¿Por qué ya no bailamos?: la distancia en la pareja

Un día te das cuenta de que ya no es como antes. Hace frío y todo ha perdido su ritmo. ¿Por qué aparece la distancia en las relaciones pareja?
¿Por qué ya no bailamos?: la distancia en la pareja
Mª del Carmen González Rivas

Escrito y verificado por la psicóloga Mª del Carmen González Rivas.

Última actualización: 12 diciembre, 2019

En las relaciones de pareja, sus miembros no dejan de quererse de la noche a la mañana, sino que poco a poco van dejando de cuidarse y de cuidar el amor. Por la rutina, por las trampas de la vida, lo prioritario pasa a un segundo plano y cobra importancia lo urgente. Así, la inmediatez por resolver diversos asuntos desplaza el orden de preferencias y provoca la distancia en la pareja.

A todo ello, se añade un discurso repleto de justificaciones por no tener ese tiempo para la relación que envuelve a sus miembros. Ciertas situaciones de rutina se convierten en monotonía y a raíz de ello llegan la desilusión, las continuas discusiones o los conflictos, obstáculos que dificultan que la relación se siga sosteniendo.

Optar por la separación, la ruptura o el divorcio se convierte en la mejor solución para tratar de resolver una situación que se ha vuelto complicada. Y con ello se confirma que esa convivencia no es posible y en algunos casos se saborea cierta sensación de paz y tranquilidad. Profundicemos.

Mujer sufriendo por falta de amor

Cuando descuidamos nuestra relación, dejamos de bailar juntos

Cuando una persona decide iniciar una relación de pareja parte de la idea de querer recorrer un camino junto a la otra persona, compartir un proyecto común para vivir en fidelidad y compromiso.

Entonces, ¿qué les pasa a esas parejas que un día concreto decidieron unir sus vidas y con el paso del tiempo se encuentran emocionalmente distanciadas?

La respuesta es sencilla: han dejado de bailar, es decir, durante un tiempo, se han olvidado de cuidar aquel espacio donde se lo pasaban bien juntos.

Antes bailaban abrazados, al compás o al menos lo intentaban poniendo todo su empeño. Sin embargo, ahora si bailan, les cuesta recuperar esa sincronía.

Han olvidado la esencia de sus primeros encuentros, los ritmos, la melodía que pusieron a sus vidas y muchas otras cosas que quizás antes les gustaba y que ahora han descuidado por el camino o no se acuerdan de ellas porque han dejado que el ritmo de la vida les domine.

Motivos de la distancia en la pareja

A veces, lo que provoca ese no bailar juntos y que aparezca distancia en la pareja no es un problema de amor, sino un compendio de factores que influyen considerablemente sobre su relación. Entre ellos, destacan:

  • La falta de madurez de los miembros de la pareja. Mantenerse en posiciones que no respetan un orden en el amor, como por ejemplo posicionarse en roles de víctimas, perseguidores, narcisistas o salvadores revela que uno no ha realizado su trabajo personal a la hora de decidirse a formar una pareja.
  • La influencia de las familias de origen. La pareja es más que la suma de las partes. Forman un sistema integrado por dos personas, pero que juntas forman un tercero que es la relación. A su vez, se hallan inmersas en otros sistemas que les influyen y uno de vital importancia: las familias de origen. Estar bien vinculados con estas favorece una adecuada vinculación con la pareja.
  • Las diferencias importantes en las clases sociales. Este aspecto puede provocar ciertas dificultades a la hora de constituir un nosotros como pareja.
  • Los problemas de comunicación. Aprender a comunicarse en la pareja es lo que hace que el amor entre ambos pueda no solo permanecer, sino ir creciendo juntos.
  • Las fantasías en el amor. Tiene que ver con cómo se ve a sí mismo cada miembro de la pareja y con cómo ve al otro. Es importante que ambos puedan compartirlo y acercarlo a la realidad, ya que el buen amor en la pareja pasa por la aceptación del otro tal y como es.
Mujer enfadada con su marido

La metáfora del baile en la relación de pareja

¿Cuántos hemos bailado y tenemos en nuestra mente a magníficos bailarines como Jennifer López con Richard Gere en la película de Shall we dance? O mucho mejor, a Fred Astaire y Ginger Rogers, una de las parejas más famosas de todos los tiempos por su maravillosa sincronía.

El baile es una de las mejores metáforas para definir lo que ocurre en el transcurso de una relación de pareja. Porque el baile es movimiento, es ritmo, un arte que quizá no todo el mundo pueda alcanzar, pero sí recuperar en la vida y más aún en la pareja. ¿No es su vida un continuo equilibrar en el que uno aporta unas cosas y el otro otras?

De alguna forma, cada miembro de la pareja se apoya y se sostiene o bien guía y se levanta, dependiendo del momento. El peligro ocurre cuando es solo uno de ellos quien se mantienen en la misma posición y se cansa de bailar de la misma manera, con los mismos zapatos o por qué no con la misma pareja.

Uno de los miembros de la pareja claudica de sus responsabilidades y lo deja todo en manos del otro, mientras se olvida del reconocimiento mutuo. Y es que, como ocurre con la música, cuando uno baila, hay que pararse y escuchar primero para saber cómo posicionarse.

Si esto lo llevamos a la relación de pareja significa que ambos tienen que escucharse mucho y no darlo todo por sabido. Es necesario reconocerse, valorarse y dedicar un espacio para comenzar a bailar de nuevo, poco a poco y juntos.

En la actualidad, es cierto que cada vez son mayores las dificultades que viven muchas parejas para manejar su relación y que acaban por decantarse por la separación o el divorcio.

Sin embargo, hay otras muchas que deciden apostar por terminar con la distancia en la pareja y salvar su relación. Y para ello, se predisponen a dar los primeros pasos para volver a bailar juntos de nuevo.

Como vemos, se trata de cuidarse, de volver a coger el ritmo y concienciarse de mantenerlo, siempre y cuando, ambos estén de acuerdo.

“Quiero poder amarte sin aferrarme, apreciarte sin juzgarte, encontrarte sin agobiarte, invitarte sin insistencia, dejarte sin culpabilidad, criticarte sin censurarte, ayudarte sin disminuirte. Si quieres concederme lo mismo, entonces realmente podremos reunirnos y ayudarnos a crecer mutuamente”.

-Virginia Satir-


Este texto se ofrece únicamente con propósitos informativos y no reemplaza la consulta con un profesional. Ante dudas, consulta a tu especialista.