5 prácticas liberadoras para fin de año
Hablemos de prácticas liberadoras para fin de año. ¿De qué va esto? Sabemos que el tiempo corre de continuo, pero los seres humanos lo hemos demarcado para organizar mejor las sociedades y la vida. En realidad, nada acaba el 31 de diciembre, pero al menos mentalmente para la mayoría de nosotros supone un punto y aparte.
Desde el punto de vista psicológico, necesitamos cerrar ciclos, que exista cierto dinamismo entre lo que sale y entra en nuestras vidas. Esto nos permite sacar conclusiones, reciclarnos y tomar decisiones vertebradoras. Por ello se habla de prácticas liberadoras para fin de año.
Es cierto que algunas cosas no muestran un gran cambio entre el último día de un año y el primero del siguiente. De ser así, se trata de un buen pretexto para poner en orden las ideas , las emociones y trazar los siguientes pasos del recorrido. De eso tratan las prácticas liberadoras para fin de año. Las siguientes son cinco de ellas.
“El año viejo se ha ido, deja que el pasado entierre a sus propios muertos. El año nuevo ha tomado posesión del reloj del tiempo. Todo lo que llega son deberes y posibilidades durante los próximos doce meses”.
-Edward Paison-
1. Realizar un balance emocional
El balance emocional es una de las más importantes prácticas liberadoras para fin de año. Tiene que ver con una evaluación concienzuda de los sentimientos que se han experimentado en los últimos 12 meses. ¿Cómo hacerlo? Estas preguntas pueden ayudarte.
- ¿Cuál fue el momento más feliz que tuve a lo largo del año y qué aprendí de él?
- ¿Cuál fue el momento más difícil y cómo lo sorteé?
- De 1 a 5, ¿qué tan bien me sentí a lo largo del año?
- ¿En qué mejoré? ¿Hubo algo en lo que empeoré?
- ¿Cómo quiero sentirme el año entrante y qué debo hacer para conseguirlo?
2. Hacer un balance profesional
El balance profesional también es uno de los ítems fundamentales en esta época. Es bueno examinar qué logramos y qué no en materia profesional. Sin embargo, más enriquecedor todavía es preguntarte si lograste mejorar en algún aspecto que tenías abandonado. Un crecimiento que después has sabido explotar (por ejemplo, has conseguido expresarte mejor en un idioma y gracias a ello has conseguido ascender en un trabajo).
Así mismo, es muy importante que explores los sentimientos de satisfacción o insatisfacción frente al campo laboral. ¿Qué quieres mejorar y qué quisieras erradicar? ¿Hay alguna manera de mejorar o facilitar lo que haces? Responder a esas preguntas suele ser muy esclarecedor.
3. Definir un objetivo central para el próximo año
Esta es una de las prácticas liberadoras para fin de año que nunca falta. Casi todo el mundo se propone algo para el siguiente año y con mucha frecuencia, no lo cumple. Por eso, la idea es que te detengas lo suficiente en este punto como para identificar aquello que resulta relevante para ti, que puedes lograr y que te motiva lo suficiente como para comprometerte.
La trampa está en dejarte llevar más por el deseo que por la razón. No hay nada tan satisfactorio como proponerte una meta y alcanzarla. Así que no desaproveches esta época fijándote objetivos imposibles, que luego no harán más que provocarte la sensación de que no fuiste capaz. Traza un propósito medible, alcanzable y motivante.
4. Reconocer el mayor logro del año que se va
Así como le dedicas tiempo a evaluar tus errores y vacíos, también es fundamental que reserves un tiempo para celebrarte. Tu mayor logro no fue necesariamente tu éxito más grande. A veces, resistir en tiempos difíciles o perseverar, aunque no se obtengan resultados inmediatos, implican un gran mérito.
Tu mayor logro del año igual puede haber sido obtener un importante reconocimiento o no haber permitido que se agrietara tu relación de pareja. También es posible que ese logro no sea tan específico, sino que esté compuesto por muchos pequeños éxitos en mantener tu buen estado de ánimo, por ejemplo. Sea lo que sea, no dejes de reconocértelo.
5. Reordenar el espacio
Otra de las prácticas liberadoras para fin de año tiene que ver con la reorganización de tu espacio físico. Ninguna época del año es mejor para deshacerte de aquello que ya no usas, poner en orden tus objetos y, quizás, darles un cambio a los espacios habituales.
Es más liberador de lo que parece a primera vista. Implica algo así como poner en orden el equipaje para el viaje que emprendes con el comienzo de año. Ayuda a que dejes atrás lo que se debe quedar en el pasado y a que decidas con qué sigues.
Todas estas prácticas liberadoras para fin de año cumplen con el papel de ayudarte a cerrar ciclos y a poner en orden las ideas para comenzar uno nuevo. Puede ayudarnos mucho hacer este ejercicio de vez en cuando y final de año es una época especialmente propicia para ello.
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- Alberó, P. (1999). Rituales brechtianos para empezar el año. La madriguera, (18), 66-68.