrés y síntomas depresivos si su grupo lo abandonara o los miembros de este no lo aceptaran, dado que todos sus grupos sociales se integran entre sí, Pablo no debería tener ningún problema. Pero este balance entre identidades, en ocasiones, es más complicado de lo que parece. Desarrollaremos estas dos ideas con un ejemplo a continuación.
Tómese como ejemplo Ahmad. Ahmad nació en el mismo país que Pablo, Argentina, y también estudia filosofía y está en el mismo grupo de estudios que Pablo. La diferencia es que los padres de Ahmad tienen nacionalidad argelina. Ahmad tiene las mismas identidades sociales que Pablo, pero hay gente que no piensa así. Como los padres de Ahmad profesan la religión musulmana, Ahmad es considerado musulmán aunque este no abrace ninguna religión.
El hecho de que los demás filósofos lo llamen “el árabe” hace que se sienta rechazado por su grupo social, el de los filósofos y, por extensión, el de los universitarios. Ahmad, a pesar de ser universitario y estudiar filosofía, no siente que pertenece a esos grupos ya que algunos miembros de esos grupos, los más importantes, le rechazan.
Sin embargo, Ahmad si se siente miembro de su grupo de estudio pues los miembros de éste siempre le apoyan y tienen en cuenta sus opiniones. En el caso de que Ahmad discutiera con los miembros de su grupo de estudio y estos decidieran darle de lado, Ahmad no tendría otro grupo al que acudir ya que, por una parte, tanto filósofos como universitarios lo rechazan y, por otra, no comparte ni la religión ni la cultura de sus padres.
La vida fuera de las historias
Estas dos historias, a pesar de ser inventadas para este artículo, reflejan la situación de muchas personas, incluidos tú y yo. Aunque la simplificación de los grupos sociales que se ha hecho puede parecer absurda, la vida en ocasiones puede ser todavía más absurda.
Así, por ejemplo, muchos europeos hijos de inmigrantes no se sienten parte de su grupo nacional, pero pueden situarse dentro de grupos religiosos o étnicos minoritarios. Cuando los ataques a estos grupos religiosos son fuertes, al no poder refugiarse en el grupo nacional la reacción puede ser defensiva y llegar incluso al uso de la violencia.
Darle más oportunidades, para que puedan pertenecer a más grupos extensos puede ser una buena forma de integrar a las personas. Por el contrario, restar sus apoyos a grupos minoritarios puede llevarlos a crear fuertes dependencias, que terminarán por explotar en caso de que esos pequeños grupos les fallen.