Privación de sueño para tratar la depresión
La depresión es una enfermedad severa que afecta a más de 300 millones de personas en el mundo. A pesar de la incapacidad que genera en quien la padece, aún existen limitaciones en su manejo médico y psicológico. Por ello, la privación de sueño para tratar la depresión constituye una alternativa prometedora.
La depresión es la principal causa mundial de incapacidad. Las personas que sufren este trastorno se enfrentan a una realidad: los tratamientos disponibles no siempre son tan rápidos y efectivos como sería deseable. Además, muchos de ellos generan efectos secundarios desagradables.
La privación de sueño para tratar la depresión
En la segunda mitad del siglo XX, se comenzó a constatar el efecto antidepresivo de la privación de sueño y, a día de hoy, existe una amplia evidencia que respalda esta afirmación. Una revisión sobre el estado actual de la investigación arroja cifras de un 40%-60% de personas depresivas que mejoran su estado tras una noche de privación total.
La terapia, que consiste en mantener al individuo despierto durante 36 horas, muestra que el efecto antidepresivo se produce rápidamente. Al día siguiente a la privación, la persona experimenta una mejora importante de su estado de ánimo, su conducta y sus pensamientos.
Sin embargo, este procedimiento cuenta con limitaciones. La mejora, si bien es rápida, es transitoria. Es muy frecuente que se produzcan recaídas después de la siguiente noche de sueño. Además, la efectividad varía en función de la persona y del tipo de depresión.
Aquellas personas que parecen beneficiarse más de la privación de sueño para tratar la depresión son:
- Quienes padecen una depresión endógena o con síntomas melancólicos.
- Personas que muestran altos niveles de vigilancia y de activación.
- Aquellas que sufren variaciones en su estado de ánimo durante el día y tienden a encontrarse mejor por la tarde.
Otras manipulaciones de sueño
Además de la terapia de privación total, se han llevado a cabo investigaciones con otros tipos de manipulación de sueño que también han reflejado resultados positivos. Adicionalmente, estas alternativas ofrecen la ventaja de ser más sencillas de llevar a cabo para la persona.
Privación parcial de sueño
Esta opción consiste en que la persona se mantenga despierta durante la primera mitad de la noche o durante la segunda mitad. En ambos casos la mejora de los síntomas depresivos es significativa y, al igual que ocurría con la privación total, los efectos antidepresivos son rápidos y transitorios.
El aspecto clave para que esta privación parcial de sueño sea efectiva está en que la persona no duerma más de 4 horas durante la noche. Respetando este parámetro, los efectos en el ánimo depresivo son igual de positivos que en la privación total de sueño.
La principal ventaja que presenta esta alternativa es que, para cualquier persona, es más fácil soportar una privación parcial que pasar la noche completamente en vela. Además, la privación parcial puede repetirse varias noches y esto puede ayudar a prevenir las recaídas.
Avance del momento del sueño
Se ha encontrado que, en las personas con depresión, la relación entre algunos ritmos circadianos y el ciclo sueño-vigilia está alterado. De esta forma, adelantando el momento habitual de dormir se puede producir una sincronización entre ellos que ayude a mejorar los síntomas.
Efectivamente, adelantando seis horas el horario habitual de sueño se han logrado efectos positivos. Estos tardan unos días en aparecer; sin embargo, duran más que los obtenidos con la privación de sueño. Igualmente, es más sencillo para un individuo modificar sus horarios de sueño que mantenerse despierto por la noche.
Por qué usar la privación de sueño para tratar la depresión
Los tratamientos de primera línea para la depresión están constituidos por fármacos y terapia psicológica. Sin embargo, a pesar de sus limitaciones, la privación de sueño es una alternativa a tener en cuenta. Es de eficacia rápida y no genera efectos secundarios más allá de somnolencia o un leve dolor de cabeza.
Por otro lado, una de las quejas más frecuentes de los usuarios de fármacos antidepresivos es el tiempo que los mismos requieren para comenzar a actuar. Pues bien, se ha comprobado que la privación de sueño puede acelerar y potenciar los efectos de dichos fármacos. Por tanto, constituye una ayuda interesante para la intervención.
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