¿Por qué vemos las mismas películas una y otra vez?

Pese a la gran oferta que hay en cartelera, escogemos ver determinadas películas una y otra vez. Descubre a qué se debe esta tendencia y cómo nos afecta.
¿Por qué vemos las mismas películas una y otra vez?
Elena Sanz

Escrito y verificado por la psicóloga Elena Sanz.

Última actualización: 29 mayo, 2023

Reconócelo: hay determinadas películas a las que vuelves año tras año. No importa la cantidad de novedades que ofrezca la cartelera o la buena crítica que tienen los últimos estrenos, si se trata de elegir, tú escoges tu filme favorito, ese que no necesariamente es una superproducción ni tiene una excelente trama, pero que adoras. ¿Por qué vemos las mismas películas una y otra vez?, ¿no sería mejor abrirnos a nuevas experiencias? Exploramos este asunto a continuación.

No todos tenemos los mismos hábitos de consumo, pero sí compartimos el gusto por repetir aquello que nos gusta. Hay quienes cada diciembre repasan las mismas películas navideñas y quienes ven la misma cinta siempre que se juntan con alguien en particular. También repetimos cada día las canciones que nos son conocidas y optamos por recurrir a series de las que ya nos sabemos hasta los diálogos.

Si pensabas que eras el único, has de saber que se trata de una tendencia muy extendida y que se han barajado varias explicaciones para entenderla. Sigue leyendo para descubrirlas.

1. Vemos las mismas películas porque nos gustan

Esta es una explicación muy sencilla y obvia, pero no por esto deja de ser válida. Vemos una y otra vez nuestras películas favoritas porque nos gustan sus argumentos, sus ambientes y decorados, porque despiertan en nosotros emociones positivas o porque nos identificamos con sus valores.

Las razones pueden ser diversas; lo cierto es que, del mismo modo que repetimos nuestros alimentos preferidos o nos ejercitamos cada día porque nos hace sentir bien, ¿por qué no habríamos de recurrir a ese filme que es de nuestro agrado una y mil veces?

Pareja viendo una película
Ver una película de nuevo una y otra vez está relacionado con las emociones y los valores que despiertan en nosotros.

2. Descubrimos nuevos detalles

Consumir contenido audiovisual que ya conocemos no nos exige un gran esfuerzo mental. Ya sabemos cómo va a ir la historia y, por esto, podemos recrearnos descubriendo nuevos matices y sabores.

Desde la tranquilidad y el placer que sabemos asegurado, y sin tener que salir de nuestra zona de confort, nos abrimos a descubrir nuevos detalles que nos pueden llevar a amar cada vez más esa obra.

3. Nos sentimos como en casa

Nos resulta inevitable empatizar con los personajes de determinadas películas y series; más aún cuando hablamos de aquellas que hemos reproducido en varias ocasiones. De algún modo, se genera simpatía y un sentimiento de cercanía con sus historias y vidas, los sentimos como amigos virtuales y este sentimiento de familiaridad resulta muy gratificante.

Por eso, hay quienes se sienten acompañados con los capítulos de Friends mientras cenan solos, y quienes se sienten reconfortados con Harry Potter mientras se recuperan de una gripe.

4. Evocan recuerdos y sensaciones

Muchas de nuestras películas favoritas lo son por lo que evocan, porque nos transportan a otros tiempos y situaciones. Al verlas de nuevo, regresamos de alguna forma a esa primera vez que las vimos, a la compañía de quien estaba a nuestro lado, a esa infancia despreocupada o a una época más sencilla y alegre de nuestras vidas.

Algunas nos devuelven a esas tardes de verano con nuestros padres, otras nos permiten revivir los maratones nocturnos con nuestros amigos de adolescencia y otras rememoran la ilusión del primer amor. De este modo, no es la película en sí misma, sino todo lo que trae aparejado a nivel emocional.

5. Nos permiten conocernos

Ver las mismas películas una y otra vez no implica vivir siempre las mismas experiencias. Seguro que te ha ocurrido: con el paso de los años, tu interpretación de la obra ha cambiado, ahora incluso simpatizas con los villanos o entiendes el proceder del protagonista que años atrás te parecía ilógico. Y es que en estas películas podemos observar nuestra propia evolución personal.

Al volver a verlas, comprobamos cómo se han transformado nuestros valores, nuestra forma de ver el mundo; observamos cuánto hemos aprendido y cómo han cambiado nuestras opiniones. Nos permite comparar a la persona que fuimos con la que somos hoy en día; y esto, con un filme nuevo, no sería posible.

6. Para sentir que tenemos el control

Esta es quizá una de las razones más poderosas que nos llevan a repetir constantemente los mismos contenidos. Y es que el conocer de antemano todo lo que ocurrirá, nos proporciona una gran sensación de control.

Quizá afirmamos que nos gusta el suspense, el misterio y dejarnos sorprender. Sin embargo, el cerebro humano tiende a lo predecible, a lo previsible, a la comodidad de los patrones. Esto nos permite bajar la guardia y relajarnos, con la certeza de saber lo que ocurrirá.

Mujer viendo película
Ver una película que ya hemos visto nos proporciona una fuerte sensación de control, ya que sabemos lo que ocurrirá, por lo que por una vez nos sentimos vencedores de la incertidumbre.

7. Nos ayudan a lidiar con nuestras emociones

El contenido audiovisual en todas sus variedades puede resultar muy útil en cuanto a la gestión emocional, especialmente si ya nos es conocido. Posiblemente, nuestras películas favoritas lo sean porque de, algún modo, nos podemos identificar con sus protagonistas y con el transcurrir de sus historias.

Al verlas, sentimos y gestionamos nuestros propios asuntos internos, de forma que se produce una catarsis que puede resultar muy liberadora. No en vano solemos tener una película predilecta para los días tristes y otra para los felices, una para cuando nos sentimos enamorados y otra para cuando atravesamos un duelo.

En definitiva, como puedes comprobar, repetir las mismas películas no es negativo ni perjudicial. Al contrario, hacerlo produce en ti procesos muy interesantes y necesarios que te ayudan de diferentes maneras.

Así, no te cortes y disfruta de tus obras favoritas tantas veces como quieras. Eso sí, no te cierres a nuevos descubrimientos, nunca sabes cuándo aparecerá esa próxima producción que se convertirá en una de tus imprescindibles.


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