¿Hasta qué punto es importante el sexo en una relación de pareja?
El sexo es importante en una relación, pero no todos le dan el mismo nivel de relevancia. Algunos piensan que está sobrevalorado, mientras que para otros es una esfera fundamental. Además, es normal que con el tiempo las prioridades cambien, porque el deseo sexual no sigue una línea recta, sino que sube y baja.
Las preguntas que giran en torno a este tema son muchas. ¿Cuál es la frecuencia ideal de sexo en una pareja? ¿Basta con tener buen sexo para estar a gusto en una relación? ¿Qué pasa si uno considera que es esencial y para el otro es irrelevante? Exploremos al respecto.
¿Qué tan importante es el sexo en una relación?
A grandes rasgos, una vida sexual satisfactoria es un factor que contribuye a la salud y calidad de vida en general. Pero aquí está el detalle: no todas las personas necesitan lo mismo para sentirse satisfechas.
Entonces, al evaluar la importancia del sexo, hay que tener claro que no hay parámetros «normales» en lo que se refiere a forma o cantidad de encuentros sexuales.
No es la revelación del siglo que circulan muchos mitos sobre el sexo y mandatos sociales al respecto. Que debes tener encuentros sexuales x veces por semana. Que con tu pareja debes experimentar el mejor sexo de tu vida. Que la baja actividad sexual significa que la relación va en decadencia…
No es tan así. En primer lugar, la idea de que existe una frecuencia mínima ideal o «normal» para tener intimidad es errónea. Cada pareja es un mundo y tiene necesidades específicas.
No importa cada cuánto tiempo se tenga sexo, sino que esa frecuencia coincida o se acerque a lo que ambos desean.
En este punto, el diálogo es realmente importante. De hecho, un estudio sobre parejas jóvenes heterosexuales encontró, en su muestra, que la comunicación sexual resultó ser un predictor de cuán satisfechas están las personas en su relación, incluso más que la frecuencia con la que tienen sexo.
Muy, algo o poco importante
Entonces, la vida sexual puede ser central, tener una importancia media o, por ejemplo, ser poco o nada relevante en otros casos. La importancia del sexo varía en cada persona y en cada pareja.
Para algunos, es tan solo un aspecto más de la relación que disfrutan pero le dan más peso a otros elementos como la confianza y la compatibilidad. En cambio, para otros puede ser la principal o incluso la única fuente de satisfacción. En ciertas situaciones, las diferencias en el deseo sexual pueden convertirse en el epicentro del conflicto y, quizás, ser motivo de separación.
Lo crucial es que las parejas estén en sintonía y compartan expectativas similares sobre la importancia del tema, o al menos, que no sea un asunto tabú y puedan hablar al respecto, tratando de llegar a acuerdos en caso de discrepancias.
¿Qué sucede cuando las prioridades no coinciden?
Cuando uno considera que el sexo es el plato principal de la relación y otro lo ve más como un acompañamiento, pueden aparecer algunos retos que pueden afectar la conexión emocional e íntima. Entonces surgen las preguntas obvias; ¿cómo manejar las discrepancias en la importancia del sexo?, ¿es posible llegar a un punto intermedio?
A veces, las diferencias pueden llegar a un punto crítico, llevando a las parejas a considerar la necesidad de poner un punto final al vínculo. Al final, no es agradable estar en la posición de tener que rogar por momentos íntimos con tu pareja ni sentir la presión de poner excusas cuando no te apetece. El sexo debería ser un acto de disfrute, no un deber.
No obstante, en muchos otros casos, sí es factible encontrar soluciones que satisfagan a ambos. La clave está en la comunicación abierta y el entendimiento mutuo.
Explorar juntos fantasías sexuales, deseos y límites puede abrir nuevas vías de conexión. Además, tanto la empatía como la flexibilidad son fundamentales para ajustar las expectativas y llegar a acuerdos intermedios.
Consultar a un sexólogo o terapeuta de pareja puede ser una opción muy valiosa para abordar las diferencias y mejorar la conexión.
Mi relación marcha muy bien, excepto en lo sexual; ¿debería preocuparme?
En este contexto, las experiencias pueden variar. Quizás la conexión emocional es estupenda, pero la intimidad es incómoda e incluso dolorosa. O tal vez el aspecto sexual no es excepcional, pero aún así disfrutan de su tiempo juntos, dentro o fuera de la cama.
Si sientes que hay algo que no cuadra en la parte sexual, no te alarmes de inmediato. La relevancia de esta situación para ti dependerá del papel que el sexo juega en tu vida, que, reiteramos, es algo completamente personal y válido. En última instancia, la calidad de la relación depende de varios factores.
Además, la experiencia de placer es única para cada individuo y comprender ese lenguaje íntimo no siempre es tan sencillo. Dado que no existe un manual definido para el disfrute sexual, la comunicación se vuelve fundamental. Aquí algunos consejos que podrían considerar:
- Mantengan un diálogo abierto y honesto.
- Exploren juntos lo que les gusta y no les gusta en la intimidad.
- Establezcan expectativas realistas y celebren los momentos positivos.
- No conviertan los desafíos sexuales en un drama; entrar en pánico solo empeora las cosas.
En caso de que las discrepancias en la importancia del sexo se conviertan en un problema recurrente y afecten la relación, considera la posibilidad de buscar ayuda profesional. Los terapeutas sexuales o consejeros de pareja pueden ofrecer herramientas y estrategias para abordar estas diferencias de manera constructiva.
El nivel de importancia del sexo en una relación es determinada por cada pareja
Su relevancia llega hasta donde sea significativo para cada persona y cada vínculo. Como ya hemos dicho, el deseo sexual está lejos de ser estable y rígido. Por ende, también la prioridad que se le otorga está sujeta a cambios a medida que la pareja evoluciona.
Factores como el estrés, la monotonía, o tan solo la canalización de energía en otras áreas de la vida puede relegar al sexo a un segundo plano. Por el contrario, también puede ocurrir que en ciertos momentos adquiera una importancia mayor.
En definitiva, lo importante es la comprensión mutua y la disposición para adaptarse, facilitando que la relación crezca de manera saludable en todos sus aspectos.
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