¿Pueden las mujeres y los hombres ser solo amigos?
Esta es una pregunta que se está planteando cada vez más en el mundo académico y, sobre todo, en el mundo de la psicología. La igualdad entre géneros ha traído muchos cambios y uno de ellos es la forma en que nos relacionamos unos con otros. Los hombres y las mujeres comparten ahora como iguales muchos aspectos de su vida, pero ¿pueden ser solo amigos?
La psicología evolutiva parece tener una respuesta al porqué esto no siempre funciona, pero lo cierto es que cada vez hay más personas que eligen amigos que no son de su mismo sexo. Parece que la respuesta la estamos encontrando, como en casi todo, en la capacidad de las personas de conocerse a sí mismas y a su entorno.
Sin el desarrollo de esta capacidad es posible que hombres y mujeres tiendan a malinterpretar las señales, y esto es uno de los mayores obstáculos para que podamos ser solo amigos, sin comedia romántica de por medio. De hecho, parece que esta capacidad sería la base de la verdadera amistad entre hombres y mujeres.
¿Cómo entendemos la amistad?
Aunque, básicamente, todos sabemos en qué consiste la amistad, es importante saber también que para hombres y para mujeres la amistad tiene diferentes matices. La amistad es una relación de intereses compartidos, de apoyo y de compañía. Pero hombres y mujeres entendemos esto de diferentes maneras.
Los hombres desarrollan un sentido de la amistad entre ellos basado en actividades. Son relaciones más casuales que se definen como “uno al lado del otro”. Son relaciones poco íntimas y transaccionales. Los hombres no suelen compartir sus sentimientos con otros hombres, aunque sí comparten un gusto por la camaradería, los intereses comunes y la amistad es duradera en el tiempo.
Las mujeres somos otro mundo. La amistad entre mujeres no está tan concebida como “una al lado de la otra” sino más bien como “cara a cara”. La amistad entre mujeres está basada en la intimidad, en los sentimientos y pensamientos compartidos y son relaciones mucho más emocionales y dependientes de contacto.
El sentido del humor es otro factor que nos distingue. Mientras que los hombres aprenden a burlarse de sus amigos para reírse y el hecho no tiene mayores consecuencias, las mujeres no usamos el sentido del humor hiriente entre nosotras por miedo a que la otra persona salga dañada.
Somos mucho más compatibles de lo que creemos
En realidad, y visto así, la amistad entre un hombre y una mujer es mucho más completa que la mantenida entre personas del mismo género. Las mujeres encontramos en nuestros amigos varones la camaradería y la afición por actividades; mientras que los hombres encuentran en sus amigas féminas un apoyo emocional que sus congéneres no saben brindarles.
De esta manera parece, a priori, ser la relación de amistad perfecta, los vínculos de conexión son muchos y ambos nos aportamos infinidad de cosas mutuamente. ¿Entonces, qué es lo que falla? Parece que, según varios estudios, es la tensión o atracción sexual o romántica la que puede afectar negativamente.
Malinterpretando las señales
Un estudio llevado a cabo en la Universidad Noruega de Ciencia y Tecnología, y publicado en la revista Evolutionary Psychology, encontró que hombres y mujeres se malinterpretan mutuamente en referencia a las señales de interés sexual. No sabemos interpretar las señales de interés sexual cuando nuestra amistad pertenece al otro género.
Parece que las mujeres interpretamos las señales de interés sexual como amistad y que los hombres, habitualmente, interpretan las señales de amistad como interés sexual. Otros estudios anteriores a este ya arrojaban datos poco alentadores a este respecto.
Los estudios sobre selección natural, por ejemplo, nos mostraban que los hombres perciben el interés sexual en exceso, con lo que resultan más propensos a sentirse sexualmente atraídos por sus amistades femeninas según esta visión evolucionista
Pero, aunque los evolucionistas argumentan sobre este instinto innato en los varones, lo cierto es que no es un factor decisivo. Antes de tirar la toalla y resignarnos a no entendernos, debemos saber que este factor solo dificulta la relación de amistad, pero no la hace imposible.
Por su parte, una investigación realizada por la Universidad de Texas en Austin encontró que hombres y mujeres sí pueden ser solo amigos. Sin embargo, es probable que dicha amistad termine convirtiéndose en una relación romántica, o verse afectada por el interés de uno de los miembros.
En este caso, los investigadores analizaron el comportamiento de 90 parejas de amigos de distinto género. Los resultados arrojaron que los varones son más propensos a enamorarse de sus amigas. Pues, ellos tienden a malinterpretar las señales de su compañera, creyendo que la atracción que sienten por ella también es correspondida.
De esta forma, los hombres suelen arriesgarse a dar el siguiente paso para iniciar una relación romántica. Pero, cuando no existe reciprocidad, la amistad tiende a dañarse.
Mujeres y hombres sí pueden ser solo amigos
La buena noticia es que nuestras nuevas generaciones, los jóvenes milenials, están desarrollando muchas menos dificultades a la hora de entablar y mantener amistades de calidad con el género opuesto. De hecho, les resulta absolutamente normal ser solo amigos. También es cierto que a los más mayores esto parece estar costándoles un poco más.
En el pasado, hombres y mujeres se relacionaban en cuestiones puramente románticas y reproductivas. Pero en la actualidad, en muchas partes del mundo, hombres y mujeres interactúan de una manera que no tiene precedentes históricos. Trabajamos juntos, estudiamos juntos, compartimos tiempo de ocio e interés por muchos temas que nos unen más de lo que nos separan.
Algunas claves
Como en muchos otros aspectos del buen desarrollo personal, la sana amistad entre hombres y mujeres parece tener algunos secretos que merecen ser desempolvados y puestos en práctica, tanto por hombres como por mujeres.
A pesar de que los hombres malinterpretan más las señales de interés sexual, yo me atrevería a decir que las mujeres interpretamos también erróneamente las señales de interés romántico en los hombres. Si nuestra amistad oculta alguna esperanza de resultar en romance o relación sexual, alguien saldrá herido.
Aprender a ponerse límites a uno mismo y a los demás es algo fundamental para que la relación de amistad entre un hombre y una mujer resulte exitosa. Al fin y al cabo, respeto y límites es algo que todos ponemos de manera inconsciente cuando las amistades son de nuestro propio género.
Los amigos no se invaden el espacio personal ni el tiempo. En toda amistad hay unos códigos implícitos que nadie cuestiona. Y esas mismas reglas de respeto hay que desarrollarlas cuando nuestros amigos son de distinto género al nuestro.
Superar, como personas adultas que somos, nuestros instintos más básicos y hacer un buen ejercicio de inteligencia emocional puede ayudarnos a desarrollar amistades con el otro género que nos aportarán muchas cosas buenas a nuestra experiencia de vida.
La amistad entre hombres y mujeres no es solo posible, sino que probablemente sea la más completa relación de amistad que exista. Como en casi todo, es una cuestión de evolución personal.
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